Capítulo 4... Un beso interminable

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Es Navidad y mi papá como siempre hace una de esas grandes y elegantes fiestas.

— Kristen Sawyer — dijo alguien junto a mí mientras me servía un poco de ponche.

— Colin Mcreary ¡Hola! ¿Cómo estas? — exclamé feliz, debo disculparme.

— Ya te supere — respondió él y reímos, yo intenté hablar pero no pude. — No te preocupes, los padres pueden ser un caso difícil a veces

— Si, gracias, enserio gracias por entender

— Como te dije, ya te supere — dijo observando a una chica a lo lejos, ella lo saludo con una sonrisa que él le devolvió. — Nos vemos Kris — se despidió y se acercó a aquella chica.

— ¿Debo golpearlo? — preguntaste al estar junto a mí.

— Ella es su novia. — señalé a la rubia de bonito cuerpo.

— No entiendo ¿Debo golpearlo o no? — dijiste gracioso y reímos, luego te abrecé por el cuello y tú me abrazaste por la cintura y me besaste. — El que me va a golpear es tú papá cuando se entere

— Ya lo sabe

— ¿Qué? — exclamaste soltándome y con el ceño fruncido.

— Hablé con él a solas ¿Estas molesto? — dije preocupada.

— No, claro que no. — sacudiste tu cabeza, tomaste mi mano y me miraste con ternura. — Solo... me espanté. — suspiraste riendo; acaricié tu rostro con suavidad.

— Eres muy lindo ¿Lo sabías?

— Me lo dicen a menudo — dijiste orgulloso acomodándote el traje, luego me tomaste de la mano y me llevaste dentro de la casa con rapidez.

Terminamos a solas en un pasillo que nos lleva a las habitaciones de la casa, mi habitación, la de Patrick y la de mis padres. Me apoyé en una pared y te acercaste con una sonrisa traviesa en tú rostro, apoyaste tú mano en la pared también y acortaste la distancia de nuestros rostros, puedo sentir tu respiración agitada y puedo escuchar el palpitar de mi corazón. Besaste mi frente, luego mi mejilla y seguido mis labios, fue un beso tímido, pero que despertó en mí algo que jamás había sentido antes.

— ¿A cuál de todas entramos? — me dijiste sonriendo coqueto y mirando las habitaciones, yo me sonroje mucho y reí nerviosa.

— No juegues con eso. — Te golpeé con suavidad el pecho y empecé a jugar con tu corbata. — Te ves muy guapo de traje — dije sonriendo hacia un lado.

— Si sigues haciendo eso, no me darás otra alternativa

— ¿Haciendo qué? — pregunté confundida y te abracé por la cintura.

— Ser tan sexy — susurraste en mí oído provocándome cosquillas en el cuello y el estómago. — Bien, no tengo otra alternativa — dijiste separándome de ti, yo te observó sin saber en que estas pensando con exactitud.

Te sacaste el saco del traje con locura y lo lanzaste al suelo con fuerza haciéndome reír a carcajadas; luego te acercaste a mí y me besaste apasionadamente sosteniendo mi rostro entre tus manos, luego me cargaste en tus brazos como recién casados; ambos no podíamos parar de reír. 

— ¿Qué hacen? — exclamó una voz detrás nosotros, te diste vuelta y vimos a mi papá, yo seguia en tus brazos. — Ya puedes bajarla Dylan — te ordenó. 

                                                                      [...]

Ya era muy tarde y la fiesta había acabado, Patrick se durmió en el sofá de la sala, mamá y yo conversamos en la cocina mientras Dylan está a solas con mi papá en su oficina.

DE VUELTA A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora