6) Doscientas.

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Entre a la cancha para las prácticas, y aunque estaré en la banca debo de entrenar, pero pare en seco a ver a Xia frente a todos. ¿Y el entrenador? Se le esta haciendo costumbre esto.

—Llegas tarde, Nara —me miró por el rabillo del ojo. Torcí mis labios.

—Tuve un percance.

Trote hasta donde están Alex y Chris. Ella solo me miró con aburrimiento, genial, ahora es ella quién no cree en mis palabras.

—Los quiero calentando sin el balón —silbo y cada uno fue a la cancha a trotar desde el aro hasta el medio de la cancha.

Íbamos por la carrera número nueve cuando Alex comenzó hablar con Chris en medio de los trotes.

—.. Tu novia está de mal humor, Zareth —eso hizo que ponga atención a la conversación.

—¿Por qué lo dices? —pregunté intrigado—. Además ella no es mi novia.

Dimos vuelta de retroceso cuando el pito sonó, indicando que paremos para iniciar con las articulaciones.

—No es lo que dice Sindy —me dio una sonrisa pícara y yo pare en seco para mirarle.

—¿Que es lo que dice exactamente?

El iba responder cuando la voz de la entrenadora se escuchó en la cancha, oh oh, estamos en problemas.

—¿Algo que aportar en los ejercicios, Nara?

¿Y yo que hice ahora? La mire y ella me mira enojada y me causa gracia porque parece un chihuahua, digo, un koala enojado.

—Si, decía que la entrenadora también debe de hacer ejercicios —le di una sonrisa torcida. Su boca se abrió levemente—. ¿Sabe? No es justo que nos mate' a ejercicios limpio por su enojado —su cara se descompuso y si, estoy muerto.

—Gracias por la aportación innecesaria —volvió a pitar—. Los quiero jugando uno contra uno. A todos —Con eso se sentó a tomar nota de nuestro próximo desempeño.

Le hicimos caso y los primeros en jugar fueron Alex y Chris porque este último no estaba viniendo a las prácticas por su viaje de vacaciones, muy injusto por cierto.

Así fueron pasando de dos en dos para practicar el uno contra uno, hasta que llegó mi turno y me pare.

—Tu no practicarás, Nara —me dio una sonrisa llena de maldad. La mire extraño.

—Dijiste que todos lo haríamos. ¿Recuerdas?

—Recuerdo, pero también recuerdo que me debes unas ochenta y siete vueltas restantes —calculó. ¿Que broma es esta?

—Pero me pare porq..

—Cincuenta vueltas más —agregó sin ánimo. Mi cara se descompuso de la indignación.

—Eres una muj..

—Cien ——me señaló con su libreta.

—¡Que rayos!

—Doscientas —me pare derecho y la mire fijamente. ¿Por qué hace esto?—. Los demás pueden irse, mañana nos veremos y no se irán tan temprano, ténganlo en cuenta —ellos me miraron con complicidad, pues es la segunda vez que me sucede y es extraño hasta para mí. Ella solo me ve con su carita toda inocente—. Debes darme doscienta ochenta y siete vueltas.

Como no quiero más vueltas la mire de reojo y comencé a trotar, son demasiadas vueltas y me es una crueldad que dé números así solo por su enojado, como si no es nada. ¡Argh!

Nuestras miradas se cruzan de vez en cuando, pero nada más, ella no hace nada más, más que verme morir lento mientras corro en la cancha solo por un capricho de ella. La misma se paró y comenzó a bajar las gradas, la seguí.

Me quedé en la vuelta número cienta catorce, cuando la intercerte en la entrada. Se sorprendió al estar contra la pared conmigo de frente.

Estoy jadeando como un loco, sin contar el sudor que corre por mi cuerpo. Se recompuso y se quedó en espera de que hable y pues, lo hice cuando recuperé un poco el aliento.

—¿Por qué rayos estás tan enojada? —ella no quitó su mirada de la mía, en ningún momento.

