Una mujer que vio al niño en el suelo lo socorrio llevandolo a un hospital cercano, luego dio aviso a las autoridades, las cuales investigaron de donde provenia el menor y procedieron a actuar luego de descubrir las atrocidades de ese orfanato. Muchos niños fueron rescatados y los encargados del lugar fueron llevados a prision.Mire a mi alrededor y me encontraba en un cuarto blanco y yo en una cama calida y estaba conectado a un aparato. Estaba feliz de haber salido de aquel horrible lugar. Aparecio una mujer mayor con un delantal blanco y en su rostro notaba su preocupacion:
-Por fin despertaste-me dijo
Yo aun algo temeroso y con mucho miedo no me atrevi a responder y estuve en silencio por un par de minutos:
-No te asustes aqui estaras a salvo-dijo
Por alguna razon aquella mujer tenia un rostro calido, uno que nunca habia visto en ese horrible lugar, asi que tome algo de aire y trate de responder:
-Bi...en- sentia que mi voz habia cambiado, me dolia la garganta y solo me salian unas pocas palabras, era como un susurro de mi parte;
-No te preocupes; tu voz regresara pronto, solo debes descansar...-
-Lo que pasa es que sufriste un shock, pero conmigo estaras bien y nada malo te pasara, yo soy doctora y mi trabajo es cuidar de ti, estas en el hospital-
-Asi que descansa que yo cuido de ti- me dijo. (Hice un gesto positivo con mi cabeza)
Pasaron dias y empece a recuperarme poco a poco, pero aun mi voz seguia sin salir. Empece a notar como mi figura esqueletica se estaba esfumando de a poco, observaba mis brazos y empezaba a notar como el color morado se iba aclarando con el pasar de las semanas, producto de los golpes. Sin darme cuenta pasaron dos meses de mi recuperacion, ya habia abandonado mi silla de ruedas, pero el habla aun no volvia, y lo mas extraño es que las voces que me mantenian con vida ya no las oia y aquel ser calido que aparecia en mis sueños ya no lo volvi a ver, pero no le daba mucha importancia porque estaba mas animado y contento en aquel hospital.
Pasaron tres meses desde que estaba en aquel hospital, me encontraba lleno de energia y recuperado, pero las cicatrices de mi cuerpo eran lo unico que no desaparecian aunque pasasen años. Estaba caminando por los pasillos largos y blancos hasta llegar a mi habitacion y ver a la doctora sentada en mi cama:
-Ven aqui- señalo con su mirada la mitad de la cama, camine hasta ella y me sente a su lado:
-Escucha- note que ella estaba algo nerviosa...
-Estas recuperado y como ya sabras esto es un hospital, no te puedes quedar aqui para siempre; sabemos que no tienes padres ni parientes asi que hemos encontrado a alguien para que te cui...- (sin dejarla terminar sali corriendo del cuarto, hasta llegar al pasillo y alejarme de alli)
Estaba triste, no queria irme de ese lugar, mis ojos empezaron a llorar, estaba en un rincon sentado y llorando, entre lagrimas y con mi mirada clavada en el suelo observo unos zapatos negros que estaban parados frente a mi, levanto mi mirada y veo a un joven alto con un traje oscuro, las lagrimas no dejaban de caer de mis ojos, el joven se arrodilla y acerca su mano hacia mi rostro y seca mis gotas, en ese momento senti una sensacion familiar de calidez, mi mente empezo a rebobinar hasta llegar a llegar a aquel sueño que tenia cuando estaba en aquel horrible lugar. Observe atentamente su rostro, su cabello era de un color azulado, su piel era blanca y algo rosada, su mirada tierna y ojos de un color naranja, un color que nunca habia visto en mi corta vida, aquel joven sonrio y me dijo:
-Levantate, no llores-
El me levanto y me puso en sus brazos, mi corazon se acelero un poco, fue por la sorpresa que me dio al levantarme, trate de hacer que me soltara, pero el no lo hizo, en mi mente recorde aquellos momentos malos que pase, y se me erizo la piel; trate de dar un grito, pero me fue imposible, apenas salia un debil susurro, el joven camino hasta llevarme de regreso a mi cuarto, yo estaba muy nervioso, entramos y la doctora aun seguia alli:
-Valla- dijo el joven con una sonrisa en su rostro
-Este chico es muy escurridizo-
-Asi que este adorable muchachito sera del que me hare cargo-
-SI-la doctora sonrio
-Veo que ya se conocieron- ella se acerca a mi
-El es el señor Mizuki, a partir de hoy estaras bajo su cuidado
Lo mire a el y estaba muy sonriente, y eso me tranquilizo un poco.
-El aun no puede hablar, asi que cuidalo bien, aun no sabemos su nombre, pero cuando se recupere nos lo dira-
No me imaginaba cual seria mi destino a partir de ahora, pero no queria que fuera el mismo que ya habia pasado.
El joven Mizuki tenia todo preparado para llevarme al cual seria mi nuevo hogar, quede sorprendido cuando nos subimos en un coche grande y elegante, nunca habia visto uno de esos. En el camino el joven Mizuki me explico cuales fueron sus motivos para acogerme:
-sabes?- me dijo mirando la ventanilla y sonriendo
-se como sufriste en aquel horrible lugar-
-me entere de ello-
-Y te entiendo-
-yo tambien me crie en un orfanato y me maltrataban, se lo que pasaste, pero ten confianza en mi; yo te cuidare.
Esas palabras me dejaron sorprendido; no me imaginaba que el tambien hubiese pasado por esa misma situacion, sin darme cuenta llegamos a un hermoso jardin, y quede maravillado de tantas flores y arboles verdes que habian, nunca habia visto nada igual; el coche se va deteniendo de a poco hasta llegar a una casa enorme y hermosa.
Mizuki me levanto en sus brazos y me aferre con fuerza en el hasta llegar a la entrada de semejante casa, entramos y era enorme , con una escalera que iba hacia otro piso, observe como estaba todo perfectamente ordenado, se podia ver el reflejo de Mizuki en el suelo y yo en sus brazos, era todo brillante y perfecto, con un ambiente acogedor y calido.
El joven Mizuki miro mi rostro y con una sonrisa me dijo:
-Bienvenido, estaras bajo mi cuidado a partir de ahora-
El joven camino hasta llevarme a una habitacion:
-Esta sera tu cuarto a partir de ahora-
Me solto suavemente, trate de decirle gracias pero solo parecia que mis labios se movian y un diminuto sonido trataba de salir, el joven me miro con ternura y parecio entender, lo que le habia dicho;
-No tienes que darmelas...
Volvia a estar tranquilo y feliz como lo hacia en aquel hospital, pasaron semanas y mi relacion con el joven Mizuki se iba forjando, empece a verlo como un hermano mayor, pero me costaba expresarme con el por mi falta de habla, el era muy amable conmigo y siempre estaba sonriendo y preocupandose por mi, su compañia me gustaba.