Tierra [Saga Lapis Omnia #1] ✓

Capítulo 13

Addy

Lo único que me pregunto mientras vamos de camino al palacio, es ¿Cómo estará Alma?

Tengo mucho miedo de que ella esté peor, no creo que podría vivir con la culpa de no ver las señales, no haberla ayudado antes... De no poder salvarla a tiempo.

A ella no le puede pasar absolutamente nada, ¿Cierto? La ansiedad y la culpa me carcomen mientras avanzamos por los pasillos para ir a ver cómo está ella en el mini lago.

Hay un silencio tan tenso, que se puede cortar la tensión con un cuchillo. Parece broma, pero creo que el destino de nuestra alianza está peligrando como la vida de Alma; y si me preguntan a mí, sacrificaría cualquier cosa para salvar a Alma, cualquier cosa.

Sé que no es nuestra culpa lo que pasó, pero Alma estaba a nuestro cargo, debimos ser más precavidos con la situación de ella; aunque nadie se llegó a imaginar que ella acabaría así, con dos cortadas profundas en ambas muñecas.

Creo que esa imagen me va a perseguir por el resto de mi vida.

Pero es que Alma se veía tan bien, no parecían haber cambios de como era antes y ahora, todo estaba igual; pero no era así, y no lo pude ver a tiempo. Ella fingió todo el tiempo, y aquí es donde me pregunto, ¿Desde cuándo?

Llegamos al lugar y puedo ver que está tal cual lo dejamos, guardias alrededor y una Alma debajo del agua cristalina. Su padre se lanzó al agua a por ella, seguramente quiere ver que ella esté perfectamente. Yo solo podía desear que Alma estuviera bien, que esté recuperándose como es debido. Sé que sonará un tanto peculiar de mi parte, pero yo no sé qué haría sin ella en mi vida, ella se volvió una parte fundamental de mi vida. Ella es mi hermana.

Su padre la saca y con solo verla siento que mi corazón se rompe un poco más. Ella está despierta, se ve bien, pero esas heridas en sus brazos me revuelven el estómago. Haré mi mayor esfuerzo para que esas heridas sanen completamente y no dejen cicatriz. Haré eso y más por ella, lo haría todo por ella.

Ella logró que yo dejara de sentirme sola en este enorme palacio, me hizo sonreír cuando me encontraba triste después de desilusiones amorosas. Ella ya forma parte de mí.

Mis padres y yo decidimos dejarles su espacio para hablar.

Tengo la cabeza un desastre, no paro de pensar en la isla y en Alma. Paseo por el otro patio y no puedo evitar pensar en el desastre que será todo en la isla y en qué Alma no está para eso. Solo conozco a Alma y a Sam, sé cómo son ellos, pero ¿Evan? ¿Ted? Ni idea, lo más probable es que nos intentemos matar la segunda noche. Y Alma, ella no tendrá el humor ni la fuerza para soportar nuestras peleas.

Es que ¿A quién se le ocurre poner a cinco personas totalmente diferentes en una isla? Evidentemente, a los líderes.

—¿Qué tal, Addy? –Casi me caigo del susto.

Evan aterrizó enfrente de mí.

—¡Qué susto! Ponte una campana en el pie, por favor. –Él se ríe, tiene cara de que le encanta hacer eso.

Idiota.

—¿Qué haces por aquí? –No es que lo esté corriendo de la Tierra, pero mejor saber qué quiere.

—Solo estaba volando y te vi caminando, pensé en acercarme un rato.

—Ah, que bien. –Ambos parecemos incómodos con el repentino silencio.

Era de esperarse, no somos amigos ni nada; aunque claro, pudimos ser esposos por la idea loca de su padre. Gracias al cielo que eso no pudo cumplirse.

Afortunadamente, él rompe el silencio.