Capitulo 11

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Sentí como la cama se movía cuando él se acostó a mi lado. Los párpados me pesaban tanto que tan solo pude abrazarme a mi misma justo antes de que él me atrajera a su pecho, el calor de su cuerpo y sentir su respiración me hizo cerrar los ojos, a pesar de mis disminuidas ganas de alejarme ya...

...

Evadir a Julián en la escuela fue más difícil de lo que había pensado pues, para mi sorpresa, él me estaba buscando.

Cuando me desperté por la noche, casi dos horas después, el miedo a que mis papás se dieran cuenta me hizo salir corriendo colocándome la ropa en el camino, sin siquiera despedirme de él.

Después, en la seguridad de mi habitación todo lo que quedo fueron sentimientos de desilusión, tristeza y pérdida, ni siquiera haber estado con él era un buen recuerdo y no me refería al sexo, que habia sido más bien confuso con tintes de electrizante locura, era la seguridad de que jamás podría recordar esos momentos con cariño, sin la duda, sin el enojo, sin la deslealtad.

A fin de cuentas, si él habia sido capaz de estar conmigo por hacerme feliz, ¿donde dejaba eso los sentimientos por los cuales yo no habia podido detenerlo?

Yo lo habia hecho por amor, él por amistad.

Tuve que tomar medidas drásticas los últimos tres días: Salía temprano de casa, me quedaba de voluntaria en el periódico por las tardes, lo que Leandro consideraba una bendición y no hacía preguntas por ello.

Cuando Julián llamaba para preguntar si regresábamos juntos a casa, yo le decía que ya estaba ahí, sólo para observarlo irse desde uno de los salones.

Solamente una vez fue a buscarme a mi casa, y por suerte mis padres no estaban, así que elegí no salir.

Lara sospechaba que algo pasaba y cuando llegó a clase, hace solo unos minutos, mi amiga estaba segura de ello solamente con verme.

- Tu novio consiguió mi numero, ¡y llamó a mi casa! - exclamó molesta.

- Regularmente así es como funciona, número igual a llamada- murmuré.

- No te hagas la listilla conmigo _________ ¿me dirás que esta pasando? - preguntó mirando hacia la entrada del salón, casi podia jurar que le pedía al cielo que el profesor no entrara aún.

- Es solo que no quiero hablar con él, aún no - contesté alejando la mirada hacia mis manos.

- ¿Pero tienes pensado hablar con él? - inquirió.

- Si - admití más para mí que para ella.

- ¿Sobre que? - preguntó.

- Quiero terminar - admití ante su cara de perplejidad.

Logré escaparme de nuevo de que él me llevara a casa después de la escuela, pero no pude hacer nada con sus llamadas al móvil.

Después de la sexta estaba a punto de volverme loca. Tomé el celular dispuesta a apagarlo, pero me di cuenta que solo era una excusa para aplazar algo que me dolería demasiado, aunque tenía que hacerlo.

Contesté con las manos temblando un poco.

- ¿Hola? - murmuró Julián con voz ansiosa al otro lado de la línea - ¿________? - siguió en el mismo tono.

- Voy para tu casa, espérame en el porche por favor - pedí el solo hecho de entrar otra vez a aquel lugar me llenaba de muchos sentimientos, la mayoría eran demasiado intensos y atemorizantes, un tanto dolorosos.

Julián iba de un lado para otro al frente de su casa cuando por fin llegué hasta ahí, se detuvo al verme y sin mas caminó apresuradamente hacía mi y se detuvo solo cuando estuvimos a un palmo de distancia, pareció dudar antes de enmarcar mi rostro y darme un beso en los labios, corto pero tan diferente a todos los anteriores besos.

Era casi como si atesorara el simple rose.

- ¿Quieres pasar? - preguntó

- No, vengo a hablar contigo un momento - contesté separándome un poco, Julián me miró y se masajeó la nuca antes de asentir.

- Si es sobre... la... ya sabes, lo siento si te asusté, fue egoísta de mi parte, lo siento debí hacerlo más... especial y... mejorará... lo juro.- dijo con palabras con suspenso.

- No es como si yo me hubiera negado - susurré, ambos sabíamos que no había tenido mucha elección, por parte de él o de mi corazón. La realidad es que no me arrepentía de perder mi virginidad con Juli'an, a fin de cuentas habia sido mi mejor amigo por años, era una... adecuada despedida.

Sin Amor (Julián Álvarez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora