ꜰᴇᴠᴇʀ || [ɴɪᴋɪ'ꜱ ʀᴇᴀᴄᴛɪᴏɴꜱ] ꜰɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴀ

𝟶𝟷𝟶 ; ᴀᴄᴄɪᴅᴇɴᴛ...?

El doctor después de explicar su diagnóstico, se marchó dejándolo.

Ni-ki sonrió y dejo el ramo de flores sobre la mesa para luego disculparse.

— Lo lamento mucho, creo que me he confundido — dijo al mismo tiempo que hacia la reverencia para girar y salir por la puerta.

— Espera... — escuchó y de inmediato mordió su labio inferior con una sonrisa. Su plan iba funcionando, otra vez — ¿Cuál es tu nombre? —

Cuando giro pudo ver un rostro llenó de inocencia y pureza, cómo la primera vez que la miró.

— Nishimura Ni-ki — sonrió con gran inocencia haciendo que su contraria sonriera de igual manera.

— Muchas gracias por las flores. Espero vernos nuevamente, Nishimura —

— No es nada, linda — dijo eso último para dedicarle una última sonrisa y salir de la habitación.

Lo que Ni-ki sentía por la chica era una obsesión a niveles preocupantes, sin embargo él decía y juraba que lo que sentía era realmente amor.

Las idas al hospital fueron frecuentes al menos hasta dos semanas más desde el primer día en que fuiste internada. Tener a Ni-ki ahí eran bastante cómodas y de a poco la confianza hacia él iba creciendo.

El último día en el hospital, Ni-ki llegó temprano para ayudarte con tus cosas. Tus padres estaba ahí pero nunca supieron el verdadero tema que sucedió, por lo que lo seguían teniendo en el concepto de ser un buen novio, pues si bien él les dijo que no sería duro contigo y que llevaría las cosas con calma porque te amaba y quería tu bienestar, porque si eso indicaba que debía empezar y conquistarte de nuevo, él no tendría ningún problema. Y eso a tus padres los dejo más fascinados.

Al día siguiente, todo sería normal, ¿no?

— Buenos días, hermosa. He llegado ya por mi princesa — en ése momento una sonrisa apareció sobre tu rostro. Con gran velocidad bajaste las escaleras para abrirle y encontrarlo tan atractivo que en cualquier momento podrías abalanzarte sobre de él.

— Buenos días — dijiste para acto seguido dejar un beso sobre su mejilla y caminar a la par juntos hasta la escuela.

En el momento en que comenzaron a llegar, los estudiantes los miraban de manera sorprendida, pues si bien todos se enteraron de lo que había pasado pero todos lo tomaban como "rumores" ya sea algunos por miedo a Ni-ki o simplemente porque eso era lo que la mayoría contaba.

Todos hablaban cuando los vieron caminar de la mano entralazadas y otro simplemente preferían no meterse en el asunto.

— ¿Porqué de repente todos nos miran? ¿Es que acaso tengo algo malo? — cuestionaste mirando a Ni-ki.

— Tú eres la más linda de todo este colegio y por eso te miran, preciosa — un sonrojo se notó en tus mejillas y sólo le sonreiste para seguir caminando.

[...]

El tiempo fue transcurriendo y con el la relación con Ni-ki fue haciéndose cada vez más estrecha.

Ni-ki estaba siendo considerado contigo y muy bueno por lo que con paciencia el cariño hacia él estaba volviendo. Las salidas frecuentes a cines, plazas y arcades se hacían cada fin de semana, así hasta que Ni-ki dijo nuevamente sobre estar en una relación cosa que de inmediato aceptaste. Las cosas marchaban bastante bien, cumplieron finalmente los cien días y todo era maravilloso, muchos planes juntos.

Aunque....

— Vamos, crees que alguien puede amarte, cómo lo hago yo. Lo nuestro es único, ¿es que acaso no lo ves? — el rostro de Ni-ki era bastante diferente, sus ojos se habían vuelto más oscuros y en algún punto comenzaba a ser aterrador, su agarre era lo suficiente fuerte como para dejar marca de inmediato.