Casi estuvo tentado de mandar a la mierda al chofer con todo y limusina al
día siguiente, estuvo a dos segundos de llamar a su hermano y decirle que se
rascara con sus propias uñas, pero no lo hizo, algo dentro de él lo impulsaba a
seguirle el juego al hombre del cual estuvo enamorado alguna vez.
Cuando llamaron a su puerta temprano esa mañana, ni siquiera se detuvo a
cuestionarse como era que Kao conocía su dirección. Y estuvo tentando
en regresar a cambiarse cuando se dio cuenta del lujo que lo rodeaba, hasta el
chofer Kao estaba bien vestido, en cambio, Earth se había negado en
utilizar uno de sus pocos trajes los cuales utilizaba para ir a su trabajo. Así
que solo se había decidido por un pantalón oscuro, una camisa de vestir,
estaba haciendo muchísimo calor para utilizar una chaqueta.
Durante el trayecto, el chofer no le dirigió la palabra para nada, se limitó a
conducir, treinta minutos después entraba en un impresionante vestíbulo de
mármol de un edificio de oficinas de diseño, construido con acero y cristal.
Siguiendo al chofer subió al último piso en ascensor. Ni siquiera sabía que en
Nueva York había una sucursal del Grupo Nopparat, sabía que la base de
trabajo de Kao estaba en Atlanta al menos así fue mientras Kao
emprendía su negocio ¿Cuánto no sabía de este hombre?, ayer imagino que se
verían en algún bar o un restaurante para hablar. Esta oficina ocupaba una suite
que, a primera vista, abarcaba toda la planta. Earth observó los cristales
coloreados, el lujoso mobiliario y los aparatos de tecnología avanzada. Una
joven muy arreglada se hallaba en recepción. Era extraño que una empresa
como esta también laborara en día sábado
—Buenos días, soy....
—Señor Namwirote, bienvenido, lo estamos esperando —La sonrisa de la
mujer fue cálida y cortés. O ensayada, ya que era su trabajo dar una buena
imagen a esta empresa —El señor Nopparat está atendiendo una llamada —le
indicó una silla —Siéntese, por favor. En seguida lo recibirá —Earth sintió
que los nervios le encogían el estómago. Ya que había llegado hasta allí,
quería acabar de una vez. Cada minuto transcurrido le parecieron diez, y tuvo
que esforzarse para no mirar constantemente el reloj. ¿Cuánto tendría que
esperar? ¿Estaba Kao Nopparat dejando que el tiempo pasara para ponerlo
nervioso? Si pudiera marcharse... Pero no conseguiría nada al hacerlo.
— ¿Señor Namwirote? —Alzó la vista y vio que la recepcionista abandonaba su
escritorio. —El señor Nopparat lo recibirá ahora —Earth trago saliva, eran
seis simples palabras, pero para el sonaron como una sentencia a muerte.
<<No te asustes>> pensó. iba a ser imposible, dado el estado de nervios en
que se hallaba. Anoche lo había visto en fotografías en internet. Pero hacía
años que no lo veía en persona y si las imágenes no mentían, Kao había
cambiado mucho, tanto físicamente como interiormente, esa mirada oscura que
devolvían las imágenes era algo aterradora. La recepcionista lo condujo por
un amplio pasillo que conducía a una imponente puerta. Tenía que estar
tranquilo y no perder el control. Pero era un manojo de nervios y en aquel
momento se detestaba a sí mismo, lo detestaba a él y, sobre todo, detestaba la
situación que lo había llevado hasta allí.
La recepcionista llamó suavemente a la puerta, la abrió, anunció a Earth
y se retiró. Este se quedó inmóvil, helado al contemplar la figura de un hombre
de traje oscuro que se recostaba contra el ventanal. A aquella distancia, a la
luz de la mañana, era difícil definir su expresión. Entonces se volvió hacia él.
Earth se quedó sin respiración. Era alto, ancho de hombros y emanaba de él
un aura de poder que la mayoría de los hombres codiciaba, pero pocos
poseían. Los huesos de la cara estaban bien definidos, casi cincelados y
expresaban una crueldad elemental que advertía de que se trataba de alguien a
tener en cuenta. Definitivamente no era el Kao de aquellos años, lo supo en
ese instante, Ese hombre oscuro y poderoso, no era su Kao. No era el hombre
de sus recuerdos, los años pudieron haber pasado por ambos, podrían haber
madurado, sus físicos pudieron haber cambiado un poco, pero esas no eran las
razones por las que decía que ese hombre no era su amigo de la universidad.
No sabría explicarlo, pero Earth sabía que lo que fue Kao alguna vez, ya no
quedaba rastro, tampoco quedaba rastro de su antiguo Earth. Él reconocía
que todo su optimismo y su alegría por la vida, muchos años atrás se había
marchitado.
—Entra y cierra la puerta —su acento contenía un dejo de cinismo. Nada
de saludos. Earth apretó los puños, esto sería interesante. Pero ¿qué se
podía esperar? ¿Modales amables? Se rio de su propia incredulidad. Earth
dio un paso dentro de la habitación, Kao le indicó una silla de cuero
negro —Siéntate.
—Prefiero quedarme de pie —no quería estar en desventaja, además no
quería quedarse más de lo necesario y esta no era una visita de cortesía. La
expresión de él no se alteró, pero Earth tuvo la fugaz impresión de que se
había desatado algo en su interior y estaba dispuesto atacar. —No tengo mucho
tiempo —no quería dar la impresión de que estaba a la defensiva, pero tenía
ganas de salir corriendo lo más rápido posible. Kao esbozó una pequeña
sonrisa, fue algo fugas que desapareció rápidamente. Él cruzó la habitación
para situarse frente a frente y, a esa distancia, Earth observó las pequeñas
arrugas en sus ojos oscuros, casi negros. Los surcos de las mejillas le
parecieron más profundos de lo que recordaba, y la boca... ¡Dios mío! No
debía seguir por ese camino. El hombre elevó una ceja a modo de pregunta y
él comenzó a hablar tartamudeando.
—Mean me conto algo de la situación anoche —mantenía la barbilla
alzada por orgullo —Pero no entiendo que hago yo aquí —Cada segundo que
pasaba parecía alargarse hasta convertir el silencio en algo palpable.
—¿Quieres algo de beber?
—No —contesto apresuradamente —Lo que quiero es que me digas que
mierda estoy haciendo aquí, y que es lo que vas hacer con mi hermano.
—Como siempre bunny... directo al grano .
—Me llamo Earth —dijo, aunque a la hora de jugar, él le sacaba una
gran ventaja, Earth estaba decidido a no dejarse amedrentar.
—Como quieras... Earth—No le pasó desapercibido el sarcasmo que
utilizo Kao a decir su nombre, pero Earth no flaqueo, se mantuvo firme,
Kao camino hacia su escritorio de fina madera de roble y se recargo
contra el despreocupadamente.
—Tu familia tiene un montón de deudas que al ritmo de cómo está
manejando las cosas tu hermano no lograra pagarlas en toda su vida y lo más
seguro es que termine en la cárcel por fraude, tu padre se está salvando puesto
que ha quedado paralizado la mitad del cuerpo, pero eso no tendrá el hecho de
que termine pidiendo limosna en la calle cuando la casa de reposo lo eche a la
calle por falta de pago.
—¿Y eso te causa placer? —se le endureció la mirada.
—No especialmente —Kao se encogió de hombros —Pero me da la
oportunidad de cerrar un buen trato contigo.
—¿Conmigo?
—Tengo una propuesta para ti —dijo el hombre como si estuviera
hablando del clima.
—Y si me niego.
—Si quieres, puedes salir por esa puerta ahora mismo—le dijo con
engañosa tranquilidad.
—¿Y si lo hago?
—No habrá otra oportunidad para que ayudes a tu familia —Lo definitivo
de aquellas palabras lo asustó, porque no le cabía duda de que eran ciertas. Se
imaginó a su hermano siendo abusado en la cárcel, Mean no sobreviviría ahí,
era arrogante y petulante, no tenía la madera ruda de un chico que sobreviviría
en precarias situaciones, por otro lado, Earth terminaría haciéndose
responsable de su padre, y Dios bien sabía que su salario apenas y le
alcanzaba para sobrevivir el día a día. No podría pagar una residencia para él,
y que Dios lo ayudara si el hombre terminaba yendo a vivir con Earth. Sería
un infierno.
—¿Te parece que volvamos a empezar? —preguntó Kao. Él no se lo
iba a poner fácil. ¿Por qué habría de hacerlo? Lo que habían compartido en
otra época había desaparecido, había sido destruido por circunstancias
difíciles. —¿Quieres que te ayude? —le preguntó Kao al ver que Earth
no decía nada.
—¿Qué es lo que quieres a cambio?
—Liquidaré todas las deudas y pagaré las mensualidades de la casa de
residencia de tu padre, me encargare de que tu hermano reciba ayuda necesaria
para que deje el vicio del alcohol, las drogas y el juego, y pasado algunos
meses le conseguiré un empleo decente para que se mantenga solo —Aquello
suponía millones de dólares pero Earth no era estúpido, tras toda aquella
amabilidad había algo oculto, Kao era hombre de negocios no filántropo,
por lo tanto de alguna u otra forma se cobraría la deuda con Earth así quería
que se lo explicara con todo lujo de detalles.
—¿Qué quieres a cambio? —repitió la pregunta. Kao le estaba dando
demasiadas vueltas al asunto. trato de aparentar calma.
—¿Seguro que no quieres sentarte?
—¡Déjate de rodeos Kao! Ve al grano.
—Quiero que te cases conmigo un periodo mínimo de dos años, donaras tu
esperma para un hijo, y después de ese tiempo nos divorciaremos y
compartiremos la custodia de ese bebé —Se quedó blanco como el papel y,
durante unos instantes, le pareció que la habitación daba vueltas. ¿Qué
acababa de decir? Sentía la imperiosa necesidad de sentarse, pero, si lo hacía,
revelaría su vulnerabilidad. Y se negaba a darle semejante satisfacción. Pero
no podía hacer nada para detener los acelerados latidos de su corazón al
recordar aquel cuerpo duro y musculoso entrelazado con el suyo, en un acto de
posesión íntima, concediéndole un placer definitivo con su boca y sus manos.
Todavía tenía sueños sensuales de los que se despertaba bañado en sudor y en
deseo. Earth se limitó a mirarlo, consciente hasta de sentir miedo de su
fuerza de voluntad y su poder.
—¿Estás loco? Esto no tiene sentido —dijo con un hilo de voz. Kao
alcanzó una carpeta color marrón y se la entrego.
—Todo tiene un precio y esto es lo que necesito de ti—le dijo con una
mirada tan negra como el pecado —Esas son mis condiciones. ¿lo tomas o lo
dejas?
—¿Matrimonio? —Earth tenía la carpeta en la mano y se negaba a verla
—Somos hombres —señalo.
—De eso ya me he dado cuenta —Kao lo miró de arriba abajo
deteniéndose unos segundos más de lo normal en su entre pierna, lo devoro
con la mirada como si estuviera contemplando un dulce el cual quería devorar.
—Nunca he ocultado el hecho de que me gustan los hombres —explicó —
Tampoco es desconocido que quiero entrar en el mundo de la política, por lo
tanto, mis asesores me han dicho que es más factible que logre la aprobación
popular siendo un hombre de familia, a un libertino soltero.
—¿Política? —Earth rio enojado —¿Estás haciendo esto por política?
—Es un acuerdo beneficioso para ambos, me hago cargo de tus problemas
y tú te ocupas de mí y de mis necesidades.
—Por lo que tengo entendido, no tienes dificultades para llevarte a un
amante diferente a la cama cada día, ¿Por qué prefieres gastar dinero en mí?
—Kao se acercó lentamente hacia él.
—Me cuesta trabajo confiar en las personas... —Kao le debido una
mirada significativa —Si hago un contrato contigo estaré seguro de que no
podrás romperlo hasta que nuestro acuerdo haya terminado.
—En pocas palabras seré tu esclavo.
—Serás mi esposo, tendrás todos los lujos que desees, tendré tu cuerpo en
mi cama para poseerlo cada vez que lo desee, representaremos la pareja ideal
ante los medios y en seis meses donaras tu esperma para concebir un hijo, el
cual adoptare legalmente en cuanto nazca y al final de los dos años
compartiremos la custodia si es lo que quieres o puedo quedarme con el niño
si lo deseas, el matrimonio concertado en un lapso de dos años es una solución
conveniente para los dos —Earth no hubiera podido controlarse de ninguna
manera, su cuerpo reacciono por cuenta propia, con toda la fuerza de la que
fue capaz, lanzo un golpe directo a la mandíbula del hombre. A pesar del dolor
que sacudió su brazo, sintió una enorme satisfacción al ver como el hombre
que una vez amo caía hacia atrás, lástima que en último momento Kao
logro mantener el equilibrio.
—¡Yo no lo considero conveniente grandísimo idiota! —replicó Earth,
lleno de odio, mirándole con ojos desafiantes —¡No hay nada en este mundo
que me pueda hacer aceptar un chantaje tan descarado! —ahora Earth
comenzaba a comprender las cosas, comprándolo, Kao se aseguraba de
que Earth hiciera todo lo que le fuera indicado. ¿dejarle la custodia de su
hijo? ¿Estaba loco? Sabía que Kao era estéril a causa de que padeció
paperas de pequeño. Comprendía su necesidad de que alguien más le
ayudara a donar esperma y contratar una mujer para llevar al niño, pero de ahí
a sugerir que tan fácilmente Earth podía desentenderse del bebé... ¡Vender a
su hijo! Entonces Kao jamás lo llego a conocer en realidad. Tenía que
salir de ahí inmediatamente y alejarse de él, por lo que se dirigió hacia la
puerta.
—¿Te niegas entonces? —preguntó Kao enderezándose.
—¡Antes iría al infierno! —exclamó, enfurecido. ¡Era un canalla cruel y
calculador!
—¿De verdad? —Kao lo miró divertido—. ¿Qué piensas hacer
ahora? ¿Huir tan lejos como puedas? ¿Qué pasara con tu familia?
—Esto no te concierne —le reprochó con desdén, observando el creciente
disgusto que manifestaba él.
—La falta de dinero te hará arrepentirte —comentó Kao con crueldad
—Dudo que alguien más pueda mejorar mi oferta —Era la gota que colmaba
el vaso. Le había cerrado todas las salidas y lo sabía. Pero, a pesar de ello, se
negó a rendirse.
—Siempre hay algo que pueda hacer —repuso cortante —Para la
profesión más antigua del mundo, no hace falta mucha habilidad —eso era
algo que Earth jamás había considerado, ni siquiera cuando había tocado
fondo hace cuatro años, había salido adelante gracias a que en sus años de
universidad, desempeño trabajos básicos con Kao, mecéreo, limpio mesas,
trajo de mozo, sirvió café, lavo platos...hasta que pudo encontrar un buen
empleo, pero estaba cansado y furioso que todo mundo quisiera manipularlo,
si tenía que vender su culo en la calle para poder salir de este agujero... ¡Que
así fuera! Kao se acercó a él lentamente.
—¿Prefieres vender tu culo por unos cuándos dólares cada noche a casarte
conmigo? —Earth sintió una mezcla de temor y excitación. Cada parte de su
ser parecía vibrar por su cercanía. —¿Tan desagradable te resulto? No
pensabas de esa manera hace algunos años cuando me rogabas porque te
follara una y otra vez —dijo con cinismo e ironía—Earth creyó enfermar
ante las imágenes que evocaban sus palabras, sin embargo, el orgullo lo obligó
a contestar.
—Trabajar en las calles no es muy diferente a esto. O vendo mi cuerpo a
un hombre o a varios. De cualquier manera, creo que sería preferible tirarme
por el borde del puente de la segunda avenida.
—Una solución bastante drástica ¿no te parece? —Earth se encogió de
hombros.
—No lo sería si me muriera —contestó, con labios temblorosos—. Al
menos, así escaparía de todo—era otra mentira, Earth no era de los que
pensaban en soluciones fáciles, aunque estuviera tan desesperado, era bastante
orgulloso como para quitarse la vida y darse por vencido sin luchar. Pero
luchar contra corriente ya le estaba costando demasiado esfuerzo... Earth
sentía que por más que luchara jamás lograría llegar a la meta.
—Sólo un tonto dejaría de valorar las ventajas de lo que te ofrezco —
replicó, irritado. —Tú no eres tonto, yo lo sé, sabes que esto es un trato justo
para ambos—Earth irguió la cabeza y le miró con amarga repugnancia.
—¿Se supone que debo sentirme halagado, incluso agradecido, porque me
has ofrecido casarme contigo?
—Tú necesitas algo de mí, y yo algo de ti, es un trato justo.
—¿Un prostituto de la calle o tu prostituto personal? Una difícil decisión
—la mirada de Kao se oscureció, sus rasgos se endurecieron y el instinto
de Earth le advirtió que estaba en peligro.
—En ese caso seré tu primer cliente. Te pagaré porque me ofrezcas tu
cuerpo unas horas ¿Cuánto dinero quieres, cincuenta dólares la hora?
—¿Que? —exclamó, lleno de incredulidad.
—Tendrás que ganártelos, querido. Por ese precio, exigiré un trabajo de
primera —Earth sintió que su cuerpo se ponía rígido y le resultó imposible
articular una sola palabra. —Empezaremos ahora mismo —insistió Kao
con calma.
Despacio y con deliberada provocación, Kao se quitó la chaqueta y la
corbata. Como si estuviera hipnotizado, Earth permaneció inmóvil en su
sitio, viéndole desabrocharse la camisa y después el cinturón. Luego
reaccionó al comprender lo que estaba sucediendo. Sin pensarlo, dio media
vuelta y se dirigió a la puerta, tenía que alejarse de ahí, no llego bastante
lejos, fue detenido por unas fuertes manos.
—¡Suéltame idiota! O te golpeare otra vez.
—¿Desde cuando eres tan tímido, cariño?
—¡No me toques!
—No llegarás lejos si haces esto con todos. Sólo lograrás excitar a tu...
clientela y hacer que quizá te traten de forma más brutal —Dominado por el
pánico, intentó liberarse, Kao era más alto que él por pocos centímetros,
donde Kao mostraba una musculatura más abundante, Earth era de
constitución más delgada, ya que él no podía permitirse el lujo de un gimnasio.
Le sujetó las manos y no pudo evitar que él acercara la cabeza. Su boca
encontró la de Earth, obligándolo a abrir los labios, dejó escapar un gemido
cuando Kao inició un devorador ataque que destruyó todos los recuerdos
que Earth tenia de su relación. Él jamás había sido duro y áspero con
Earth. Este Kao era rudo, áspero, severo, le estaba demostrando lo que
podría esperar de un hombre consumido por la lujuria y que estaba dispuesto a
todo por satisfacerlo. En estos momentos Kao le estaba demostrando lo
que un hombre que pagaba por sexo exigiría a cambio por su dinero.
Earth lo empujo, pero Kao fue más rápido y utilizo su pierna para
que Earth tropezara y cayeran sobre la alfombra. Inmediatamente lo sometió
y siguió su asalto.
Siguió besándolo, convirtiendo la caricia en una salvaje posesión.
Después, Kao apartó sus labios y pudo respirar de nuevo, recuperando el
aliento. Pero el cruel asalto no acabo ahí. Gritó cuando, unos segundos
después los labios de Kao descendieron y le recorrieron el cuello y
bajaron, siguiendo la línea de la abertura de su camisa, mordió y chupó la piel
con fuerza. Le estaba dejando marcas a propósito. Sujetó ambas manos con
una sola de sus manos y con la otra continuó la exploración de su cuerpo. sacó
de sus pantalones los bordes de su camisa y con un rápido movimiento rasgó
con fuerza haciendo que todos los botones saltaran por la oficina. Con cínica
tranquilidad, buscó la suavidad de sus pezones y los acarició con los dedos.
—¡Basta! —dijo en un susurro, sintiéndose morir al ver la expresión en
los ojos oscuros que encontraron los suyos.
—¿Estás suplicándome? —Oh, Dios, ¿qué había hecho para merecer eso?
Un intenso temblor lo recorrió al sentir aquellas caricias tan excitantes por su
cuerpo.
Lo invadieron recuerdos que había creído olvidados, aunque él no quisiera
su cuerpo reconocía las manos y el calor del hombre del cual una vez estuvo
enamorado, Intento luchar de nuevo, pero entre más lucha, más violento se
volvía Kao. Este hombre nada tenía que ver con el Kao de hace
algunos años. Ni él tampoco era el mismo joven ingenuo. ¡Todo estaba
definitivamente mal!
Entonces, suplicó que desistiera y volvió a quejarse al ver que no la hacía
caso. Odiaba su debilidad, Cuando pensó que ya no podría soportarlo más,
buscó dónde herirle para hacerle detenerse. Le mordió con fuerza el hombro y
sintió satisfacción al oírle gemir, pero él no se dio por vencido.
Le impidió que continuara quejándose al cubrirle la boca con sus labios.
Cuando las manos de Kao le desabrocharon los pantalones, se quedó
inmóvil y dándose cuenta de lo que era capaz de hacer, Earth empezó
suplicar que no lo hiciera.
—¿No? —repitió Kao con cinismo. Earth estaba agotado.
—Ya entiendo lo que quieres —dijo en un susurro
—¿De verdad? —Irguió la cabeza para enfrentarse con la salvaje crueldad
que veía en aquellos rasgos implacables.
—Querías demostrarme tu punto de vista, ¿no es así? —Deseaba morir,
cualquier cosa sería mejor que tener que permanecer allí de pie, humillado.
Pero la alternativa era aún peor y él se lo había demostrado con claridad.
—Quizá —reconoció él, dejándolo atónito ante esta confesión.
—Tienes todo a tu favor —logró balbucear Earth en una risa en la que
se adivinaba una burla de sí misma —Si tengo que venderme, lo haré para
obtener comodidades y lujos —Earth lo miró con todo el coraje del que fue
capaz —Te odio —susurró vengativo desde el fondo de su corazón.
—¿Por reclamarte como mi pareja?
—No te hagas el inocente.
—Ten cuidado, cariño —advirtió con peligrosa suavidad que contradecía
el término afectuoso. Kao se alejó de él, dejando que Earth recupera la
poca dignidad que le quedaba, se levantó de un salto como si el suelo le
hubiera quemado. Su camisa estaba desecha, así que intento fajarla para que
quedara sujeta con sus pantalones, no estaba funcionando. Sus buenos reflejos
lo hicieron levantar la vista justo a tiempo para atrapar una chaqueta de diseño
que le quedaría un poco grande. Estuvo a punto de mandarlo al diablo. Pero el
recuerdo de lo que acaba de pasar y lo que podría pasar si no ayudaba a su
familia hicieron que se mordiera la lengua. Había únicamente un modo de salir
de aquella situación y un único hombre que podía ayudarlo.
—Ese es el contrato que vamos a firmar —señaló Kao la carpeta
tirada sobre la alfombra.
—¿Quieres que lo firme con sangre? —Kao pasó por alto su
sarcasmo y continúo instruyéndolo mientras acomodaba su ropa.
—Tengo una video conferencia en diez minutos, nos reuniremos con mi
abogado en su oficina en una hora, te recomiendo que, si quieres cambiar o
agregar algo al contrato, hagas anotaciones para que Saint lo cambie.
—¿Tan pronto?
—¿Para qué esperar? Soy un hombre de acción, ya lo sabes —exclamó
con un cínico humor que consiguió que él se ruborizara. Su sentido de la
dignidad hizo que se contuviera. Retrocedió un paso con la cabeza bien alta.
—¡Eres un canalla! —exclamó con voz ronca se sentía tan impotente, sin
ganas de mirarlo se agachó para recoger la estúpida carpeta, Kao le pilló
desprevenido, no lo había sentido acercarse a él, lo hizo enderezarse y lo
sujeto por la nuca y, con la otra mano en su espalda, lo atrajo hacia él.
Después llevó su boca a la suya, aprovechándose de su sorpresa para meter la
lengua y comenzar a despertar sus sentidos, con un beso que expresaba y
reclamaba desvergonzadamente sus derechos. Durante unos instantes, a
Earth se le detuvo el corazón, olvidó quién era y dónde estaba. Lo único
que había era aquel hombre, su energía sensual, el deseo recordado y la
necesidad instintiva de satisfacerlo. Pero un rincón de su cerebro y de su
corazón le indicaban otra cosa. Así habían sido las cosas antes, no en aquel
momento. Al darse cuenta de que estaba cometiendo una estupidez lo empujó
con la suficiente fuerza para que lo liberara, Kao no lo forzó más, por un
instante ambos se miraron fijamente, con desafío, como si fueran dos rivales
que estaban luchando cada uno por establecer su dominio, en lo personal
esperaba que su mirada expresara toda la ira y la rabia que sentía.
—Quizá tu cerebro me odie, pero tu cuerpo —dijo tocando suavemente su
ardiente piel —me dice que no es inmune a mis caricias. .
—Eres un imbécil —Kao rio ante el insulto.
—Tengo que trabajar, estudia el contrato y nos iremos a ver al abogado —
Kao señalo el sofá como si le estuviera diciendo a un niño malcriado que
estaba castigado en el rincón. Abrió la boca para contestar, pero no pudo
emitir sonido alguno. Deseaba y necesitaba atacarlo física y emocionalmente.
Pero tenía que ser inteligente, necesitaba aprender a tratar con el enemigo y
luchar las batallas que podía ganar, si Kao pensaba que tenía la guerra
ganada, se llevaría una gran sorpresa
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C.U.E (KAOEARTH)
FanfictionCuando era joven, Earth tuvo, expectativas y esperanzas, tuvo sueños y proyectos, era una persona alegre, positiva y... un idiota. Su vida fue de mal en peor hasta que llego a tocar fondo. Estaba resignado a sobrevivir en el mundo sin llamar demasia...