En cuánto Wolfwood dejó la casa, el ambiente se tornó triste y vacío. Sin Milly ahí, no había nadie que pudiera ayudar entre ellos como mediador y nuevamente parecía haber problema.
Pero Vash estaba tan cansado. Tan triste y enfermo que sólo pudo quedarse en su pequeño espacio intentando que Nai no fuera tan duro con él, mirandole con una cara que a Nai por segundos le recordó al Vash pequeño cuando tenía sueño.
Pero es que incluso eso no lo detuvo. El enojo por no poder ponerle un alto a todo aquello y poder ceder con Vash era mayor. Y lo odiaba tanto en ese momento, pero su compasión quiso simplemente meterse nuevamente en la cama con él, como cuando eran simples adolescentes viviendo en una burbuja que no podía traspasar nada.
Nai, furioso, caminó lentamente hacia donde estaba Vash y tomó su brazo con firmeza. Vash se dejó hacer, sin mirarlo a los ojos del miedo que sentía.
—¿No te gusta lo que ves ahora? ¡Esta es la realidad! No hay sorpresas si tú también sabías lo que hacías.
Nai lo encarceló entre la pared para que no huyera. Casi como si buscara una reacción en él para poder decirle todo. Un punto de quiebre, algo que lo hiciera reaccionar finalmente.
—¿Entonces, Vash? ¿Finalmente admitiras lo que vienes negando desde hace tanto tiempo o tendré que tragarme todo yo mismo?
Vash estaba más que molesto, estaba juntando ánimos para no volver a descompensarse. Quería hacer entender a Knives pero nada de lo que hacía parecía poder detenerlo. La ira se acumulaba en su pecho y su tristeza crecía; quería detenerlo.
Y recordó. Recordó esa semana en la que no pudo dirgirle la mirada, no podía ni sostenerla de la vergüenza que le causaba haberse ido como lo hizo cuando eran adolescentes y empezó a correr lejos de él.
Después de haberse dado aquel primer beso y haberse tocado, después de haber aceptado que sentía algo por su hermano. Tiró sus sentimientos, negó cualquier contacto con Nai y dejaron de /ser/.
Nai trataba con todo su corazón de hacer que Vash volviera. Intentó haciendo su comida favorita, incluso comprando algún pequeño regalo que se quedaba sobre la mesa de noche de Vash, sin ser abierto. Lo intentó todo y solo era era recompensado con sonrisas que parecían más forzadas que genuinas.
Nai sentía que con ello, su corazón se entristecía y su pecho dolía. Como adolescente cuyo primer amor era correspondido y de un momento a otro, parecía esfumarse. Confundido y roto.
Nai sabía que sería imposible pero si ambos se tenían ¿porque no seguir haciendo todo juntos como siempre? No era idiota y sabía que ambos tenían sueños distintos, pero si Vash se lo pedía: iría a cualquier lado y lo seguiría.
Pero ese era el problema. Siempre lo fue.
El silencio y que en realidad, no le pidió nada.
Nai, solo quería amarlo. Y no entendía porque eso estaba mal. Por qué Vash tenía que ocultarlo e incluso dejarlo de tratar como su hermano. Porque claro, si nada sucedía entonces lo que esperaba era al menos que Vash pudiera volver a lo de antes, que quizá olvidaran todo y al menos pudieran tener un lazo, uno a otro apoyándose aunque eso significara enterrar el amor de Nai.
Nai comenzó a llorar. Sus lágrimas inundaron sus cuencas y sus ojos azules brillaban. Esa era una diferencia entre ellos, el color de los ojos de Nai siempre fue tan claro como cuando el mar se veía casi transparente y el de Vash, como cuando había una tormenta.
Vash se soltó de su agarré e intentó tocarlo. Nai se separó, palideciendo. Su contacto ardía y su corazón parecía apaleado como animal abandonado. Ya no podía ni quería dejarse tocar.
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Come Back Home.
FanfictionVash y Knives viven en una pelea constante por reconocer sus sentimientos. Knives lo hace, Vash no puede quedarse e intentar jugar a la familia feliz. ¿Hasta cuándo es suficiente de Vash corriendo? TW: Plantcest, si no sabes lo que es o no estás en...