La noche es profunda y oscura, la luna no emitía ningún resplandor y las estrellas se ocultaban tras las nubes. Naoto dormía profundamente, perdido en un mar de sueños inquietos y confusos.
De repente, como si de un rayo se tratara, el joven se despertó de golpe. Se incorporó sobre la cama, respirando agitadamente en una taquicardia, perplejo ante la oscuridad total que lo rodeaba. ¿Qué había pasado? ¿Por qué todo estaba tan oscuro?.
Se cuestionó Naoto tratando de poner en orden sus pensamientos.Parpadeó varias veces, tratando de adaptarse a la falta de luz. Poco a poco, sus ojos se acostumbraron y percibió el contorno de su habitación.
Todo estaba igual. La cama, la cómoda, el escritorio. Pero algo no le cuadraba. ¿Por qué estaba todo tan oscuro si apenas estaba amaneciendo?Frotó sus ojos, tratando de recordar si había dejado las cortinas abiertas o si había algún problema con la electricidad. Pero no recordaba nada que pudiera justificar esa tenebrosidad.
Finalmente, Naoto se llevó una mano a la frente. Tal vez había sido solo un sueño extraño. Sí, eso tenía que ser. Pero la sensación de inquietud no desaparecía del todo.
Se frotó los ojos y se sentó en la cama, tratando de recordar lo que había estado soñando. Sacudió su cabeza y trató de concentrarse, pero la imagen se desvaneció en su mente.
Después de un momento, se pasó la mano por el cabello una vez más y agarró su teléfono. Lo desbloqueó, y su corazón dio un vuelco cuando vio un mensaje de Nagatoro. Se preguntó si tal vez había sido ella la que lo había despertado.
Instintivamente, miró el mensaje en busca de alguna pista, decía.
- ¡Hola, Naoto! ¿Te despiertas tarde hoy? ¿Cuidar de tres niños es cansado? ¡Ya regresé de las pruebas para las olimpiadas! ¡Te extraño! ¿Quieres reunirte en el parque con ellos al mediodía y traer a esas aves pan que siempre tienes? -Naoto sonrió al leer esas palabras y se sentó inmóvil por un momento, recordando insistente el sueño que había estado tratando de recordar. Pero solo atinó a acordarse que Nagatoro también estaba en ese sueño, pero no podía recordar los detalles precisos.
Con una sonrisa en la cara, Naoto se levantó de la cama y comenzó a prepararse para el día.
Salió de su habitación y miró hacia ambos lados del pasillo, donde se encontraban las habitaciones de sus hijos. A la derecha estaba la habitación de Ishiro y Rumiko, mientras que a la izquierda estaba la de Mei.
Naoto sabía que sus hijos aún estaban dormidos, por lo que se acercó con cuidado a la habitación de Ishiro y Rumiko para ver si ellos ya estaban despiertos. Al llegar a la puerta, escuchó el suave sonido de los ronquidos de los mellizos y decidió no molestarlos, por ahora, aún así los observó momentáneamente; sin poder evitar pensar que ellos dos se parecían demasiado a su madre Nagatoro.
Si no fuera por Rumiko y su cabello levemente rizado, y su actitud tierna y algo tímida, definitivamente no pensarían que Naoto fuera el padre, caso contrario de Ishiro y su actitud más atrevida, similar al hermano de Nagatoro; incluso en apariencia y sus profundos ojos desafiantes.
Siguió caminando hacia la habitación de Mei y abrió la puerta con cuidado.Dentro de la habitación, Mei estaba profundamente dormida. Naoto no quería despertarla, pero sabía que tenía que preparar el desayuno para todos. Observó a su hija por unos segundos, disfrutando de la tranquilidad del momento, nuevamente sin evitar compararla con su madre, Sana.
Mei al igual que su madre era alguien segura de si misma la mayoría del tiempo, pero era sensible con sus más cercanos, sin mencionar el hecho de que era la más alta en su clase teniendo en cuenta su edad. Aunque la única diferencia que había con ella y su madre, era que Mei tenía los ojos marrones relajados de su padre.
Después de unos minutos, Naoto decidió que era hora de empezar el día y salió de la habitación de Mei. Bajó las escaleras hacia la cocina, con la certeza de que sus hijos pronto se levantarían y se unirían a él para disfrutar de un nuevo día en familia.
Bajó las escaleras y encendió la televisión como de costumbre. Escuchó el noticiero en segundo plano mientras buscaba algunas ollas y sartenes para cocinar, sabía que debía bajar a la cocina para preparar el desayuno de sus hijos y asegurarse de que estuvieran listos para la escuela.
De repente, escuchó el anuncio que cambió su día por completo. La voz del presentador anunció que Nagatoro, su mujer, había sido seleccionada para participar en las próximas Olimpiadas. Naoto no podía creer lo que estaba oyendo. Quién antes era su pequeña kohai, ahora sería reconocida en todo el mundo.
Naoto se sintió tan emocionado y orgulloso de que no podía dejar de sonreír. Abandonó temporalmente la preparación del desayuno y corrió hacia la sala de estar para ver más detalles sobre las noticias de la televisión. Allí, vió la imagen de los atletas, junto a ellos la de Nagatoro, todos vestidos con uniformes brillantes de judo, mientras ondeaban la bandera del país. Era una imagen digna de la victoria.
La vida de Naoto había sido rutinaria y predecible anteriormente, pero ver a su mujer destacarse de esta manera le recordó lo que realmente valora en la vida. Pero la cosa no termino ahí, seguido a ése anuncio apareció otro.
De repente vio que cambiaron a las noticias de arte y cultura, y allí se hablaba sobre la madre de su hija Mei.
Sana, mencionando que habían subastado una de sus obras de arte al desnudo al estilo del surrealismo, y había alcanzado un precio muy elevado, a pesar de la controversia que había generado entre los críticos de arte.Naoto se sintió tan orgulloso de Sana como lo estaba de Nagatoro. Admiraba su talento y su valentía para explorar nuevas formas de vivir sus sueños, aún cuando un acuerdo de tres era complicado, aún pesar de la reacciones que generaron en su momento en quienes no entendían sus formas de vivir.
Con una sonrisa en su rostro, Naoto pensó en cómo sus pasiones y la dedicación las llevaron a grandes logros, aunque el también se sentía satisfecho al ser el director e inversionista de una escuela de artes, la cuál estaba cerca del centro de la ciudad.
Satisfacción a pesar de una extraña época de preparatoria, pero por ahora tendría que preparar a sus tres hijos antes de llevarlos a la escuela. Sin duda algo que no planeaba pero que le gustaba.
¿Fin?
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Ijiranaide, Nagatoro-san: SUPER ROMANTIC LOVER
FanfictionNaoto, quién es parte del club de artes de su escuela, va a tener nuevas experiencias con Nagatoro y a Sana. A pesar de sus diferencias, los tres encuentran intereses en común y comienzan a experimentar con su relación. A medida que se conocen mejor...