prólogo

71 5 0
                                    

Jimin regresaba a su hogar con la mirada caída y sus zapatos empapados. Se quitó el abrigo que portaba y se lanzó al sofá más cercano, estaba cansado por todo lo ocurrido el día de hoy, los ojos le ardían y pesaban por haber derramado tantas lágrimas. Se quitó los zapatos y se acostó por completo en el sofá, mirando hacia el techo sin pensar en nada, su mirada estaba vacía y el corazón le dolía a montones. Sacó su celular y miró la hora.

Las 07:35 p.m.

Apartó el celular y lo tiró a cualquier lado. Su madre no tardó en hacer presencia, al igual que su hijo, estaba cansada. Se acercó a él y se sentó en uno de los sillones.

—¿Quieres comer algo?

Lo único que recibió fue un sollozo por parte del pelinegro, quien tenía su brazo cubriendo su rostro.

Sin pensarlo dos veces, se acercó a él; por inercia, éste se levantó y la abrazó.

—¡¿Por qué?!— lloró en el hombro de la castaña —¿Por qué él? Debí haber sido yo.

Su madre inmediatamente lo miró.

—No te atrevas a decir eso otra vez— se sintió muy mal por el estado en que se encontraba su hijo —Ustedes estuvieron en el lugar y la hora equivocados, ninguno tiene la culpa de nada.

—Quiero que regrese, lo extraño mucho— volvió a llorar como en el cementerio. Tenía mucho dolor en su corazón, su novio había sido enterrado hace apenas unas horas y le dolía en el alma —Mi Tae...

Sollozó.

Tener que enterrar a la persona que más amas en el mundo provoca un sentimiento desgarrador que no se le desea a nadie.

c sabe. T.T

criminal › kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora