Amor serendipia || Pablo Gavi

Capítulo 8

Narra Gavi:

Salgo del Camp Nou junto a Sam, y estoy tan feliz que casi podría definir este día como el mejor de mi vida.

Bueno no, el mejor fue cuando Pedri me entregó el Golden Boy. El caso es que estoy muy feliz.

Por un lado está la fantástica noticia de que hemos ganado, con gol mío incluido, y que laliga ya casi es nuestra.

Y por otro lado tenemos la maravillosa presencia de nuestra preciosa acompañante, que puede que sea el motivo que más feliz me hace, pero por muy poquito.

Llevo desde que acabamos el partido con una efusividad bastante preocupante, incluso para mi.

Tanta es mi alegría que al final he terminado dándole dos abrazos, y da gracias que no la he besado.

-Bueno- me giro hacia ella cuando veo desaparecer por completo el coche de Pedri- ¿A dónde quieres ir?

Ella me mira con esos ojitos con los que me suele mirar cuando se siente cohibida, es bastante tímida sobre todo en momentos así, y nunca pensé que me podría parecer tierno ese gesto.

-No sé, ni siquiera sabía que íbamos a ir a algún sitio- sonríe.

-Yo tampoco lo sabía, en la vida hay que dejarse fluir- le devuelvo la sonrisa- Además, tenemos que celebrar la victoria, ¿no?

Me acerco hasta ella y la observo atentamente antes de pasarle un brazo por encima de los hombros, quiero acercarme a ella pero tampoco quiero incomodarla.

Me fijo en sus movimientos, no parece muy incómodo la verdad, nerviosa si, incómoda no. Pasito a pasito, vaquero.

-¿La victoria no deberías celebrarla con los demás?- se gira para mirarme, está tan cerca que me hace tragar saliva.

-Con ellos ya he celebrado muchos, prefiero hacerlo contigo- espero poder hacerlo muchas más veces a partir de ahora.

Empezamos a caminar con mi brazo aún encima de sus hombros.

Aprovecha el bug.

-¿Quieres que te invite a cenar?- le pregunto mientras caminos.

-¿Ahora?- frunce el ceño- Es muy tarde.

-Que va, yo conozco un sitio donde aún nos pueden dar de comer- le sonrío y la guío hacía el Mcdonald's. Lo siento mucho Xavi, me ha podido el vicio.

-¿Un Mcdonald's?- me pregunta mientras se ríe.

-¿Qué?- la miro ofendido- De pequeño mi momento favorito de la semana era cuando mi padre me traía a comer aquí, no te metas con este templo del cielo.

Le suelto-muy a mi pesar-cuando entramos y ella sigue riéndose, bueno está claro que no todo el mundo es perfecto.

Pedimos un menú cada uno para llevar, y cuando ya lo tenemos en nuestras manos salimos a la calle.

Cómo ya es muy tarde vamos a un banquito que hay aquí al lado, ya sé que es todo muy cutre pero es tarde, no se me ocurre ningún sitio abierto al que poder ir a comer. Para la próxima.

¿Por qué estás tan seguro de que habrá próxima?

Llámalo intuición.

Nos sentamos y sacamos nuestras hamburguesas, madre mía, ahora mismo estoy teniendo un increíble orgasmo.

-¿Y a tí te permiten comer esto?- me pregunta Sam mientras come patatas.

-No- le respondo con una sonrisa- Pero será un secreto entre tú y yo.