Aquella mañana, mientras desayunaba, Mayette vio como llegaba Déese con una carta escrita en tinta verde. Ésta era su carta para Hogwarts, que contenía la lista con los materiales que necesitaría. La niña la abrió de inmediato, viendo como sus hermanos abrían también las suyas, y frunció el ceño.
LOS ESTUDIANTES DE SEGUNDO CURSO NECESITARÁN:
—Libro reglamentario de hechizos, segundo curso, Miranda Goshawk.
—Recreo con la «banshee», Gilderoy Lockhart.
—Una vuelta con los espíritus malignos, Gilderoy Lockhart.
—Vacaciones con las brujas, Gilderoy Lockhart.
—Recorridos con los trols, Gilderoy Lockhart.
—Viajes con los vampiros, Gilderoy Lockhart.
—Paseos con los hombres lobo, Gilderoy Lockhart.
—Un año con el Yeti, Gilderoy Lockhart.
Mayette no prestó atención a la conversación que se desarrolló entonces en la cocina; ella estaba manteniendo la suya propia.
"Tom —llamó—. Para mí lo de los libros es una minucia. Me he hecho de oro durante todo el último año gracias a mis habilidades en pociones. Crees... ¿Crees que si me ofrezco a pagar los libros de mis hermanos mamá me dejará ir con mis amigas?"
"Es ingenioso —reconoció él—. Sí, puede ser. Pero no lo menciones todavía, espera a salir de Gringgots. Así no podrá negarse".
La niña esbozó una sonrisita astuta, que pasó mayoritariamente desapercibida cuando Percy Weasley entró en el salón. Éste llevaba su insignia de Prefecto colocada en el chaleco de punto. Según Mayette, se veía ridículo y vestía sin gusto alguno.
***
Finalmente llegó el día. Iban a ir al Callejón Diagón, y si todo le salía a Mayette tal y como lo había planeado, finalmente volvería a ver a sus amigos. Por este motivo y por ningún otro, se puso una túnica turquesa que le habían regalado Bill y Charlie por su cumpleaños y estaba sin estrenar. Aquel día quería verse bonita, porque no podía evitar pensar que sus amigas siempre iban bien vestidas. Ahora ella también se lo podía permitir, pero sabía que su madre se lo reprocharía si se gastaba su dinero en ropa.
Llegó rápidamente a la chimenea del piso bajo, donde pronto se reunió toda la familia. Su madre llevaba los polvos flu en la mano. La niña dio un paso adelante, esperando con impaciencia su turno, pero la señora Weasley le tendió a Harry el bote donde éstos se encontraban primero.
—¿Qué... qué es lo que tengo que hacer? —tartamudeó éste.
—Él nunca ha viajado con polvos flu —dijo Ron de pronto—. Lo siento, Harry, no me acordaba.
—¿Nunca? —le preguntó el señor Weasley—. Pero ¿cómo llegaste al callejón Diagon el año pasado para comprar las cosas que necesitabas?
—En metro...
—¿De verdad? —inquirió interesado el señor Weasley—. ¿Había escaleras mecánicas? ¿Cómo son exactamente...?
—Ahora no, Arthur —le interrumpió la señora Weasley—. Los polvos flu son mucho más rápidos, pero la verdad es que si no los has usado nunca...
—Lo hará bien, mamá —dijo Fred—. Harry, primero míranos a nosotros.
Fred tomó un pellizco de los polvos y los arrojó a las llamas, que se volvieron verdes. Entró en el fuego, dijo claramente a donde se dirigía, y desapareció. Fred repitió el proceso, y después Mayette se adelantó e hizo lo propio, sin pararse a considerar a Harry ni a ninguno de los demás en ningún momento. Al fin y al cabo, Potter no sabía utilizarlos y ella sí, era más lógico que ella fuera primero, por si él fallaba.
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El Poder de los Inmortales 2
FanfictionDespués de un agitado verano, lleno de disputas con su madre que la llevaban a las lágrimas, cartas de apoyo de sus amigos y hermanos, y un encierro prácticamente permanente, Mayette Weasley se prepara para volver a Hogwarts. Pero cuando vuelve, lo...