Federico la besa con pasión y le quita la venda de los ojos, y Rico mete su mano dentro de las bragas de Cris, que gime al sentir su mano rozando su intimidad, y luego sujeta el trozo que más se lo impedía y lo rasga, la intensidad del acto era cada vez más excitante.
- Eres demasiado hermosa Cris. Te quiero tanto.
- Te amo Rico. - la mira con amor y siente la verdad en sus palabras.
Federico es grande y se acerca a ella, la sienta en la mesa y con intensas caricias graba en su mente y en su cuerpo esas caricias. Se quita la ropa y se queda desnudo delante de ella que se muerde los labios.
Hace que se tumbe en la mesa y comienza a besar su cuerpo, sus manos están en sus pechos y pronto está entre sus piernas, besa la Y de su cuerpo y poco a poco invade la intimidad de Cristina que lo estaba pidiendo a gritos. Cristina se revolvió sintiendo su boca en su piel íntima, retorciéndose de placer era algo que no podía controlar.
- Federico... hummmm.... - intensificó los movimientos con su lengua hasta que sintió el líquido caliente correr por su boca. - Aaaaa... - gimió intensamente sintiendo como su cuerpo temblaba de placer hasta la plenitud por los labios y la lengua de Federico.
- Amor, qué caliente y deliciosa estás. ¿Sentiste placer? - ella afirmó sin poder hablar, sólo afirmó, él continuó con pequeñas caricias, chupando, mordisqueando de besar la región que estaba enrojecida.
Federico sintió que ella iba a correrse de nuevo y pasó la lengua por toda la extensión de su intimidad, dio un ligero golpe y con la punta del pulgar masajeó su flor rosada.
- Perfecta, mi bella esposa, mi amante, mi compañera. Mi reina. - Sintió que su cuerpo se tensaba de placer al ver lo que le había hecho. Cris jadeaba. - Ven a la cama, pequeña, te haré mujer, te haré mi esposa.
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Coge a Cris en su regazo y la lleva al dormitorio, lo estaba preparando para ellos, había velas, lentamente Rico la deja sobre la cama y pone un sonido que llena la habitación, coge un vaso con un aceite perfumado y al abrirlo deja unas gotas sobre el cuerpo de Cris. El olor era embriagador y fresco. Federico masajea su cuerpo con pasión, deslizándose para reconocer cada parte de ella, se coloca y se tumba a su lado y luego hace que se ponga encima de él.
- Quiero que sea perfecto, quiero que sientas el placer de dominar a alguien, quiero que te sientas poderosa.
- Quiero todo eso, pero estoy demasiado nerviosa para estar encima ahora, quiero sentirte encima.
- Amor esta bien, no tiene que ser ahora o hoy, es cuando tu quieras, si quieres parar, esta bien.
- No quiero parar, te quiero a ti, pero lo quiero así. - Ella lo besa y siente que se mete bajo el cuerpo de Federico.
Lenta e intensamente, Federico relajaba a Cristina, y los masajes que le daba la hacían estar segura de lo que hacían, la hacían estar segura de que era el hombre adecuado. Los besos que sentía en su cuerpo eran maravillosos, sus manos recorrían su cuerpo.
-Eres preciosa, Cris, siéntelo, sé intensa, sé mía para siempre.
Cristina sintió que el amor llenaba sus poros, su mente, los besos de Federico eran pura pasión. La coloca en el centro de la cama, sus manos y sus labios atacan sus pechos con intensidad. Sus intimidades pedían más. Frederico estaba en éxtasis, la mira con cariño y amor.
- ¡Estoy feliz de ser tu primero!
- ¡Quiero que sea el último y para siempre!
Federico la besa, haciendo que los labios de Cristina se hinchen y enrojezcan aún más. Luego delicadamente la penetra con maestría, sus cuerpos tiemblan de un placer indescriptible, Cris gemía con el ardor y un dolor, Federico estaba en el placer absoluto mientras la penetraba, apretada, caliente y muy húmeda. Por un momento olvidó que era su primera vez, pero cuando sintió que Cris gemía y le agarraba el brazo, paró y se fue suavizando, el dolor pasó, el ardor aún se sentía, pero por poco tiempo.
- Amor, ¿estás bien? ¿Te estoy haciendo daño?
- Estoy bien -dijo jadeando. - habló jadeando.
- Mi mujer, mi Cris, te lo daré todo, ¡todo! - le besó la frente y juntos como en una danza sincronizada sus cuerpos se movieron. Sus gemidos eran intensos, Rico llevaba las manos de Cris a su cabeza y los movimientos se hacían rápidos, Rico era tan intenso que solo repetía lo mucho que amaba a Cristina, ella a su vez gemía a cada movimiento de él.
- Te quiero, te quiero. - Rico comenzó a hacer movimientos más rápidos.
- ¡Federico! - habló ella y se corrió con él en un placer absolutamente maravilloso. Cris le acarició la cara y le besó, aún encima de ella Federico repitió.
- Te quiero, te amo, quiero hacerte feliz para siempre. - La cara de Cris enrojeció. - ¿Estás bien?
- Sí¡ - la besa y se levanta, va al baño, coge una toalla pequeña, abre el grifo del agua caliente y la moja, luego se la lleva a Cris, dejándola sobre su intimidad, era para aliviar un poco y limpiar la poca sangre que le salía.
Tumbados allí, uno en brazos del otro, permanecieron un rato. Luego Federico les preparó un baño caliente en la bañera. Cris se relajó en sus brazos.
- ¿Rico?
- Sí, pequeña.
- ¿Te encontraste bien, fue como esperabas? -Le besó el cuello.
- Ha sido la mejor experiencia que he tenido en mi vida, nunca imaginé que sentiría tanto placer, has estado perfecta, increíble, soy el hombre más afortunado del mundo por ser tu primero y seré tuyo para siempre. ¿Y tú?
- Fue mejor de lo que imaginaba, fue increíble. ¿Y cuándo podemos repetirlo? - sonrió besándole la frente.
- ¿Quieres más? - dijo ella. - Mañana, porque lo que hemos compartido hoy es para disfrutarlo, y grabarlo en nuestras mentes y cuerpos. Ahora descansemos abrazados. Y quiero que sepas que te quiero.
