11) Inesperado.

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—Perdón, ¿Se encuentra Zareth?

Al escuchar mi nombre mire a la entrenadora y me encontré a esta hablando con una chica, que al mirarla bien me di cuenta que es la amiga de Lily, el algodón de azúcar.

Le digo así porque prácticamente es uno, siempre tiene sus mejillas sonrojadas y cuando estoy cerca suyo es muy tímida y su actitud es muy tierna que me dan ganas de agarrarle las mejillas y jugar con ellas.

Me di cuenta de que sentía algo por mi cuando comencé a salir con su amiga, de hecho ella cree que no lo sé, pero me doy cuenta de muchas cosas.

Ha sentido cosas por mi mucho antes de que saliera con su amiga y a ver eso no quizo romper su amistad por un simple amor platónico, que hasta la actualidad le mortifica la vida. Hay muy pocas amigas así, son pocas las que ponen a sus amigas por arriba de sus vidas amorosas.

—¡Nara, te buscan! —la voz de Xia, digo, la entrenadora llegó a mi y no me hice esperar.

—Hola, algodón de azúcar —le desordene su cabello negro como la noche y ella se sonrojó furiosamente.

—H-hola, Zareth.. —murmuró.

—¿En que soy bueno? —ella pareció reaccionar y me miró preocupada.

—¡Es Lily! Necesita que vayas a verla a la enfermería —siempre poniendo a su amiga por encima de ella.

—¿Que sucede con ella? —pregunté rancio.

—Pronto lo sabrás —me tomó de la mano y comenzó a caminar, pero no avancé porque debo de pedir permiso ante de salir de las prácticas, así que mire a mi entrenadora que me ve fijamente con sus brazos cruzados.

—¿Puedo entrenadora? —ella flaqueó un poco y asintió—. Vamos.

Comencé a caminar hacia la enfermería con todo y uniforme de prácticas, y así es, trata de hablarme lo menos posible y yo trato de dejar de sentir.

Al entrar a la enfermería me encontré a una Lily llorando y al sentirnos trato de secarse las lágrimas para que no la vieramos tan vulnerable, y eso me dio pena.

—¿Que haces aquí? —me preguntó con voz rota.

—Tu amiga dijo que me necesitas, así que vine a ver —ella le dio una mirada matadora a su amiga y esta se encogió en su lugar—. No tienes que enojarte con ella, vine porque me preocupas.

—Si claro, te preocupó —soltó una risa irónica.

—¿Por qué estás en la enfermería? —me acerqué.

—No es algo que te importe —dijo muy cortante que me pareció raro, porque no se parece en nada a la Lily obsesionada.

—Tienes razón, pero de todos modos quiero saber.

—¡Oh! —esa exclamación hizo que miremos a la enfermera—. No sabía que el padre ya estaba aquí —me miró sorprendida. Yo arrugue mi entrecejo y mire a Lily.

—¿Padre? ¿De que está hablando la enfermera, Lily? —ella se mordió sus labios y bajo la mirada—. Lily..

—Es una noticia muy fuerte, por eso esta así.. —me hizo saber la enfermera muy compasiva.

—Lily —insistí y la enfermera suspiró.

—Ella está embarazada y ha estado en ese estado desde hace varias horas —explicó triste la mujer.

—¿Como que embarazada? —mire a la enfermera y luego a Lily—. ¿Como usted está segura de eso?

—Oh, perdón —se ofendió—. Pero el hecho de que sea enfermera no significa que no sepa cuándo una mujer está embarazada, porque además soy mujer —me reprendió muy seriamente.

—No quise decir..

—No importa —me calló de golpe—. Los dejaré a ver si ella sale de su estado y va a casa, ya es tiempo —murmuró con compasión antes de salir.

Yo suspiré frustrado y luego mire a Lily, la cual se ha empeñado en ignorarme, esto es genial, a las personas al parecer le encanta ignorarme.

Tome su rostro con mi mano y ella al sentirme cerró sus ojos triste, haciendo que dos lágrimas gruesas bajen por sus mejillas rojas por el llanto. Las seque con mi otra mano libre y la hice mirarme.

—¿Quién es el padre, ly? —ella me miró fijamente como yo a ella—. ¿Es mío? ¿Es mío el bebé que esperas? —su labio inferior empezó a temblar por el próximo llanto—. Ly, tienes que hablarme.

Hace meses que estamos dejados, pero cabe la posibilidad de que me lo halla ocultado, aunque no creo que ella sea capaz de eso.

—Yo.. no lo sé.. —salió de mi agarré y acunó su rostro en sus manos para volver a llorar—. ¡Todo sucedió demasiado rápido!

Mi corazón se partió al verla así, puede ser a veces una chica mimada e insoportable, pero tiene un buen corazón, nunca me queje de ella en nuestra relación porque todo fluyó demasiado bien para mí propio bien..

Pero ella se fue sin decirme nada y cuando llamo nos dijimos cosas hirientes y terminamos, pero aún sigue siendo aquella chica frágil y risueña que una vez fue dueña de mi corazón.

—¿Como que no sabes? —pregunté sorprendido e incrédulo a la vez.

—Solo recuerdo que estuve.. en.. en.. —comenzó a hipar.

—Oye, tranquila —le hice seña a su amiga de que le traiga agua—. Todo está bien, yo estoy contigo, ahora mírame —ella lo hizo a dura pena—. Ahora dime qué sucedió, pero despacio.

Respiro hondo y cuando su amiga le pasó un vaso de agua se lo tomó, su cuerpo entero comenzó a temblar como no tienen idea. Dios, esto es demasiado terrible.

—Conocí a un chico en una fiesta, estaba ebria y el se aprovecho mi estado.. Me invitó a bailar y luego comenzó pedirme permiso para besarme así que accedí, no tenía juicio en ese momento. El.. yo.. nosotros —cerró sus ojos—. Estuvimos juntos esa noche, pero no recuerdo su rostro por más que me esfuerce en reconocerlo, es como un enigma para mi, Zareth. Fue con el único que estuve antes de que me dén está noticia..

—¿Una fiesta universitaria? —ella negó y yo me golpee la frente porque será difícil parar con el padre del hijo que está esperando—. ¿Algo que si recuerdes de el?

—Tiene un tatuaje en el costado, creo.. creo que es una cadenita de pisadas de un cachorro, no recuerdo bien. Pero lo que si recuerdo bien es que es pelinegro y tiene un tinte blanco en la punta.

—Bueno, será difícil parar con el porque es una moda ese tinte ahora y no estaré alzando camisas de todos los chicos para dar con ese tatuaje —me mordí mi labio inferior curioso. Ella tomó mi mano y me hizo mirarla.

—Lo siento.

—¿Por qué te disculpas? —arrugue mi entrecejo.

—Por irme aquel día, quizás todo hubiese sido diferente.. —me dio una sonrisa triste.

—Tenías tus razones de irte —susurré. Y aunque me dolió como nadie que se haya ido así, lo entendí después—. Y si, todo iba a ser diferente, pero de nada vale lamentarse por las cosas del pasado.

—¿Amigos? —soltó mi mano para extenderme la suya, así que la tomé, otra vez.

—Amigos.

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Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.

Juan 15:15.
🥺🌻✨

ZARETH. (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora