Así pasó un mes, teniendo pesadillas que la alteraban tanto que tenía que dormir con sus padres para sentirse tranquila. A veces ella veía figuras, sombras caminando de un lado a otro en su casa o a donde fuera; pero nunca hablaba, pues pensaba que era su imaginación a pesar de lo reales que se veían. Al cumplir los tres años le hicieron una pequeña fiesta familiar, le trajeron globos, regalos y un hermoso y delicioso pastel de chocolate blanco. Ella se divirtió junto a dos de sus primos, Max, de seis años y su hermana Pam; ellos le tenían algo de miedo, pero con jugar un rato con ella se olvidaron de la extrañeza de sus ojos, o al menos lograron lidiar con ello.
El día se pasó rápido para la niña y para cuando se dio cuenta ya se encontraba siendo despertada temprano para buscar un Kínder donde estudiar.
Su padre manejó hasta una escuela pequeña a media hora de su casa. Sus paredes azules y dibujos infantiles le hacían ver linda, tenía una puerta negra y cuatro espacios para estacionarse. Richard se estacionó en uno y salieron.
Anna vestía con una falda rosa y blusa azul, había agarrado un gusto por esos dos colores. Su largo y negro cabello era adornado por un moño rosa. Tocaron el timbre oxidado y una mujer de como treinta años abrió, era la directora y parecía ser nueva en la ciudad, pues emitió un grito ahogado al ver a la pequeña a los ojos.
—Buenos días, mi nombre es Eunice. —intentaba no tartamudear del miedo. ¿Qué tiene? Sus ojos...—dijo finalmente.
—Ella nació así—dijeron al unísono los padres antes de que la mujer se asustara más.
—No es nada malo, puede ver como si fueran normales. —Richard le extendió la mano para saludarla. —Mi nombre es Richard y ella es mi esposa Lucy.
La directora pareció confortarse con esa explicación y les invitó a pasar, los condujo a su oficina, que se encontraba frente al patio de la escuela. Una gran ventana le permitía observar buena parte de la escuela desde su silla acolchada. La puerta azul que le permitía aislar ese cuarto del patio no cerraba, pues muchos golpes de balones la habían estropeado.
—Oye... Eh...
—Anna. —dijo la chiquilla con una sonrisa.
—Anna, si quieres puedes jugar en el patio, en un rato saldrán los otros niños a recreo. Mientras yo hablaré con tus papis, ¿sí?
A Anna le gustó la idea y salió al patio, donde había una resbaladilla, un arenero y algunas pelotas viejas.
—Bueno. —dijo la directora al irse Anna. —Supongo que piensan inscribir a la niña a nuestra escuela.
—Si. —dijo Lucy. —Una amiga me recomendó el lugar, creo que su hija cursó aquí y le fue bien. Me contó de cómo se estudia y todo eso.
—Perfecto. —dijo Eunice con una sonrisa, se había ahorrado las explicaciones de cómo eran las clases. —Estos son los precios de inscripción.
Anna se sentó en el arenero mientras sus padres se encargaban de las cosas de adultos, era la primera vez que sentía la textura de arena falsa. Estuvo jugando unos minutos con la arena, en ella estaba enterrada una cubeta, así que se la pasaba metiendo y vaciando los granillos para intentar divertirse. Entonces sonó un timbre, varios niños de su edad salieron disparados como un mar de las puertas de los salones; reían y platicaban, felices de tener un descanso para comer o jugar en el patio.
Al verla, la mayoría se asustó y decidió jugar en otro lugar que no fuera el arenero, pero a ella no le importó, estaba ya acostumbrada a ser tratada así. Continuó jugando en soledad hasta que un niño se le acercó, llevaba unos minutos viéndola desde la resbaladilla mientras subía y bajaba para sentir la adrenalina.
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La Chica De Los Ojos Negros
ParanormalNacida con unos misteriosos y particulares ojos negros, Anna intenta desvelar los misterios que estos y sus habilidades únicas ocultan. ¿Será esto un don o una maldición? Portada by: @Bloody_Lady (¡muchas gracias!) Si les gusta no olviden darle cli...