🕯️𝕿𝖔𝖒𝖚𝖗𝖆 𝖘𝖍𝖎𝖌𝖆𝖗𝖆𝖐𝖎 𝖝 𝖑𝖊𝖈𝖙𝖔𝖗𝖆-𝐄𝐥 𝐚𝐜𝐭𝐨 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥🕯️

🪻𝐥𝐥- "𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧: 𝐡𝐚𝐛í𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐞𝐳"🪻

𝕿𝖔𝖒𝖚𝖗𝖆 𝖘𝖍𝖎𝖌𝖆𝖗𝖆𝖐𝖎 𝖝 𝖑𝖊𝖈𝖙𝖔𝖗𝖆-𝐄𝐥 𝐚𝐜𝐭𝐨 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥🥀
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—¿Qué es lo que busco? Una pregunta fácil de responder.

Aquel rey de cabellera celeste y ojos rojizos como la sangre sonrió, una sonrisa que hizo que el rey de los herreros temblará de miedo, miro con atención a aquel rey de aparecía temible. Tenía unas cicatrices en su rostro que lo hacían ver muy escalofriante, sus labios resecos se miraban realmente mal, ¿siquiera ha besado a alguien antes?

Su cuello tampoco se quedaba atrás, tenía tantas marcas rojizas y algunas de color moradas en este, cicatrices que era inevitable no mirar solo una vez aquel cuello tan lastimado, aquel rey trasmitía un aura de muerte.

Era como si dijera: "mirenme pero aún así morirás" sin decir alguna palabra.

—creí que ya sabían que era lo que deseaba—El oscuro rey contestó con seriedad, con aquella voz tan rasposa y grave.

También quería otra cosa, no solo deseaba apoderarse de esas tierras de este reino, de querer expandirse pudo haber tomado otro reino cerca del suyo y así evitar venir desde tan lejos.

—si lo sé, se lo que deseas.

El rey de los herreros habló con seriedad mirando a shigaraki, sin apartar su mirada de él y atento a cada uno de sus movimientos por si este intentaba algo.

—Pero no te daré mis tierras, mucho menos mi reino, si lo deseas entonces tendrás que pelear por el, estoy dispuesto a pelear por mi gente incluso si se trata de ti.

Shigaraki se mantuvo serio, sus cabellos blancos se elevaron por el viento acariciando su rostro en el proceso. Él odiaba que lo tutearan.

—. . .

Shigaraki sonrió y puso su mano en su cuello sobandolo un poco con la tentación de rascarlo pero evitando hacerlo. Para que no vean su estrés.

—Su majestad, ¿desea que de el primer paso?—una chica rubia y con colmillos se acercó hacia el rey shigaraki.—. Solo ordenelo majestad, lo haré.

La chica sonrió, mostrando una sonrisa escalofriante y horrible, sus ojeras debajo de sus ojos la hacían ver temible, sus ropas arrugadas y rotas la hacían ver mal cuidada. ¿Pero que se podía esperar de gente de las tierras oscuras? Eran y siempre serían así, temibles y descuidados, crueles y despreciables.

El rey shigaraki miro hacia el rey de los herreros, frunció sus ceños en señal de molestía, tendría a como fuera lugar este reino. Este lugar era donde se encontraba aquella espada que fue forjada por un antiguo Aetherius y hechizada para ser imparable. Shigaraki la obtendría, lo haría a como fuera lugar.

—Aquí hay algo que deseo—El rey shigaraki habló con rudeza—. Si me lo entregan podría considerar no asesinar a muchas personas.

El rey de los herreros lo supo en el momento en que miró la sonrisa de aquel temible rey. Él no dijo nada, no quería cometer el error de decir algo que perjudicará su reino, algo que le hiciera saber a shigaraki de aquella espada que es cuidada por él mismo para evitar el caos y destrucción.