II

65 16 0
                                    

Narra Hk

Luego de terminar con mi horario laboral en la tienda de comestibles donde solía trabajar a medio tiempo, decidí caminar hasta el parque central que quedaba bastante cercano al establecimiento. Al llegar, vi a mucha gente acumulada, haciendo que se detone mi curiosidad y por consecuencia, dirigirme a ver lo que estaba ocurriendo.
Una vez ahí, pude observar a un chico que se veía un poco mayor que yo, bastante alto y de cabello rubio.

Era justo de mi tipo y no podía negarlo.

Comencé a ir cada vez más seguido, al punto de estar ahí todos los días solo para ver sus presentaciones. Solía quedarme hasta el final de ellas con la esperanza de poder decirle algo a tan buen artista que había encontrado, pero me resultaba imposible. Cada vez que quería acercarme, su mirada se encontraba con la mía y yo no podía evitar ponerme nervioso por esa simple interacción, resultando que me avergonzara y me vaya sin éxito alguno.

Pasaron ya dos semanas desde que frecuento a este chico en el parque y no puedo creer que hasta ahora no le he dirigido la palabra y él tampoco a mí. Supongo que no le intereso, digo, hay muchas chicas de mi escuela y compañeras de trabajo que van a verlo también, así que es muy posible que alguna de ellas le guste y es por eso que no se fija en mi. Pero tamién es posible que como ve a tantas personas en el día no me recuerde.
O quizá solo estoy sobrepensando, eso también es opción.
Pero ya no puedo dejar que esto siga de así. Voy a hablarle cueste lo cueste.

... Eso dije un lunes temprano antes de salir hacia el trabajo. Lo gracioso de todo es que cuando fui a ver su presentación habitual, no le hablé como dije que haría. Ni tampoco lo hice el resto de la semana. Pero sabía que dentro de poco tomaría el valor que me haría falta para conversar con él.

Ya casi finalizando la semana, esperé a que él estuviera guardando su guitarra para acercarme y finalmente decirle

―Hola, Soy Huening Kai.

Luego de eso, le dije lo buen artista que era. Me sorprendió que él en vez de ignorarme o asustarse por mi manera de hablar tan exaltada debida a la emoción del momento, se presentara educadamente y me siguiera la corriente mientras hablábamos.

Definitivamente, este chico es todo lo que buscaba.

Al momento en que el sol comenzó a bajar y la hora de irnos se acercaba con rapidez, hice una pregunta que no creí que se volvería realidad.

"¿Crees que podamos hablar otra vez mañana?"

Él se limitó a sonreír y luego contestó

―Estaré en el mismo lugar en la hora de siempre. Espero verte en el público otra vez.

Desde entonces, supe que Soobin y yo tendríamos alguna clase de romance de verano, como los que salen en las películas. Creo que tuve suerte de haberlo encontrado.

La sencillez de tus acordes (Sookai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora