Capítulo 12.

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Francesco.

Últimamente me siento con el mal humor por los cielos, todo me resuelve los ánimos, sobretodo ver a Adriano, quien al parecer se le ha dado por estar atrás de la hija todo el tiempo.

Aunque Ginebra no le pone un alto, siendo lo que detesto en verdad.

Al bajar al comedor está sentado a lado de mi esposa de nuevo. Suelto un resoplido aburrido de la situación.

Solo viendo el abdomen de seis meses que Ginebra carga. Ya no viste con pantalones ajustados ni blusas descubiertas, ahora lo hace con vestidos sueltos. Una imagen que no creí ver en ella.

Sonríe de lo que Georgina le dijo, mientras tomo el tenedor para comenzar con mi comida.

__ Capo, sé que no es momento pero quiero hablarte de algo.- me dice Adriano con soltura.

__ Tú mismo lo dijiste. No es momento y dudo que mi yo del futuro se haga tiempo de oírte. - escupo con enojo. Para acabar de arruinar mi mal genio, el hijo, Álvaro asoma con esa actitud que se carga por creer que merece el respeto que ser mi cuñado le da. - Con permiso, el apetito se me terminó.

Ginebra me mira con esa incomodidad que provoca el saber porqué es.

__ Ya que te vas, podríamos conversar un poco. - propone Álvaro.

__ Es justo por no estar cerca de gente que cree que tiene privilegios por emparentar conmigo que me voy. - expongo con desdén.

__ El derecho de ser tu...

__ ¿Derechos? No seas ridículo, tienes los mismos derechos a mi mandato que yo al de ser faraón de Egipto. Nulos. - le hago ver.

__ Ginebra, tu derecho...

__ No me molestes, Álvaro. Por si no lo notas tengo un ser humano creciendo dentro de mí, fácil no es y escucharte me da jaqueca. - se levanta también. No hemos congeniado mucho las últimas semanas, pero sabe que no la dejaré sola con el maldito de su padre y el mantenido de hermano que posee.

La espero enmedio de la sala, con esa determinación de no caer en los artilugios de dos tipos que solos no pueden hacer nada. Un par de inútiles que no quiero cerca.

__ Las alianzas se hicieron para que diera frutos.

__ Y los está dando con quién se casó conmigo. - declaro. - La usaron para escalar ¿no? La finalidad de eso era permanecer vivos, están respirando, más no les daré.

__ Carlo está metiendose con nuestro territorio. - me hace saber Álvaro.

__ Lo sé y no me importa.

__ Ginebra, es el legado de tu hijo.

__ Me dejaron que nada de eso sería mío. - atribuye ella sin voltear. - Cuido lo de mi descendencia, pero ya se dejó claro que no sería de ese modo.

__ No puedes ser tan egoísta. - repele su padre. - Somos tu familia.

__ Mi familia es este bebé. - recalca ella. - ¿No lo dijiste tú mismo? Solo actúo en base a eso.

__ Eres una malagradecida. - regaña Álvaro. - Estás ahí porque lo decidimos nosotros.

__ Está aquí porque yo acepté casarme con ella, hace unas semanas acordamos que seria un año. Adivina cuando se cumple. - me jacto y sus cuentas de seguro lo hacen saber que está por cumplirse. Ya no son tantos meses como antes.

__ Ginebra no puede hacer eso. - reitera su padre.

__ Pues sí pude. -  se mofa la mujer a mi lado. - Ahora si nos permiten. Tengo que revisar que mis aprendices se hayan aprendido la lección.

Impact (Libro 4 Dinastía Indestructible) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora