Capítulo 3

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El sonido de su teléfono se presentó e indicó que tenía un nuevo mensaje de texto de parte de Konoe

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El sonido de su teléfono se presentó e indicó que tenía un nuevo mensaje de texto de parte de Konoe.

-¡Oye! ¡Espero que este no sea un mal momento! -enviado el 29 de julio a las 11:56 p.m

Dazai levantó la cabeza de la almohada y extendió una mano para agarrar su teléfono. La luz brillante hizo que entrecerrara los ojos al leer el mensaje. En silencio, pensó en si quería responder o no. Parpadeó débilmente y deslizó los dedos por los lados de su teléfono, una señal de cansancio que no podía desobedecer. Él vio como la pantalla se volvía negra, y fue entonces cuando volvió a colocar el teléfono en su mesita de noche, eligiendo ignorar el mensaje.

No pudo dormir durante aproximadamente una hora después del mensaje de texto, pero finalmente se quedó dormido.

Él nunca recibió otro mensaje en la hora restante que estuvo despierto.

Durante el día siguiente, Dazai decidió quedarse en casa. Se sentó en su habitación la mayor parte del día y había pasado al menos seis horas despierto hasta que volvió a tomar su teléfono en sus manos.

Miró el mensaje que ella le había enviado la noche anterior. Su pulgar se movía sin rumbo sobre el teclado, pensando en qué escribir.

-Hola -enviado a las 4:43 p.m

-¡Hey, hey, hey!

-¡Debo haberte enviado un mensaje de texto mientras dormías!

Dazai estaba estupefacto. Nunca había recibido una respuesta más rápida en su vida.

-Sí, ese debe haber sido el caso.

-Dices mucho "Hey", Konoe.

-¡Lo sé! ¡Es algo mío!

Dazai podía sentir el entusiasmo de Konoe a través de sus mensajes de texto. Habló con él como si no hubiera tenido un amigo al que enviar mensajes de texto en años.

-¿Cómo estás hoy?

-Estoy bien, gracias ... Me estoy poniendo al día con algunas cosas de voleibol ..

-¿VOLEIBOL?! ¡¿También te gusta el voleibol?!
DEBEMOS JUGAR JUNTOS.

Haciendo una mueca, Dazai entrecerró los ojos hacia la pantalla de su teléfono. Ella era una mensajera tan enérgica. Era un poco difícil seguirle el ritmo, y él sintió que esto sería algo a largo plazo.

-Uh, seguro. Quiero decir, ¿te dejarán salir del hospital?

-Supongo. ¡Todavía puedo caminar y llegar a donde tengo que ir! ¡Casi lo único que me pasa es que no puedo dormir!

Dazai frunció el ceño. Podía sentir la ignorancia que emanaba de los mensajes de texto de Konoe. ¿De verdad pensaba que había sido ingresada en un hospital solo porque tenía problemas para dormir? Sabía muy bien el nombre de la enfermedad que tenía. Entonces, ¿por qué estaba tan alegre con toda su situación? ¿Por qué le faltaba la comprensión de cuán grave era su condición?

A menos que... Konoe deliberadamente se estaba haciendo la tonta. Debe haberlo sido.

¿Correcto?

El agarre de Dazai se apretó alrededor de su teléfono. Tenía que serlo.

-Entonces supongo que te veré en el hospital dentro de una semana o dos. Conozco un gimnasio al que podemos ir..

-¡¿UNA SEMANA O DOS ?!

-¿Es una espera demasiado larga? Probablemente pueda reprogramar..

-¡No, está bien! Supongo que puedo esperar tanto tiempo. Tengo tiempo.

Tengo tiempo. Las palabras resonaron en la cabeza de Dazai, como si las hubieran dicho en voz alta. Miró la pantalla, frunciendo ligeramente el ceño.

¿Ella sabía sobre la esperanza de vida de las víctimas con su condición? ¿Estaba jugando al tonta después de todo? ¿Qué tipo de chica era?

La indiferencia se transformó en curiosidad, y esta misma fue lo que acercó a Dazai a su nueva amiga.

-Excelente. Te veré luego.

•❐❐❐•❖•❏❏❏•

-¡Dazai!

Habían pasado otras dos semanas desde que el de cabello castaño oscuro había visto a Konoe, pero esta vez, esperó fuera del hospital, a varios metros de la entrada.

Él levantó la vista de su teléfono y se lo guardó en el bolsillo de la chaqueta mientras la energética paciente del hospital cruzaba el estacionamiento. En poco tiempo, ella estaba de pie frente a él, ansiosa en todos los sentidos por llegar al gimnasio.

-No he puesto un pie afuera en semanas -miró a su alrededor.

El día era extrañamente frío, con una brisa ocasional de vez en cuando, haciendo que las hojas doradas crujieran en los árboles de arriba. Esos ojos atardecer lo examinaron todo, firmes en asimilarlo todo.

Konoe metió las manos en los bolsillos de su capucha, con los hombros encorvados. Una bocanada de humo salió de ella mientras exhalaba. Estaba más pálida que antes, y las bolsas debajo de sus ojos estaban más oscuras. Parecía exhausta más allá de lo creíble, sin embargo, allí estaba, emocionada de ir al gimnasio.

Dazai ni siquiera había reunido su primera palabra antes de que Konoe giró la cabeza hacia un lado para darle toda su atención.

-El gimnasio está a unos diez minutos de esa manera -dijo y señaló hacia el camino.

-¡Entonces vamos! -el correr de Konoe avanzó, obligando a Dazai a alcanzarla con un ritmo acelerado, lo quisiera o no.

-¡Entonces vamos! -el correr de Konoe avanzó, obligando a Dazai a alcanzarla con un ritmo acelerado, lo quisiera o no

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In Another Life | Dazai Osamu |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora