Capitulo10

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Earth tomó un sorbo de vino y depositó la copa en la mesa con mano
firme. Saboreó por un segundo el dulzor del líquido, hacía años que no tomaba
algo de tan buena calidad. Habían regresado al hotel, y habían pasado el resto
de tarde en la playa, cenado en la terraza y contemplado el atardecer, algo
realmente romántico. Rio internamente. Earth miró a Kao trabajando
desde su laptop. No había nada de romántico entre ellos, era un trato cerrado y
solamente estaban disfrutando de unas vacaciones. No era nada parecido a
como el recordaba sus tiempos con Kao. Claro que cuando estaban
estudiando no podían siquiera permitirse un motel barato, pero iban a acampar
cuando tenían la oportunidad o mejor dicho cuando Kao no estaba realizando
algún trabajo de medio tiempo, para ellos era suficiente sentarse juntos a
contemplar las estrellas y comer sopa instantánea. Ahora tenían la mejor vista,
el mejor de los hoteles, vino caro y comida deliciosa. Pero una atmosfera fría
como el hielo.
—Si esperas que asista contigo a los eventos en la agenda necesitare un
par de esmoquin más —El nuevo teléfono móvil que Kao le había
entregado, estaba enlazado directamente con la secretaria de su nuevo marido,
la cual a cada diez minutos agregaba alertas sobre eventos en los actuales
asistirían como pareja.
—Puedes comprar todo lo que quieras —Dijo Kao sin dejar de
teclear en su computadora —Ocúpate de eso cuando regresemos a la ciudad.
—Adquirir una pareja como si fuera un trofeo puede resultar caro —
sugirió malvadamente, en este trato, Kao estaba pagando más de lo que
Earth podría agregar al acuerdo, no creía que su culo valiera tanto.
—Si hubiera querido un esposo trofeo, no estarías aquí —entrecerró
ligeramente los ojos. Lo que implicaban sus palabras le heló la sangre. No
tenía respuesta para aquello. Dinero, dinero y más dinero. Earth tuvo una
niñez desahogada financieramente, eso fue hasta que su padre comenzó a caer
en deudas, en el juego y en llevarse a la cama mujeres más jóvenes que él,
incluso cuando su madre todavía vivía. Pero el dinero jamás le había
importado, recordaba las innumerables noches con Kao cenando juntos en
el pequeño dormitorio de la universidad. Cenas en la que se habían dado el
uno al otro trocito de comida, ajenos a todo y a todos. En aquellos años le
había entregado su alma y su cuerpo. Lo había amado. Y había creído que era
correspondido. Nada importaba entonces. Hasta que intervino la realidad y
todos sus sueños se vinieron abajo.
En aquellos momentos volvía a estar con el hombre que le había robado el
corazón. Pero nada era igual. Esa vez, el motivo era la venganza y la
conveniencia, no el amor. Para Kao era un trato conveniente para obtener
un fin y para Earth solo era supervivencia. Volvió a su realidad cuando se
dio cuenta que había estado observando fijamente a Kao más de lo
necesario, tanto se había sumido en sus pensamientos que él había dejado de
trabajar y ahora lo observaba atentamente.
—Me iré a dar una ducha —declaró alejándose rápidamente de la terraza.
En el cuarto de baño, se desnudó rápidamente, desnudo se detuvo frente al
espejo del baño, estudio su rostro pálido, sus ojos marrones, su cabello
castaño, su cuerpo delgado sin ningún musculo en él, se estudió de pies a
cabeza, pero no logro encontrar nada que le indicara porque Kao estaba
encaprichado con él. Al final llego a la conclusión que el trato de darle un
hijo, de estar casado con él y hacer todo lo que le ordenaba, era lo único que
podría importarle a Kao, lo había comprado porque podía controlarlo,
cosa que no podría hacer con otro hombre. ¡Auch! Definitivamente eso era
para deprimirse.
Después de una rápida y relajante ducha, regreso a la habitación, encendió
la televisión, buscó un programa interesante y se sentó a verlo. Era un
documental que lo absorbió hasta el punto de perder la conciencia del paso
del tiempo.
—¿No puedes dormir? —Earth dio un respingo y se volvió para
mirarlo. No se había dado cuenta de que hubiera entrado ni de que se hubiera
desvestido y puesto solo unos bóxeres para dormir. Miró la mesita de noche,
era casi le media noche. ¿Tanto tiempo había pasado?
—¿Cuánto llevas aquí?
—Unos minutos —Kao subió a la cama, se colocó con la espalda
recargada contra el cabezal, luego lo tomó en sus brazos con un rápido
movimiento y se sentó con él en el regazo. Una postura muy conocida y muy
desconocida a la vez. El corazón le dolió al recordar de nuevo los viejos
tiempos.
—¿Qué haces? —trató de librarse de sus brazos, pero fracasó. Kao le
puso la mano en el hombro y lo atrajo aún más hacia sí.
—¿Tengo que contestarte a eso? —Durante unos minutos estuvieron así,
con Earth recargado contra el pecho de Kao, no pudo relajarse en
absoluto, no era igual a como recordaba que eran esos momentos. De repente
sintió la calidez de su palma al introducirse por debajo de su camiseta para
retorcer uno de sus pezones. El corazón se le aceleró, y maldijo en silencio el
efecto que aquel hombre provocaba en él. Y, peor aún, era evidente que él se
daba cuenta. Qué fácil sería alzar su rostro hacia el de él, acariciarle el cuello
con los labios y luego buscar su boca. Dedicarse a una exploración mutua.
¡Qué estúpido! El pasado y el presente no se mezclaban. La primera vez, el
amor había sido lo importante. En aquellos momentos, no tenía nada que ver.
Quedarse allí sentado sin hacer nada era imposible, por lo que le agarró la
muñeca para tratar de liberarse. Fue en vano.
—Tengo sueño.
—¿No estás cómodo? —Dijo Kao besando su oreja —No sería la
primera vez que te quedas dormido encima de mi.
—No juegues conmigo—sus ojos lo miraron con furia.
—¿Crees que esto es un juego?
—¡Sí! —su ira aumentó, y lo maldijo en silencio. Lo tomó por la barbilla y
lo inclinó hacia él para atrapar su boca con un beso que tuvo efectos
devastadores e impidió cualquier protesta que tratara de emitir. Earth trató
de darle un puñetazo a ciegas, sin resultado. Kao despegó la boca de la
suya unos instantes para lanzarse, después, a una decidida invasión sensual,
atormentándolo y acariciándolo sin descanso hasta que él cedió con un gemido
casi inaudible y comenzó a responder. El resto era un borrón de calientes
besos y toques, y tanta piel. Earth nunca se había sentido tan fuera del
control por el deseo, incapaz de pensar, sin poder hacer otra cosa que sentir y
desear. Cuando finalmente se dejó caer contra la polla de Kao, el
profundo alivio fue abrumador. Él gimió. La plenitud, la intimidad era
enloquecedora y aterradora por su intensidad. Kao gruñó, tirando de
Earth más fuerte contra él, sus pechos rosándose entre ellos. Mirando dentro
de los ojos oscuros, Earth se movió. Fue tan excitante ver los ojos de
Kao entrecerrarse, la forma en que su cabeza se sostenía con su espalda
arqueada. Earth abrió sus piernas un poco más, ajustando su postura
mientras tomaba tan profunda y dulce, la longitud caliente de su marido que le
quemaba de adentro hacia afuera. Miró hacia abajo en medio de sus cuerpos,
fascinado por el movimiento de sus propias caderas mientras continuaban
girando en su lugar. Vio las manos de Kao, grandes y cálidas, y fuertes en
sus caderas dirigir el movimiento como él lo quería, guiando a Earth
montándolo mientras la propia polla de Earth se quedó sin ser tocada entre
ellos; estaba enrojecida y gruesa, la humedad reluciente y deslizándose por su
eje.
Los pulgares de Kao acariciaron sin pensar en sus huesos de la
cadera, su lengua trazando una franja húmeda en su cuello mientras su polla
extendía a Earth tan condenadamente bien. Tragándose sus gemidos,
Earth empujó hacia abajo para aumentar la presión y tomarlo
completamente. La sensación del estómago duro de Kao deslizándose
contra la carne dolorida de su polla hizo a Earth gemir, y él se aferró de los
hombros de Kao un poco más apretado mientras abandonaba las
rotaciones con su pelvis y comenzaba a deslizarse hacia arriba y abajo en la
polla de Kao, duro y rápido, con ganas de más, más profundo, más.
Tampoco podía respirar bien y ambos necesitaban todo más duro y más
rápido, y pronto Kao estaba golpeando sus caderas para encontrarse con
Earth en cada embestida, y Earth jadeaba cada vez que Kao
golpeaba su próstata, estrellas chisporroteaban detrás de sus ojos. Kao
gruñía, sus músculos trabajaban mientras él levantaba a Earth y lo bajaba
sobre su polla, y joder, su fuerza era tan excitante, y Earth lo quería, lo
quería, lo quería. Kao se corrió primero, y Earth lo siguió poco
después, sacudiéndose su camino a través del orgasmo y hundiendo sus dientes
en el hombro de Kao para amortiguar sus gemidos. Earth solamente era
vagamente consciente de Kao levantándolo y poniéndolo sobre su
espalda, sus párpados se sentían pesados y su cuerpo estaba lánguido con el
placer.
Justo antes de que se quedara dormido, le fue imposible resistir el deseo
de comprobar la capacidad de control de Kao y de ver cómo se dejaba ir,
y esperó hasta que estuvo a punto de dormirse para comenzar a explorar su
cuerpo por su cuenta. Recorrió, con caricias tan suaves como el aleteo de una
mariposa, los músculos compactos de su estómago, sintió su reacción, luego
subió hasta uno de los pezones y lo acarició entre el pulgar y el índice antes de
arañarlo ligeramente. Halló la hendidura del ombligo y lo recorrió con el dedo
antes de bajar lentamente para introducir los dedos en el vello púbico. Oyó
cómo Kao inspiraba débilmente y sintió la reacción de su miembro, tan
fuerte y flexible. Un instrumento capaz de proporcionar un placer inmenso. Y
sensible al más ligero roce. Sonrió furtivamente, pero se quedó inmóvil
cuando una fuerte mano lo agarró por la muñeca.
—Te sugiero que te detengas ahí —La venganza resultaba muy agradable.
—Cariño —pronunció la palabra con tono burlón —Pero si casi no he
empezado —hizo una pausa imperceptible—. ¿Es demasiado para ti? —De la
garganta Kao salió un gemido débil... ¿o una risa ahogada? No le
importaba.
—Ten en cuenta que esto sólo puede acabar de una forma —le soltó la
mano. Se convirtió en una prueba de resistencia para él, mientras Earth lo
provocaba y excitaba con las manos, la punta de la lengua y los dientes. Fue un
delicado saludo que hizo que las manos de Kao recorrieran su columna
vertebral como una advertencia silenciosa. Earth sostuvo con la mano sus
testículos y los apretó un poco antes de recorrer su miembro en erección, largo
e hinchado, con la punta del dedo, acariciar su extremo y juguetear con él con
implacable fervor. Se sentía valiente y travieso... se sentía bien volver a ser
por un segundo el antiguo Earth, juguetón, seguro de sí mismo y dispuesto a
darle tanto placer como fuera posible al hombre que amaba.
—Ya basta—Kao invirtió la postura en que se hallaban y lo penetró
con una potente embestida que desencadenó un acoplamiento erótico y
primigenio, enloquecido al llegar ambos al límite, donde se quedaron en
suspenso antes de descender en una gloriosa caída libre.
¿Había gritado? Earth no se acordaba de nada más que del embrujo de
un sexo increíble y de sus resultados. Kao le recorrió el cuerpo con la
mano, y sintió el roce de sus labios en la sien. No quería moverse. No creía
que fuera capaz de hacerlo. La agradable sensación de las sabanas de seda, el
calor de la cama y sobre todo los brazos que lo rodearon lo obligaron a cerrar
los ojos y a dormir tan plácidamente como no lo había hecho en años

C.U.E (KAOEARTH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora