XV

16 0 0
                                    

Soobin

Un par de horas antes de salir con Ni-ki, tuve que ir a la oficina del mánager encargado de nuestra habitación para decirle que el pequeño daría un paseo conmigo. El mánager estuvo de acuerdo con la condición de volver antes de las siete de la tarde, ya que debíamos cenar y luego seguir con nuestras actividades.
Asentí para luego volver hacia el cuarto y encontrar a un Ni-ki indeciso con su vestimenta.

―¿Qué debería usar hyung? No quiero verme mal para tu amigo, me gustaría darle una buena impresión y que no piense que soy un niño.

Reí antes de hablar ― No te preocupes tanto, Kai no se fijará mucho en eso.

Ni-ki me miró con decepción, aparentemente si le importaba su imágen ― ¿sabes qué? Mejor usa esta camisa ―dije señalando una de las opciones que estaban encima de la cama del menor― a Kai le gustará.

El pequeño volvió a sonreír al ver que me importaba lo que a él de cierta forma le angustiaba.

Mientras él se vestía, yo me retocaba el cabello y maquillaba un poco las ojeras, no quería que Kai notara mis pocas horas de sueño por culpa todas mis responsabilidades y lecciones.

Salí con Ni-ki de la residencia y lo llevé de la mano, aunque fuera bastante alto para su edad, me surgía un sensación de que si lo soltaba se escaparía de inmediato. Eso hizo que él bufara y me dijera constantemente que no es un niño, si no un adolescente. Cosa que generó una risa en mí.

Llegamos a una cafetería algo pequeña, que habíamos acordado en la mañana y mientras esperábamos me sentía cada vez más ansioso.

―¿Estás bien hyung?

―Oh, si, es solo que estoy algo nervioso, no lo he visto en algún tiempo

― Entiendo como te sientes, yo no he visto a mi mejor amigo Taki desde que me fui de Japón, la verdad es que lo extraño mucho ― dijo mientras balanceaba las piernas en su asiento y miraba hacia todos lados. Acción que me resultó adorable y triste a la vez.

Al ver entrar a Kai, me levanté de la silla con rapidez y fui corriendo hacia él olvidándome de todo el mundo que nos rodeaba en ese momento. Lo abracé con mucha fuerza y él me tomó de las mejillas con dulzura como si él quisiese besarme en ese preciso momento. Sin embargo, sentí que alguien tiró de mi ropa. Era Ni-ki, que sin darme cuenta me había seguido hasta casi la puerta del lugar, impidiéndome besar a mi novio.

―Ah, lo siento, Kai él es Ni-ki, mi amigo y hermano menor de la residencia. Ni-ki, él es Kai, ya te he hablado de él.

El menor sonrió y estiró su mano.

―¡Hola amigo de Binnie hyung! Disculpa si mi coreano es algo malo, soy japonés y todavía estoy aprendiendo el idioma.

Kai tomó la mano del contrario saludandolo cortésmente

― No te preocupes Ni-ki, Soob ya me ha contado de ti.

Los tres nos sentamos y hablamos con total comodidad. Kai sentado a mi lado, ambos sujetados de la mano sin desear soltarnos y el pequeño en la silla de enfrente contándonos las maravillas de Japón.

Cuando llegaron nuestros pedidos, Ni-ki se excusó para ir al baño, por lo que Kai aprovechó para hablar de manera más íntima conmigo.

―Te extrañé mucho Binnie, no tienes idea de cuánto. ―dejó un par de besos en mi mejilla.

―Yo también lo hice, Ninggie, lo siento por haber traído a Ni-ki a nuestra cita, pero es que él estaba tan emocionado por salir que no pude evitarlo.

La sencillez de tus acordes (Sookai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora