Capítulo 3

255 23 9
                                    

El resto de su cita no fue mucho mejor después del incidente de la copa, pero Koichi parecía tan avergonzado por su comportamiento que Fuyumi hizo todo lo posible para quitarle peso al asunto. 

Durante casi tres horas más, ambos terminaron de almorzar, compartieron notas del trabajo e intentaron ver una película. Sin embargo, Fuyumi seguía sintiéndose incómoda, así que se inventó una excusa para volver a casa. 

Nunca había tenido que mentir de esa manera para escapar de la compañía de una persona que quería y apreciaba, y no pudo evitar sentirse culpable cuando salía del edificio de Koichi. Se sentía como una farsante. 

A nivel consciente sabía que no era para tanto, pero su estómago parecía estar lleno de un alambre de púas mientras caminaba hacia la estación del tren. 

Estaba a punto de llamar a su madre cuando una pluma roja descendió del cielo, rozando su nariz y pasando por su lado. 

Sobresaltada, Fuyumi levantó la mirada al cielo. 

"Podría reconocer esas plumas en cualquier parte". 

— ¿Hawks? 

No podía ver de dónde venía, pero al girarse, descubrió al héroe número 2 descendiendo a unos metros. No llevaba su traje de héroe sino un conjunto informal; una camiseta gris debajo de una cazadora azul, pantalones negros holgados y varios brazaletes de cuero. 

Los accesorios, más que la ropa, le daban un estilo bohemio que parecía encajar bastante bien con su personalidad. 

Su mirada, sin embargo, denotaba cansancio y curiosidad. 

Para su sorpresa, el héroe abrió la boca y luego la cerró, como si reconsiderara sus palabras. 

— Quería decir "hola", pero ya que lo pienso, no estoy muy seguro de cómo dirigirme a ti. —Le dijo, llevándose una mano al cuello en un gesto tan casual que casi la hizo sonreír.— Suena un poco grosero llamarte "Princesa Todoroki". 

— Sí, un poco. —Esta vez ella no pudo evitar reírse, lo que al menos sirvió para romper el hielo. Hawks le devolvió la sonrisa e inclinó la cabeza hacia un lado, casi como lo haría un ave real.— Puedes llamarme simplemente Fuyumi. ¿De dónde venías? 

— De Fukuoka. 

Fue Fuyumi quien se quedó sin palabras de pronto, recordando el incendio de la mañana con un ceño fruncido. ¡Eso había pasado hacía menos de cinco horas! 

— T-Te vi en las noticias. —Exclamó con su voz agudizándose por la preocupación.— ¿Qué haces aquí? Deberías estar en revisión médica o al menos descansando en tu casa. 

Hawks lucía genuinamenre divertido con su reacción, pero ella todavía tenía la cabeza con la consistencia de un pudín para interpretar su mirada. 

— Estaba en casa. —Él respondió, encogiéndose de hombros.— Pero últimamente todo está muy aburrido y decidí venir a molestar un poco a tu padre. 

— Tendrías algo en qué ocuparte si fueras al hospital y dejaras que te revisaran. —Fuyumi soltó aquello de la misma manera que hacía cuando tenía a su padre y a su hermano heridos por alguna batalla, pero en esta ocasión, se sintió inmediatamente cohibida.— L-Lo siento… No debería debería regañarte como si fuera tu madre. Fui una entrometida, así que olvida lo que dije. 

Hawks volvió a abrir y cerrar la boca, como si no esperara aquella reacción de su parte. 

— No, está bien. —Él dejaba de sonar divertido, pero cuando Fuyumi levantó la mirada, lo encontró sonriendo con una amabilidad inesperada. Le recordó al día que se presentó a la habitación de hospital de su padre, eligiendo ser su apoyo y el de su familia para enfrentar a Dabi.— No estoy acostumbrado a que se preocupen por mí, pero… No diría que se siente mal. Especialmente viniendo de ti. 

GaslightingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora