Halloween sangriento (Capítulo 8, Parte 1)

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Al fin llegó el día, el día que todos habíamos estado esperando. Halloween.

Ya casi lista para salir, me recogí el pelo y me puse una sudadera con gorra por debajo de la chaqueta de Valhalla. Me puse una mascarilla para que no se me viera el rostro, ya que en el mundo de las peleas a las mujeres se les ve "débiles" así que eso era lo mejor que podía hacer al respecto.

Después de prepararme, salí de mi habitación con mi skate en la mano. Ya que mi hermano había ido a casa de un amigo aproveché para salir pronto antes de que volviera. Yo tenía una muy mala sensación de lo que iba a pasar y no me encaminaba muy lejos de la realidad.

Cuando todos los de la pandilla llegaron Hanma nos llamó a Baji, Kazutora y a mí adelante, al lado suya, junto con el resto de los superiores de la banda. Chonbo, Chome y Chouji. Aunque nada más que había estado unos meses habían cogido bastante confianza en mí y la verdad es que eran mis únicos amigos en ese momento, pese a habernos conocido de esa manera. Y empezó a dar otro discurso para emocionar a los miembros. Y después de un rato de discurso, nos llamaron al fin. Tocaba pelear.

Nos adentramos en el vertedero de coches abandonado. El ambiente era amenazante y sentía como si el lugar estuviera habitado por espíritus malvados. Las hojas muertas y los arbustos crecían alrededor de los vehículos abandonados, dándoles una sensación fantasmal. Los grafitis y las pintadas adornaban muchos de los coches y las paredes cercanas, lo que reflejaba la triste realidad del lugar como un vertedero de chatarra olvidado.

Me sorprende la cantidad de coches apilados en pilas, amontonados uno encima del otro. La mayoría de ellos parecían haber sido dejados allí durante años, expuestos a los elementos y corroídos por la lluvia. Las ruedas estaban desinfladas y los cristales estaban rotos, lo que hacía que los coches parezcan irreconocibles.

El hedor a óxido y aceite quemado impregnaba el aire mientras caminábamos entre los escombros, piezas de coches rotas y piezas de metal oxidado que crujían y crujían bajo mis pies. Este lugar evocaba sentimientos de desesperanza y desolación, es un testimonio de la incapacidad humana para tratar adecuadamente el medio ambiente y los recursos, y un recordatorio de las consecuencias de nuestros actos negligentes.

Cuando llegamos a la arena de batalla se escuchaban gritos de emoción de toda la gente que estaba presente para ver la pelea. Incluso habían venido los legendarios hermanos Haitani.

Rindou y Ran trabajan con una coordinación impecable y podían romperte el brazo en cuestión de segundos. Cuando me metí en el mundo de las peleas callejeras hace unos años, ví la forma en la que peleaban estos dos y desde ese momento he estado haciendo mi propia versión de ese modo de pelea. Básicamente son mi inspiración, sobre todo Ran. En ese momento íbamos a poder ponerlo a prueba.

Cuando ya nos quedamos quietos, miré hacia adelante y ví a el grupo de la ToMan, éramos el doble de miembros, pero los capitanes eran más fuertes en batalla que muchos de nosotros. Yo había estado haciendo mi propia investigación sobre los miembros más conocidos, o como el más nuevo, Takemichi Hanagaki. Había hecho un gran impacto en la banda y apenas había estado unos meses integrado. Los rumores iban rápido.

Miré a mi izquierda donde se encontraba Baji, estaba mirando tristemente a un chico de la ToMan. ¿Podría ser ese el Chifuyu Matsuno del que me estuvo contando Baji? Él encajaba perfectamente la descripción que me había contado Baji. Sobre el chico rubio con ojos negros, llenos de sueños que cumplir. Pero parecía pasar algo entre ellos, el chico estaba mirando a Baji preocupado y también triste.

Le dí un pequeño codazo a Baji, y le pregunté si estaba bien con la mirada. Él me sonrió y me susurró algo.

- En cuanto veamos a Kisaki, a por él. Aunque tengamos que dejar a alguien inconsciente.

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