—¿No tienes ni una idea..? —inclinó levemente su cabeza hacía un lado, dandole un toque tierno.

—Si no me lo dices no lo sabre —susurre. En sus redondos labios, rojos, se formó una sonrisa sarcástica.

—Lastima —torció un poco su labio superior y salió de mi agarré.

¿Que..? Quedé igualito a como estaba. ¿Por qué son tan complicadas? ¡Carambolas! Me seque el sudor con la franela del uniforme, pero dejé de hacerlo cuando escuché un sonido de sorpresa.

Mire a mi izquierda y ella esta sonrojada, y tarde en comprender el porqué de su sonrojo. Creo que no debí hacer eso estando ella ahí, pero para mí ella se había ido. ¿Y ahora que dirá de mí? Aunque no se porque se sorprende si ella ha visto nuestros cuerpos todo este tiempo.

—Pensé que te habías ido —me excuse, avergonzado por su reacción.

—N-no.. —cerró sus ojos tratando de arreglar sus ideas y luego sus ojos se posaron en mí—. Me debes doscientas vueltas.

—¡¿Qué?! ¡Pero si solo me faltan cienta setenta y tres!

—Digamos que el hecho de que me enseñes tu abdomen, sin mi consentimiento, vale por veintisiete —se soltó su melena marrón y comenzó a salir de la cancha.

En serio a veces me preguntó que fue lo que me enamoro de ella, pero así mismo me baja el flash del porque..

Ella es una chica de baja estatura, como de unos 1.66 cm y regordeta, por lo que se ve más bajita. Tiene un rostro redondo, el cual en un tiempo lo tenía lleno de pecas que ahora ya no están más, sino algunos lunares, entre ellos: el que tiene arriba de su labio superior del lado derecho, el que esta debajo de su ojo izquierdo, sin contar el que tiene en el lóbulo de su oreja derecha y el que esta ubicando en el medio de su clavícula.

Sus labios son redondos y muy rosado casi rojo. Su nariz es respingona, y pequeña, por lo que parece un botoncito y sus ojos son tan negro como la noche y pequeños. Su piel, bueno, su piel es muy pálida y tiene sus curvas más marcadas por las horas de ejercicio ejercido.

Es todo un bombón, pero eso no fue lo que me enamoro de ella, sino la forma de ella expresarse, su forma enojona cuando inclina su cabeza un poco a un lado y pone sus manos en su cadera, cuando lo hace parece un chihuahua ladrando, digo, un koala quejándose, porque los chihuahuas son pequeños y flaco y ella no es flaquita.

También está la forma en que tuerce su labio superior cuando algo le molesta, también cuando hace un piquito tierno cuando algo no le cuadra, o cuando se muerde su labio inferior toda sonrojada cuando algo le gusta mucho. Esos pequeños detalles son lo que me tienen enganchado a ella.

Pero solo es algo que no es compatible, ella no siente nada y si lo hace estaría prohibido por su padre, Además no creo que quiera estar con alguien como yo.

No soy feo, no, yo soy un chico alto que esta midiendo dos metros. Un moreno fino. Cabellera castaña enrubia'a. Nariz fina. Labios gruesos y rosados. Ojos avellanas. Cejas bien pobladas y con un buen físico, pero tengo algo que si daña mi récord y es que soy un chico que esta lidiando con su viejo hombre problemático.

Y aunque soy un hermano mayor ejemplar, no soy más que un busca pleitos y creo que esa es una de las cosas porque su padre me tiene un poco en la mira, sabe para lo que doy, pero cada quién merece una segunda oportunidad para cambiar. ¿No?

—Pensé que te habías ido —Chris llegó hasta donde mí.

—De hecho ya voy saliendo. ¿Y tú? —lo mire curioso.

—Se me olvidó algo en los vestidos.


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Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

Mateo 25:40.
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ZARETH. (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora