Momentos Finales

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El miedo de Anna por estar encarcelada la envolvió. — "No quiero estar aquí, no nací para esto, yo debo sobresalir" —Pensaba ella mientras veía las calles pasar a toda velocidad, de pronto, sintió que tenía algo en el bolsillo, era su cuchillo, Peter no lo había sacado. —"Otra oportunidad, esta vez no la desperdiciaré". —Pensó Anna.

—Peter, para la patrulla...

—¿Por qué lo haría? —Dijo Peter riendo.

Anna pensó rápidamente y respondió:

—Me siento mal, me estoy mareando.

—Está bien. — Peter paró el auto. Estaban en una calle muy mal alumbrada. —Sal, pero no intentes nada.

Anna salió del auto, Peter la acompaño, pero olvido esposarla, por lo que ella, en un momento que Peter se distrajo, sacó su cuchillo y lo apuntó hacia él, la mano le temblaba un poco. — Déjame ir.

—No lo haré, Anna, suelta el cuchillo.

—¿O qué?

—Tendré que utilizar la fuerza.

—No te tengo miedo Peter. —Dijo mientras se acercaba lentamente a Peter, cuando estuvo lo suficientemente cerca hizo el intento de clavarle el cuchillo en el estómago, pero falló, entonces en un movimiento fugaz, Peter tomo el brazo de Anna, le arrebato el cuchillo con la otra mano, ella forcejeó y logró zafarse del agarre de Peter para después darle un golpe en la nariz, causando que un hilo de sangre saliera de esta. Aun sin sentirse segura, lo golpeo en el abdomen, y casi al mismo tiempo le dio un golpe en la garganta que lo hizo caer.

Anna aprovecho la situación, no dudó y agarró el cuchillo de la mano de Peter para después correr al lado opuesto donde había caído Peter, pero esta tropezó con una raíz salida de un árbol. Peter en ese momento se paró, la vio tirada y se acercó a ella.

En el momento que Peter la iba a agarrar ella le clavó el cuchillo en la pierna derecha, esto le hizo gritar de dolor.

Anna se paró, lo empujó para hacerlo caer, pero no lo logró, Peter sacó el cuchillo de su pierna y se lo enterró a Anna en la espalda. Anna cayó, el dolor recorría todo su cuerpo, pero en ese momento aquel dolor no le importaba, ella quería evitar morir a manos de ese hombre, no se rindió, así que se levantó con un gran esfuerzo y se abalanzó contra Peter y entre golpes y rasguños le logró arrancar los lentes de contacto, al quitárselos vio la fecha de muerte de Peter y Anna se sorprendió.

Peter iba a morir ese mismo día, en unos minutos, la causa iba a ser ataque al corazón.

—P-Peter, ¿que estamos haciendo? —Al verlo a los ojos no pudo evitar recordar la primera vez que lo vio, jugando en el arenero del kínder donde crecieron. Peter empujó a Anna y se paró, ella continuó hablando. — Peter, vas a morir.

—Eso ya lo sé Anna, todos vamos a morir.

—No, tu morirás, pronto—. A Anna le faltaba el aliento, el cuchillo había perforado un pulmón.

Peter dio un gruñido, se tambaleó y cayó, Anna lo sujeto evitando su caída. —¿Peter? ¡Peter no hagas esto!

Peter no respondió, había muerto.

Anna apartó el cuerpo de Peter, lo dejo entre la hierba, deseaba cavarle mínimo un hoyo, sin embargo, su situación no le favorecía, así que se paró y se fue, camino hasta que sus piernas le dolieron, estaba pérdida, su vista se nublaba, Levantó la vista, estaba en una ciudad, comenzaba a hacer frío.

—"¿Dónde estoy?" —. Se preguntó.

Un forastero la vio y al no reconocerla le dijo:

—Bienvenida a Road Town, ¿cómo se llama?

—Mi nombre es Anna, estoy pérdida...

—Ya lo veo, se le ve cansada, acompáñeme, la llevare a comer a un restaurante.

—Pero no tengo dinero.

—No se preocupe, yo le invito.

Ella acompaño al misterioso hombre hasta un restaurante/Bar, comieron y hablaron. Al terminar de comer, Anna se despidió de aquel hombre y salió de la ciudad, lo que le extrañó bastante que el hombre no mencionara algo sobre sus ojos

.

Anna regresó a la ciudad donde había nacido. Visitó su casa, deshabitada por el miedo que su ser causaba a la ciudad.

Abrió la puerta lentamente intentando hacer el menos ruido posible, pero la puerta rechinaba, cuando entró, vio, (después mucho tiempo), su casa.

Estaba igual a como la recordaba, aquel cuadro en la esquina de la sala, el cual se prometió acomodar "cuando tenga tiempo", su paraguas, el cual le había regalado su padre.

Había una espesa capa de polvo en toda la casa, así que Anna abrió las ventanas y pasó un rato recogiendo cosas que había olvidado, no sabía a donde ir.

—"Seguramente ya encontraron el cuerpo"—. Pensaba Anna en lo que abría la puerta trasera, la cual conducía al patio trasero.

Al salir a ese patio Anna vio sus flores, marchitas, entre ellas había un objeto, se acercó y lo recogió, era un pequeño reloj antiguo.

¿Qué es esto? Pensó.

Examinó el reloj, este no funcionaba, estaba detenido en la hora 7:56, Anna revisó la hora en su celular y vio que eran las 7:40, eso no le llamó la atención, estaba por guardarlo cuando vio que la tapa del reloj tenía una nota pegada, Anna la quitó y la leyó.

Anna:

"Si estás leyendo esto significa que regresaste, y que la profecía se cumplió, tu hora te ha llegado, lo siento Anna, pero así tiene que ser,

No se puede escapar de la muerte para siempre".

-Kevin

Anna se asustó y dejó caer el reloj, este al caer se desvaneció en el aire, sin más que hacer, se sentó entre las flores marchitas y se quedó quieta. — "quizás lo que ocurrirá no sea tan malo... — Suspiró—. ¿A quién engaño? Moriré y sólo es cuestión de tiempo para que eso me ocurra". —Sus pensamientos se vieron distraídos por una voz:

—Hola Anna

Anna sobresaltada preguntó,

—¿Q-Quien es?

—Soy yo, Kevin.

—Ah, vienes a...

—¡No! Yo no me voy a encargar de eso, de eso se va a encargar la muerte. —Dijo interrumpiéndole.

— ¿La muerte?

—Sí, ella lo hará.

Después de unos segundos de silencio Anna habló.

—¿Dolerá?

—No lo sé Anna, no lo sé, sólo estoy aquí para observar que todo salga como tiene que salir.

—Oh... —Anna no sabía que decir.

De pronto se escuchó un pequeño estruendo. Las ventanas salieron disparadas por una fuerza incomprensible, las puertas se partieron en pedazos, la casa comenzó a derrumbarse.

Entre los escombros que caían se veía una figura negra, parecía una sombra.

La muerte había llegado.

La Chica De Los Ojos NegrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora