Capítulo 4

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El sonido de sus zapatillas chirriando contra el piso del gimnasio era tan estimulante para la memoria que causó que Dazai se tomara un momento y recordara los viejos tiempos, como si hacerlo lo llevara al pasado cuando jugaba voleibol todos los d...

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El sonido de sus zapatillas chirriando contra el piso del gimnasio era tan estimulante para la memoria que causó que Dazai se tomara un momento y recordara los viejos tiempos, como si hacerlo lo llevara al pasado cuando jugaba voleibol todos los días después del colegio. Después de un rato, abrió los ojos y suspiró, luego cruzó la cancha hacia la red. Había traído una pelota de voleibol propia, en caso de que no se les proporcionara ninguna.

-¿Cuál solía ser tu posición cuando jugabas? -Konoe preguntó en voz alta, finalmente sacando sus manos de los bolsillos de su capucha. Su cabeza estaba inclinada hacia atrás mientras inspeccionaba el gimnasio.

Él bota la pelota del piso dos veces.

-Setter. ¿Tú?

Ella sonrió con orgullo.

-Yo era la capitana del equipo y la as -hizo un movimiento burlón de su brazo, como si estuviera disparando -. ¿Crees que puedes arrojarme?

-Por supuesto.

Dazai y Konoe tenían una especie de comunicación tácita entre ellos. Tenían una relación extraña, por decir lo menos. Dazai respondería sus preguntas con frialdad, con poca o ninguna emoción, pero Konoe apreciaría estas respuestas y respondería con entusiasmo en su tono. No pareció ofenderse fácilmente. Ella era muy diferente de todos los demás que Dazai había conocido antes que ella.

Donde la mayoría de las personas se separaron, Konoe se apoderó y no lo soltó, siendo tan persistente como enérgica. Fue muy inquietante.
Dazai se dio la vuelta y frunció el ceño.

No te hubiera dado mi número si no fueras una paciente -pensó.

El hombre de cabello castaño oscuro rebotó la pelota de nuevo y se acercó a la posición.

-Todo esto es muy nostálgico -la voz de Konoe estaba llena hasta el borde de la emoción.

Dio varios pasos hacia atrás para prepararse para el lanzamiento. Mentalmente, estaba más que lista para disparar, pero no tanto físicamente.
Ella se perdió el set de Dazai doce veces.

-Mierda, mierda -su frustración quedó desenmascarada-. ¡Por favor tírame otra vez! -suplico y le lanzó la pelota a Dazai.

No hay nada que te detenga, ¿verdad? -pensó, tomando la pelota en sus manos y apuntó a la ubicación aproximada donde ella clavaría la pelota.

Quería que lo golpeara al menos una vez para que Konoe no lanzara un ataque de pánico inducido por el odio a sí misma.

Viendo a Konoe correr hacia adelante, Dazai puso la pelota perfectamente. Lo trajo de regreso a sus días de escuela secundaria. Ahora si solo la enferma lo golpeara.

El sonido de la palma de la mano de ella al chocar con la pelota sonó como una explosión.

Dazai se estremeció. Había pasado tanto tiempo desde que había escuchado algo tan fuerte. Fue increíble.

In Another Life | Dazai Osamu |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora