Capítulo 1... Esto es solo el inicio

103 14 6
                                    

Llevo veinte minutos aquí, parada frente a una fraternidad que no conozco, en la cual jamás he estado, pero me enteré de que habría una fiesta.

Yo no soy del tipo fiestera, prefiero hacer cualquier otra cosa, pero mis amigas de la escuela insistieron en que les presente a mi novio y el único lugar en el que se me ocurrió hacerlo fue en una fiesta con desconocidos, de esa forma no me afectará tanto quedar en ridículo ya que hay un pequeño problema. No tengo novio.

Alejandra:

¿Ya llegaste Kris? Nosotras estamos aquí

Elizabeth:

¿Dónde estás? ¿Ya te arrepentiste?

Irene:

No va a venir, siempre hace eso

— ¿Por qué no me dejan en paz? —me quejé en voz alta al leer sus mensajes. — No tengo otra opción, entraré y confesaré todo — dije para luego soltar un suspiro lleno de desánimo y frotarme la cara. Asentí valiente, crucé la calle y me acerqué a aquella grande e increíble fraternidad llena de luces y música muy alta.

Apenas entré logré ver a las chicas a lo lejos, ellas también me vieron, intenté hacerme la loca e irme, pero se acercaron a mi saludándome entre gritos, parece que disfrutan la fiesta.

— Hola — las saludé dándoles un beso en la mejilla a cada una. — ¿Les gusta la fiesta? — intente hacer algo de conversación.

— Si, pero sería mejor si cierta persona estuviera aquí — comentó Irene siempre tan odiosa; mordí mi labio inferior y cerré mis puños con fuerza «Debería decirles la verdad» pensé dispuesta a hacerlo. Abrí la boca para empezar a confesar, pero no pude articular palabra alguna, no quise hacerlo, siempre me critican y molestan por todo; porque tengo novio o porque no tengo, porque salgo o porque no salgo, porque estudio mucho o porque no estudio lo suficiente «Ya me cansé» «Esta vez no se saldrán con la suya» «Solo debo... convencer a algún chico de ser mi novio por esta noche» «¡Como si fuera tan fácil!»

— ¿Entonces...? — dijo Alejandra sacándome de mis pensamientos. — ¿Tú novio va a venir o no?

— El vendrá — respondí segura y con rapidez, tratando de no morir por dentro; unos minutos después revisé mi celular a propósito. — ¡Ah! ¡Es él! — exclamé fingiendo emoción. — Esta afuera en este momento — mentí. — Esperen aquí, ya vuelvo, no se muevan. — salí corriendo en medio de todas esas personas hasta llegar a la salida para tomar un poco de aire. 

Cerré los ojos y respiré profundo varias veces «Piensa Kristen, piensa» «Se supone que estudias medicina ¡Usa tu cerebro!» Abrí los ojos de golpe y fue cuando vi tú hermoso rostro, ese rostro que no había visto en meses «Era obvio» «Mi salvador» Pensé al ver la solución a mi problema frente a mis ojos, bueno, a unos metros de mí.

Me acerqué a ti con una sonrisa, recordándolo todo, desde los juegos infantiles hasta las conversaciones serias. Reías y charlabas con unos chicos, tus amigos, supongo; y al ya estar lo suficientemente cerca de ti, dije tú nombre. Dirigiste tú mirada hacia mí con lentitud, como de película, dejando ver ese azul en tus ojos, un azul agotado, y esa sonrisa tuya.

— La Pequeña Sawyer ¿Qué haces aquí? — dijiste viéndome de pies a cabeza sin borrar esa sonrisa en tú rostro y abriste tus brazos para abrazarme y eso fue justo lo que hiciste «¿Me extrañaste? ¿O solo dejaste pasar el tiempo como lo hice yo?»

— Ehmm, estudio en esta universidad

— Eso ya lo sé. — reíste con ganas separándonos. — Me refiero a ¿Qué haces en una fiesta? ¡Jamás te gustaron!

DE VUELTA A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora