Everything About You | Tom Kaulitz

what happened, girl?

Estaba en medio de un profundo sueño siendo abrazada por mis cómodas sábanas cuando empece a oír el sonido de mi celular. Al principio, pensé en simplemente ignorarlo y seguir durmiendo, pero el sonido al ser tan insistente y nefasto para mis oídos, hizo que decida levantarme y ver que sucedía. Era una llamada, de Amy, una de mis mejores amigas dentro de la industria. ¿Qué había sucedido? Respondí a la llamada para ver cual era la emergencia.

―Más te vale que sea importante, porque estos minutos de siesta no vuelvo a recuperarlos― Le dije con un tono de indignación.

―Bua, como si no durmieras cada que puedes, además lo que te voy a contar recompensa cada minuto.

―Ya, ya. ¿Qué es lo tan interesante?

―Hoy a la noche, habrá una fiestaza.

―¿Y que es lo que hace especial a la "fiestaza"? Como si no saliéramos todos los fin de semanas. Creo que este lo reservo para dormir, lo siento.

―¡Eh! Nada de dormir, me dijiste lo mismo la semana pasada. 

―Ya, ya. Ve al grano, que hasta quizás me convences.

―Bueno, bueno. La fiesta no es como a todas las que vamos, esta será una fiesta de famosos.

―No me tienta mucho la idea, ¿sabes? Los lugares llenos de gente influyente son tóxicos.

―¡Vamos, Jessica! No seas aburrida, hazlo en compensación a la última vez. Te imaginas que me pierdo la oportunidad de andar con algún ricachon bonito. ―Reí levemente del otro lado del teléfono por su comentario.

―Bua, dios mio. Esta bien, iré. ¿Pero como piensas entrar? No creo que dejen entrar a cualquiera.

―¿Eres tonta o se te olvida que eres una estrella del cine? Solo con verte nos dejarán pasar.

―¡Me haces sonrojar! ―notese el sarcasmo― Vístete bien, ya voy a arreglarme así no llegamos tarde.

―Oki, Jessi. Paso a buscarte a eso de las doce. Besitos, divina.

Rodé los ojos al escuchar ese: "besitos, divina" pues sabía que lo hacía con la intención de que no cambie de opinión.
Colgué la llamada y tire mi celular a mi cama, para caminar hasta mi armario y contemplar en un lapso de 20 segundos toda mi ropa. Habían muchas opciones, pero ninguna parecía satisfacerme, así que opte por hacer el maquillaje que era con lo que más tardaba y si me atrasaba eligiendo la ropa, jamás llegaría a maquillarme.

Hice un smokey eye sencillo y coloque un gloss que dejaba algo de pigmentación rojiza en los labios. Y sí; gloss, porque no pensaba besar a nadie.
Terminé de maquillarme y nuevamente miré en el armario pero esta vez, fue mucho más fácil elegir algo. Me puse una mini skirt y un top entallado, con unas botas que terminaban antes de mi rodilla. Quería una imagen de como si no me importase mi look, pero al mismo tiempo sí.

En cuanto termine de cambiarme corrí a hacerme ondas en el cabello. Tenía miedo de no llegar a tiempo. Empecé a hacer las ondas apresurada hasta que vi la hora, eran las once y cuarto, lo que significaba a que llegaba y me sobraba el tiempo para hacer lo que quisiese.
Una vez termine todo, me sente en mi cama (acostarse no era una opción; pues las ondas desaparecerían, mi maquillaje se correría y mi ropa se arrugaria) esperando el sonido del celular que anunciaría la llegada de Amy.

Además de hacerle un favor a Amy, creo que no estaba mal salir, las últimas semanas habían sido demasiado estresantes ya que estuve trabajando en múltiples entrevistas para la promoción de mi próxima película y en realidad, la semana siguiente sería así también.
Mientras permanecía concentrada en mis pensamientos, hubo un ruido chillón y que altero la paz y el silencio de mi casa. Y por si quedaban dudas, aquel ruido poco agradable era mi celular.