𝗡𝗮𝘁𝗮𝗹𝗶𝗮 𝗦𝗮𝗹𝗮𝘀 ─ [ 𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬 𝐌𝐲𝐬𝐭𝐞𝐫𝐲 ➛ 𝓟𝓪𝓻𝓽𝓮 2 ]

Capítulo 23: Somos amigos

Multimedia: Jae Kim (Mario Maurer)

Natalia se despertó con un nerviosismo y una palpitación en el pecho que no sentía desde que tenía pesadillas. Pero esta vez no se encontraba así por una pesadilla, si no por el recuerdo de lo ocurrido la noche anterior.

Natalia recordaba haber unido sus labios con los de Jae y se repetía una y mil veces lo estúpida que debió haber parecido a los ojos del chico.

No entendía qué clase de impulso la llevó a realizar esa acción, pero se avergonzaba enormemente de lo ocurrido y deseaba evitar a toda costa encontrarse con él. Cosa que sería difícil puesto que era inevitable que se vieran a la hora del castigo en las cocinas.

Su estómago rugió de hambre y maldijo internamente al pensar que tenía que salir de su dormitorio para dirigirse al gran comedor para desayunar.

Se vistió y decidió no retrasar lo inevitable. Se apresuró para bajar a desayunar.

Natalia entró al gran comedor nerviosa, deseaba no cruzarse con el asiático.

Badeea: No puedo esperar a mostrarte el nuevo hechizo en el que estoy trabajando, Natalia.

Natalia respondió con una sonrisa tensa y vio cómo la Ravenclaw se sentaba en su mesa.

Mente de Natalia: Seguro que Jae no baja a desayunar, estará durmiendo. Él nunca asiste a las primeras clases.

Liz: Decidí liberar a la quimera, Natalia. No le digas nada a Kettleburn ni a Hagrid ni a nadie más...

Natalia: No diré nada a nadie.

Liz: Gracias, Natalia.

Pitts: Míralos, metiendo esos sándwiches gigantes a sus bocas gigantes.

Mente de Natalia: ¿Pitts? ¿Qué hace ahí? —miró hacia la chimenea— Oh, Rakepick está ahí. —se acercó a ella.

Natalia: Profesora Rakepick, hice todo lo que me pidió. Tiene que enseñarme a usar los polvos flu.

Rakepick: Creo que tienes razón. Creo que he estado retrasando lo inevitable porque no quiero que seas la nueva víctima del callejón Knockturn. No soportaría verte morir, pero si no puedes sobrevivir una visita corta, creo que no mereces vivir... Acércate a la chimenea. Te enseñaré a usar los polvos flu... Debes hablar claramente, cerrar los ojos y mantener la calma. Ignatia Wildsmith inventó los polvos flu en el siglo XIII. El precio de los polvos flu es de dos sickles por cucharada. Observa, Salas.

Natalia: ¿Debería entrar a las llamas?

Rakepick: Solo si quieres morir.

Natalia: ¿Qué quiere decir?

Rakepick: No estoy segura de que la chimenea del gran comedor esté conectada a la red flu... Podría estarlo y podría llevarte con éxito al callejón Knockturn. Sin embargo, es probable que termines con quemaduras, aparezcas en el lugar equivocado o quedes como una idiota. La respuesta correcta es; todas las anteriores. Además, este tipo de viaje debería quedar en secreto. En el gran comedor hay demasiados testigos.