El amor es para todos

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La lluvia caía incesante sobre el techo de la preparatoria Kazehaya una vez más, y el sonido monótono de ella golpeando contra los cristales de las ventanas lentamente se había infiltrado en el aula del club de artes. Los estudiantes que se empezaba a marchar a casa se empapaban en el camino, para algunos de ellos, parecía como si la lluvia mojara incluso sus almas.

Caso diferente para Naoto y el club de artes, el cuál estaba inmerso en un mundo propio mientras ponía en un viejo tocadiscos un vinilo, "Nocturne No.20 in C-sharp minor Op.Posth" sonaba suavemente en la sala. La música calmada de Chopin parecía envolver al joven y reemplazaba la lluvia que caía del exterior.

Con las notas de la música como fondo, Naoto se preparaba pacientemente para pintar. Se aseguró de tener todo a su alcance, desde su paleta hasta sus pinceles favoritos, y una botella de agua fresca.

La lluvia seguía cayendo de manera incesante afuera, pero dentro del aula del club de arte, el tiempo parecía detenerse. Naoto, completamente inmerso en su mundo artístico, comenzó a preparar todo para la sesión que tendría. El sofá del club bien posicionado, cojines cómodos y bien mullidos.

Todo eso al ritmo lento de la música lo ayudaba a concentrarse y desbloquear su creatividad, y Naoto se sintió transportado a un mundo donde solo existía él y sus pensamientos.

Con el salón en total calma, Naoto escucha abrir la puerta de este y ve entrar a su pequeña kohai.

- Senpai, ¿por qué estás armando este salón con tanta atención al detalle? - Preguntó Nagatoro, mientras entraba en el club de artes con una sonrisa divertida.

- Me gustaría que el salón se vea agradable para ustedes - dijo Naoto, sonriendo.

- Oh, ¿hay algo especial sucediendo aquí? - dijo Sana, entrando detrás de Nagatoro.

- Sí, de hecho - Dijo Naoto acomodando sus lentes - Planeo hacer una pintura al desnudo de ambas en este mismo salón.

Nagatoro se sorprendió al escuchar esto, mientras miraba hacia Sana. Ambas, con anterioridad, habían sido muy rudas entre sí por Naoto, pero últimamente habían estado tratando de llevarse mejor por el, ya que las quería mantener juntas. Naoto, con cierta timidez nerviosa, pero segura, había sugerido que posaran al mismo tiempo como un intento de formar un vínculo más fuerte entre ellas.

- Oh, eso suena interesante - Dijo Sana, sonriendo aunque arqueaba la ceja algo dudosa.

- Pero, en serio, ¿tienes que armar todo esto? - Preguntó Nagatoro observando de reojo a su par - Estoy segura de que no necesita tanto trabajo...

- Quiero brindarles el espacio adecuado para que puedan sentirse cómodas - Dijo Naoto - A-Además, me encanta el proceso de hacer que un espacio se vea hermoso. Es un desafío divertido para mí.

- Supongo que tienes un punto allí - Dijo Sana, asintiendo - Creo que es genial que te tomes tanto tiempo y esfuerzo para que todo salga bien, me gusta eso.

- Sí, es admirable - Dijo Nagatoro, un tanto irritada, debido a que su par le ganó las palabras - Estamos agradecidas por tu esfuerzo.

Naoto sonrió ante los cumplidos de ambas chicas, pero tan pronto como escucho eso, de repente la situación se había tornado algo complicada. Si bien Naoto ya las había dibujado desnudas antes, sin mencionar que había tenido sus momentos con ellas, ahora le costaba pedirles que se desnudaran para el, y ellas lo notaron.

Naoto toma una respiración profunda antes de empezar a pintar. Él está sentado en su banquillo mirando fijamente el lienzo en blanco mientras Nagatoro y Sana se preparan para posar al desnudo.

Ijiranaide, Nagatoro-san: SUPER ROMANTIC LOVER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora