Capitulo 1

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Capítulo 1: Un reencuentro que marca el camino.

Cuando das el primer paso, lo único que te queda es seguir adelante.

Siempre encontrarás motivos para dudar, no, lo correcto es decir que de una u otra forma querrás rendirte.

Sin embargo; ¿Existe alguna buena razón para hacerlo?

—Señorita Zafril, nos honra con su presencia. No esperábamos que viniera tan pronto, sobre todo en esta complicada época del año.

Un hombre de toga blanca me recibió con una reverencia en lo que solo puedo describir como: Un cálido lobby.

—La ciudad de la lluvia Talosarin, tiene ese nombre bien merecido —admire la estructura exterior, los colores vibran en sintonía —. No sé preocupe, el motivo que me dio su patrón para venir a este lugar es algo de lo que vale la pena hablar.

—Ya veo, si ese es el caso por favor entre, podría resfriarse con esta tormenta.

Acepté su oferta, el viaje ha sido largo y la lluvia enfrió mi cuerpo.

El interior rebosa de un aire elegante pero comparado con algunos palacios, es más pequeño.

—Puede dejar su abrigo en manos de mi compañera.

Una sirvienta se acercó y me ofreció una toalla de seda.

Deje mi pesado abrigo en sus manos antes de secarme el rostro.

—Ya veo, piel de iguana marina. Muy resistente al clima, pero también muy húmeda —dijo el anciano al observar el abrigo, algo en su voz pareció sarcástico.

No puedo negarlo, esa sonrisa en su rostro me pico. Mi abrigo está hecho para aguantar condiciones extremas pero el desgaste después de una década es evidente.

Sonreí suprimiendo mi molestia.

—Por favor sígame, mi señor la atenderá pronto.

Atravesamos el lobby encontrando un pasillo largo de poca iluminación, los ventanales dan vista a un jardín con estanques. Flores de medicinales estaban sembradas por aquí y por haya.

A mitad del pasillo señaló una puerta, me invitó a entrar con un ademan. Los protocolos que deben seguirse con la nobleza no parecieron tener peso hoy.

—Por favor espere aquí —señalo él.

Asentí en silencio, acto seguido cerró la puerta. Me límite a tomar asiento en el sofá más grande, seque mi pelo y deje la toalla colgada en el respaldo.

Ver tanta paz me trae recuerdos.

Troné la lengua ante pensamientos intrusivos.

La melancolía no es un sentimiento muy agradable. De hecho, me inquieta mucho, mi mente suele detonar ciertas emociones incómodas.

Bufé por lo alto y mire el techo.

Hace mucho tiempo que no me topo con ocultistas, espero no hacerlo en esta ciudad. No es un secreto que la paz da a luz manzanas podridas.

Malos hábitos de procrastinación llevan a desarrollar sentimientos negativos.

Por supuesto, suele infectar a los más débiles de la sociedad, sin embargo, se propaga como una enfermedad.

"Obtener una reliquia ¿Eh?" Pensé.

Parece un suicidio internarse en una tierra perdida por un artefacto como ese.

Siendo una exploradora de alto rango, no vine a ciegas. Investigué por mi cuenta, así que, tengo una vaga noción sobre lo que está familia está buscando en realidad.

La resiliencia de ZafrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora