Capítulo 13

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—Demasiado brillante. —Ella dice con una pequeña mueca.

Jennie, quien se encuentra delante del espejo de su armario, frunce el ceño para seguidamente girarse y mirar a su hija. Esta última se encuentra sobre la gran cama de su madre, con un montón de prendas de ropa a su alrededor.

—Es un buen color. —Jennie dice, a lo que la pequeña niega.

—Demasiado amarillo, siguiente.

Jennie remueve el montón de ropa sobre su cama, tomando una blusa negra. Al ponérsela, se da la vuelta para mirarse al espejo, esperando la opinión de Ella.

—Estas guapa con eso. —Ella dice con una sonrisa.

—¿Tú crees?

—Sí, mami. Tu siempre estás guapa.

—Gracias preciosa —Jennie le sonríe—. Quiero llevar algo que sea diferente, especial.

—Esa blusa no te la has puesto mucho, es diferente y estás muy guapa.

Jennie se mira en el espejo, y sonríe, una sonrisa sincera. Piensa que su hija tiene razón, se ve bastante bien.

—Pues ya estoy lista. —sonríe satisfecha, caminando hasta la cama para sentarse al lado de la pequeña.

—Entonces, ¿ya hemos terminado? —Jennie asiente.

—Eso creo.

—¡Bien! —exclama alegre.

—¿Estás segura de que no te importa irte a casa de la tía Nay?

—Segura —asiente—. La tía Nay y yo nos lo vamos a pasar bien juntas.

Jennie la mira con una sonrisa, sin dudar de sus palabras. La castaña sabe que Nayeon la iba a cuidar bien, pero también sabía que iba a echarla de menos.

—Quiero pensar que me echarás un poco de menos.

—Mami solo me voy una noche. —Ella dice divertida, haciendo que Jennie la mire con falsa indignación.

—¿Y qué? Yo te echaré mucho de menos.

—Yo también —dice abrazándola con fuerza—. Pero la entrenadora Lili estará contigo.

—Sí. —Jennie asiente con una pequeña sonrisa nerviosa al recordarla.

—Segunda cita —Ella dice levantando las cejas repetidas veces—. ¿Cuándo es la boda?

Jennie rueda los ojos, pero una pequeña sonrisa en sus labios le delata.

—No va haber ninguna boda. —dice, pero el rubor que se instala en sus mejillas no le ayuda a sonar creíble.

—Pero me dijiste que querías casarte. —Ella frunciendo el ceño.

—Pero no estaba hablando de casarme con Lisa.

La niña mira a su madre con los ojitos gatunos entrecerrados, sabiendo perfectamente que aquello no era cierto.

—Pero lo estabas pensando. —dice divertida.

Jennie aprieta los labios en una sonrisa y se niega a darle la razón a su pequeña hija.

—Fin de la conversación. —dice poniéndose de pie.

—Los adultos son tan raros, demasiado confusos.

[•••]

—¡Lili! —Ella exclama al abrir la puerta principal de la casa, lanzándose a los brazos de su entrenadora.

¡Entrenadora Lili! - (Jenlisa) (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora