6 - Cláusulas contractuales!

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Federico se despertó y la sintió aún encima de su cuerpo, la noche era placentera para ambos. Intentó quitársela de encima, pero fue en vano ella lo abrazaba con más fuerza. Rico la llamó, necesitaba ir al baño.

- Pequeña, ¡despierta! - ella sin dar señales de quien despertaría - Cris, amor. - se movió y sintió que él seguía dentro de ella. Pero como no hicieron nada más después de acostarse.

Federico se rió y supo que ella se había acostado así y había metido su miembro dentro de ella.

- Cristina, tengo que levantarme. - la aparta de él con un poco más de fuerza, deshaciendo su íntima conexión.

- ¡Ay, Federico! - se quejó ella. - Oh, ¡que pasa wey!

- Perdona mi amor, pero necesito ir al baño. - corrió al baño.

- Bruto. - se sentó en la cama, cogió su camiseta y se la puso. - Vaya, tenías que sacarme así. - ella entró al baño y Federico estaba orinando.

- Cariño, no te enfades, ¿te he hecho daño? - ella lo niega. - Realmente necesitaba ir al baño.

- Vale, podías haberme llamado. - ella abre la ducha y se quita la camiseta.

- Lo hice, llamé varias veces. - se ríe. - Pero no te despertaste.- dijo tranquilamente mirándola.

— Perdí el sueño, me desperté y me quedé despierta un rato admirando a mi marido durmiendo, cuando te moví, tu amiguito se hizo grande y luego te dormí.

- Cris, mi amor. Puedes hacer esto cuando quieras, pero recuerda que mi amiguito se puede romper, y no estoy bromeando, cuando yo este durmiendo y tu hagas esto, el se pondrá erecto dentro de ti, y esto le puede causar daño.

- Por Dios Federico no lo sabía, ¿te hice daño? Mil disculpas, realmente no lo sabía.

- Está bien, ¿puedo ducharme con mi pequeña? - ella sonríe consintiendo.

Federico entró y abrazó a Cristina, se amaron en la ducha. Su mañana y tarde fue todo amor, eran poco más de las 7 PM cuando decidieron regresar a la finca.

Consuelo notó que su hija estaba diferente, sabía que la noche en la cabaña había sido fantástica. Cenaron y luego charlaron en el porche. Consuelo y Severiano se fueron a dormir y anunciaron que al día siguiente volverían a la ciudad.

[...]

El tiempo ha sido el aliado de la pareja, Rico y Cris han pasado los dos años más felices que una pareja podría pedir. Claro que en todo matrimonio hay que aprender a ceder, y ellos aprendieron después de unas cuantas peleas y una pizca de celos.

El trabajo de Cris era cada vez mejor, Rico le había enseñado todo, desde plantar hasta enviar los productos. Por supuesto el trabajo administrativo le tocaba a ella. Estaba en la granja recibiendo algunas cosas que serían entregadas a las familias campesinas.

- Nena, ¡teléfono para usted! - dijo Vicenta.

- ¿Quién es?

- No lo he dicho, ¡pero he dicho que era urgente! - corrió y entró.

- ¿Diga?

- ¿Señora Rivero?

- Sí, soy yo, ¿quién habla?

- Soy María, la secretaria del Dr. Fontes, él le pidió que viniera hoy a una cita, ya llegaron los exámenes que le hicieron.

- Está bien, iré, pero ¿pasa algo?

- No sé, señora, sólo agendamos las consultas, ¿puede ser en una hora?

- Sí, me voy a la ciudad, hasta luego.

Soñar Contigo - Nuestro mejor contrato(en español)✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora