Capitulo 5

312 17 0
                                    

- ¿Sabes lo que le pasó a Daisy hoy? - preguntó de repente mientras yo fruncía el seño. El concurso de fotografía había sido descartado por la porrista, miré la mitad de mí hamburguesa, había perdido el apetito.

- No, si... creo que si -, contesté al final y él solo me miró por un momento.

- ¿Qué es lo que creés que le pasó? -, preguntó.

- Tal vez alguien le puso un chicle en el cabello -, murmuré enfurruñada. Lo miré cuando el bufó.

- Por Dios _______, ¿le pegaste un chicle en el cabello? - preguntó molesto.

- Me he perdido, ¿Cuándo he dicho que fui yo? - repliqué.

- Pareces culpable - aseguró.

No pude contar con eso, para bien o para mal él me conocía mejor que nadie y aunque pareciera culpable, me dolía que estuviera tan molesto por algo que le había pasado a Daisy.

- No he sido yo, ha sido... Lara y si me preguntas se lo merecía, ella le hizo lo mismo a una chica de primero ayer -, terminé mientras él se limpiaba los labios con la servilleta.

- Vaya, no conocía tus instintos vengativos -, murmuró levantándose. Lo vi ir hacía los sanitarios mientras le contestaba con la voz entrecortada.

- Y yo no sabía que Daisy tenía un protector. -murmuré sin que él pudiera escucharme ya, mirando hacía la ventana.

Me dejó en mi casa con un tibio adiós.

Titubeé al abrir la puerta de la camioneta y a pesar de que una parte de mí se odiara por ello, me acerque a él y le di un beso en la mejilla al bajar del jeep.

A fin de cuentas, mi corazón no entendía, seguía queriéndolo igual.

Subí a mi habitación y deseé poder hablar con mi tía Ale, deseé poder pedirle un consejo, que me dijera que hacer, que me dijera que estaba equivocada y que mis temores eran infundados. Pero ella estaba lejos y yo me sentía sola, así que llamé a Lara y la invité a ver una película, saltándome el hecho de que necesitaba hablar con alguien.

Ella llegó media hora después, con su habitual look roquero y su voz educada saludando a mamá, solo por eso mis padres no se oponían a nuestra amistad.

Lara era más ladrido que mordida, como siempre.

- ¿No se suponía que tenías una cita sorpresa o algo así? - preguntó ella cuando aprete el boton de la película que habíamos escogido, una de zombis, pues ella había ganado el derecho a elegir.

"Zombieland" se inicio mientras yo me encogía de hombros sentándome a su lado.

- No duro mucho - , admití.

La película seguía pero en realidad ninguna de las dos estaba poniéndole mucha atención.

- _______, ¿Puedo decirte algo sinceramente? - , preguntó ella presionando pausa en el control con una de sus uñas negras.

- Puedes y seguro lo dirás -, le dije forzando una sonrisa y ella entrecerró los ojos.

- No te hagas la graciosa conmigo-, comenzó - _______ debes alejarte de Julián -, terminó en voz baja y aquello fue como un balde de agua helada.

- ¿Cómo puedes decirme eso? -, pregunté molesta.

- No estoy diciendo que lo dejes, si se te nota a leguas que mueres por ese idiota, el punto es que él no se ha dado cuenta de lo que tiene, cariño, y eso a la larga te hará infeliz -, terminó casi apenada y yo negué con la cabeza.

- Él me quiere -, argumente deseando que fuera verdad.

- Querer y ser consciente de ello no es lo mismo -, aseguró Lara mientras suspiraba y tomaba el control de la TV -. Mira solo piénsalo, ¿sí? No me gustaría verte sufrir porque tendría que golpearlo y eso ameritaría suspensión y mi mamá me la tiene jurada - bromeó haciéndome reír un poco, puso el play y terminamos la película en silencio.

No pude conciliar el sueño esa noche, cada hora que pasaba me hacia más bolas la cabeza, no fue hasta casi el amanecer que fui capaz de tomar una decisión. Tenía que hablar con Julián y contarle todas mis dudas, a fin de cuentas aún éramos los mismos amigos de siempre y si quería que nuestro noviazgo fuera verdadero para ambos tenía que hablar con él y decirle lo que molestaba y me lastimaba, si él me quería , todo irá mejor ... ¿o no? Julián me esperaba fuera de mí casa a primera hora, me subí al auto y él me dio un fugaz beso en la mejilla. Tal vez ese hubiera sido un buen momento para hablar con él pero sencillamente no encontraba las palabras, él se veía casi incomodo a mí lado, como si no supiera que hacer conmigo, lo que era doloroso pues tan solo unos meses antes, cuando éramos "solo amigos", no había un momento de silencio tortuoso.

Cuando llegamos a la escuela, yo suspiré sabiendo que había dejado pasar un momento, iba a abrir la puerta con él me llamó.

- ¿Puedes hacerme un favor? -, preguntó con una media sonrisa.

Sin Amor (Julián Álvarez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora