FATE ⇝ ENHYPEN

O3. 🕯️.ೃ࿔

CHAPTER THREE
BLOODHOUND

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—Soy Kijoo, ¡y estoy aquí para este trabajo con ustedes! Aunque eso ya deben saberlo, jaja... Ella es mi amiga, Jinri. —La abrazó de los hombros, haciéndola sobresaltar—. ¡A veces es seria, pero no se preocupen, es un amor! Y bueno, Sunghoon, wow, ¡eres increíble! Jake, ¡también eres genial! Y Heeseung, bueno, ¿qué puedo decir? Todos ustedes son increíbles y estoy realmente emocionada de trabajar juntos.

Jinri suspiró, aburrida de la desordenada e innecesariamente larga presentación de Kijoo. Lentamente retiró el brazo de la chica de lentes de su hombro.

Por otro lado, los tres chicos asintieron a todo lo que dijo Kijoo con una sonrisa amable y tranquila.

—Ellos pueden leer nuestros nombres en las placas del uniforme, ya sentémonos.

Jinri corrió una silla y tomó asiento respectivamente frente a Heeseung y Jake, mientras que Kijoo quedó frente a Jake y Sunghoon. 

—Soy Heeseung —se presentó con una sonrisa amistosa mientras las miraba a ambas—, él es Jake —el chico hizo un asentimiento con la cabeza como saludo, sonriendo y mordiendo sutilmente su labio— y él Sunghoon. —El joven también hizo gesto amable de saludo—. Y nos alegramos de que hayan querido trabajar con nosotros.

—Pff, ¡claro no es nada! —Kijoo hizo un movimiento con su mano.

La atención de Jake se centró esta vez en Jinri.

—Nunca antes te había visto, preciosa. ¿Eres nueva? —preguntó él, coqueto.

—Llegué hace tres semanas —respondió con seriedad, para luego reparar en el resto—. ¿Empezamos?

Kijoo rió escandalosamente.

—Jinri es muy apresurada. Siempre le gusta ir directo al grano —explicó a los chicos—. ¡Empecemos!

Sunghoon abrió su laptop y la giró para que todos pudieran ver la pantalla.

—He estado recopilando información sobre los ataques de vampiros en los últimos diez años —dijo—. Podemos empezar revisando estos datos y buscando patrones.

Jinri asintió, interesada en la información.

—Yo traje algunos artículos antiguos y documentos históricos que podrían arrojar luz sobre los primeros avistamientos de vampiros —terció Heeseung, extendiéndole a cada chico un documento o artículo sobre las criaturas—. También tengo un manuscrito medieval que recopila historias y mitos sobre vampiros de diversas culturas.

Jinri tomó el libro, ojeándolo con interés. Se titulaba "El Manuscrito de Sanguinem".

—¿Dónde conseguiste todo esto? —le preguntó Jinri, sin apartar su vista del libro.

—Heeseung es un ratón de biblioteca —mencionó Sunghoon, con un tono de burla a su amigo—. Lee todo el tiempo, así que es normal que tenga libros de todos los temas.

—Todos esos libros los conseguí en la biblioteca municipal —afirmó el chico—. Podemos ir a buscar más libros algún día, hay toda una infinidad. —Reparó en sus dos amigos—. También podemos invitar a nuestros hermanos, ellos conocen del tema.

—¡Me parece una idea fantástica! —vociferó Kijoo con ánimo—. Vayamos mañana mismo. Me encantaría conocer al resto de ustedes.

Jinri frunció el ceño, sin comprender.

—¿Hermanos? ¿Todos ustedes son familia?

—Bueno, más o menos —contestó Heeseung—. Todos... crecimos en el mismo orfanato. Ninguno tiene familia, en realidad.

—Oh... realmente lamento mucho oír eso —habló Kijoo con asombro. La chica nunca había escuchado que se hablara de algo de eso sobre ellos.

—Vaya, qué mal —murmuró Jinri con algo de incomodidad, sin saber exactamente qué decir o cómo sentirse al respecto—. Volviendo al tema, no creo que sea necesario invitar más gente. Con nosotros cinco basta.

—Oh, vamos, Jinri, no seas aguafiestas —replicó Kijoo—. Heeseung dijo que ellos ya conocen del tema. Además, nueve cabezas piensan mejor que cinco.

En ese preciso momento, Jinri sintió ganas de ahorcar a Kijoo allí mismo. Si le incomodaba estudiar con tres chicos que no conocía, no podía imaginarse con cuatro  más. La idea, en definitiva, no era de su agrado.

—Aunque Jinri quiera hacerse la misteriosa, a ella también le gustan los libros —mencionó Kijoo—. De hecho, últimamente está muy interesada en este tema de los vampiros.

—¿De verdad? —preguntó Sunghoon con sorpresa.

—Sí. Y ahora está buscando como loca un libro. ¿Cómo se llamaba?... ¡Ah, cierto! Morsáncre. No sé qué tenga de especial, pero desde luego está obsesionada con él.

Heeseung lanzó una mirada de reojo hacia Jake y Sunghoon, quienes estremecieron sus cuerpos, mostrándose tensos.

—¿Morsáncre?

De inmediato, la cabeza de Jinri se giró en dirección al chico.

—¿Conoces el libro? —preguntó con los ojos bien abiertos, mostrando un atisbo de interés. Por el rabillo del ojo, Heeseung se dio cuenta que los dos chicos también lo miraron, esperando su respuesta, confundidos.

—He oído hablar de él —dijo, asintiendo lentamente mientras se cruzaba de brazos—. Pero nunca he leído su contenido.

El interés en el rostro de Jinri se desvaneció tan pronto como llegó.

—Ah, ya veo. —Se arrecostó al respaldo de su silla, volviendo a la misma expresión indiferente de antes.

—Pero según lo que he oído, nadie puede leer ese libro —agregó Heeseung.

Los ojos de ella se posaron una vez más sobre él.

—¿A qué te refieres?

—Morsáncre es un tomo arcano que desapareció hace siglos —explicó—. Nadie sabe en dónde se encuentra ni qué secretos ocultaba en sus páginas. Algunos rumores lo describen como un grimorio que contiene hechicería prohibida. Otros dicen que podría tener profecías olvidadas de un futuro no tan lejano. Aún así, no podemos estar completamente seguros.

Jinri frunció ligeramente el ceño mientras escuchaba. Sus ojos se desviaron hacia el suelo durante un breve instante. Su mente retrocedió a los momentos en que había visto a Gunho con ese libro en repetidas ocasiones. La imagen de la portada del tomo se le había grabado tan nítidamente en la memoria que era imposible que estuviera equivocada.

Entre más se acercaba a él, el camino parecía volverse más borroso e incierto.

«¿Qué es exactamente Morsáncre? ¿Qué tan cerca estoy de encontrar a Gunho? Si encontrar ese libro significa encontrarlo también a él, entonces lo hallaré, cueste lo que cueste».

La mirada de Jinri subió hacia Heeseung, el cuál conversaba de algo con los otros chicos.

«Y parece que ya tengo el sabueso que me llevará a él».