Haciendo lo que amas

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Los días pasaron y una vez más lluvia golpeaba con fuerza contra las ventanas de la preparatoria Kazehaya. Naoto miraba hacia afuera con tristeza, sabiendo que su plan para caminar con Nagatoro después de la escuela se desvanecía con cada gota que caía del cielo. Con un suspiro, recogió su mochila y se dirigió hacia el club de artes donde esperaba encontrar refugio de la lluvia.

Su mente divagaba hacia Nagatoro, y cómo habrían disfrutado juntos en una tarde lluviosa saliendo de la preparatoria.

Frente a su caballete y con su paleta de pinturas listas. Naoto trató de concentrarse en su pintura, pero era difícil mantener su mente a salvo de la tristeza. Sin embargo, la música de la suave lluvia fuera de las ventanas y el sonido del silencio infundieron una calma extraña en él.

Después de un rato, Naoto notó que había estado trabajando en la pintura sin distraerse demasiado de sus pensamientos y gracias a la concentración logró dar grandes adelantos en su trabajo.

Después de un tiempo y de repente, alguien llamó su atención desde afuera del salón del club de arte. Cuando miró hacia la dirección de la puerta, vio a Sana entrar, con una expresión sería en el rostro.

Naoto rápidamente se puso de pie, movido por la sorpresa de ver a Sana, no dijo nada al respecto en ese instante al verla. Pero inevitablemente volvió a acordarse de aquél momento entre el y ella, así como también recordar que el y Nagatoro habían empezado una relación sin que la presidenta Sana lo supiera.

Naoto trago saliva sin saber que es lo que le esperaría si la presidenta declaraba algo, pero al parecer simplemente entró a la sala de preparación a buscar unas cosas. Naoto por su parte se limitó a verla. El sentía que debía de decir algo, pero algo dentro de el no lo permitió, así que simplemente suspiro.

- Veo que trabajas duró, además, veo que en tú dibujo hay algo diferente - Exclamó la presidenta Sana al salir de la sala de preparación con una caja en mano.

- ¿Algo diferente? - Pregunta Naoto desviando su mirada al suelo.

- Puedo ver qué en tú pintura los trazos son diferentes - Sana prosiguió - No se nota a simple vista, pero se ve como si el trazo fuera caótico, como si tratará de mantenerlo bajo control.

- Bueno... Últimamente no e logrado tener una idea clara de las cosas - Exclamó Naoto aún siendo evasivo.

- Eso también se nota, pero también puedo ver en ti que algo cambio - Sana cuestiona - ¿Acaso fuí influyente en ello?

Naoto algo nervioso comenta.
- Puede decirse que si... Pero no necesariamente... Sabes... -

Sana arquea su ceja con total sorpresa ante la vacilación de Naoto. Furtivamente se acerca a el al notar que definitivamente hay algo diferente en el.

- ¿Acaso quieres decirme algo? - Pregunta Sana, ahora con voz seductora y muy cerca de la oreja de Naoto.

Naoto se hunde en nervios. Pero manteniendo su mente fría, toma valor y exclama.
- No creo que debamos hacer esto presidenta Sana... A-Ademas ¿no la están esperando? -

La presidenta parece estar sorprendida una vez más con aquellas reacciones de Naoto, no esperaba que el joven rizado actuará de esa manera. Así que con frustración y ha regañadientes aceptar lo dicho por el manojo de nervios que era Naoto en ese momento y se va, no sin antes decirle algo a Naoto.

- La próxima vez hablaras con la verdad, y me encargaré de ti personalmente si me estás mintiendo -

La presidenta se va y Naoto no hace más que sentarse en el banquillo y se pregunta que fue todo éso.
Sin sospechar que estaba siendo visto por lo lejos.

Ijiranaide, Nagatoro-san: SUPER ROMANTIC LOVER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora