Capitulo 11

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Earth se apoyó contra la pared, mientras observaba como al otro lado
del auditorio, Thitiwat coqueteaba con unas porristas, esto era una mierda,

pero eso le sucedía por ser el sucio secreto de un imbécil. ¿Tan difícil era

aceptar tu sexualidad? Al parecer si, Earth comprendía la situación,
cuando ingreso al instituto, llegó con los típicos sueños de adolescente
acabado de salir de la escuela secundaria, quería experimentar nuevas
experiencias, conseguir una novia, perder la virginidad... solo que con
Earth no funcionaron las mujeres. Mierda. Era difícil darse cuenta que lo
que creíste que querías en realidad no era lo que necesitabas. No le costó
trabajo aceptar que debería de experimentar con hombres... hombres... no
tipos en plena pubertad con miedo a salir del armario.
—Thitiwat es un idiota —murmuró
—Te lo advertí —dijo Kao. Earth pego un brinco del susto, no lo había
escuchado acercarse.
—¡Tonto! No hagas eso —se quedó Earth con una mano en el corazón
—¿Qué haces aquí? —Kao jamás asistía a los festejos de la escuela,
siempre estaba muy ocupado, muchos decían que era un arrogante de mierda
que no quería tener amigos. Pero Earth sabía la verdad. Kao trabajaba
por las tardes en una tienda de comestibles, en ocasiones por las noches
ayudaba a lavar platos en un restaurante, Kao trabajaba muy duro, era el
primero en la clase, el capitán del equipo de futbol, y según los rumores
había conseguido una beca para la universidad.
—Pensé que sería bueno venir a la fiesta de mi propio equipo —Kao
dejó escapar una risita sin humor.
—Tiene sentido —el equipo había ganado el pase para el campeonato
regional, era un gran logro. No era que antes no hubieran ganado nada, el
equipo de futbol era lo mejor que tenía la escuela, pero Kao solo jugaba, no
convivía de manera personal con nadie. Prácticamente Earth lo obligaba
a ser su amigo. Al menos eso fue lo que había dicho Robert en muchas
ocasiones. Earth observó distraídamente a su ex mientras se inclinaba
para susurrarle algo al oído a una chica. No tuvo tiempo de sentir celos o
ira, Kao lo sujetó del brazo y lo arrastro fuera del auditorio. Earth no se
resistió, le vendría bien alejarse del lugar. No fueron muy lejos. Llegaron al
área de vestidores. Kao lo empujo contra uno de los anaqueles de metal.
—¿Qué le ves a ese idiota? —Kao murmuró, dando un paso demasiado
cerca para su comodidad. La mano del chico se instaló en la parte baja de
la espalda de Earth, y el sistema nervioso de Earth se volvió loco,
chasqueando y chispeando con vida. Prácticamente podía oler el fuego
eléctrico. Cristo, claramente la presencia de Kao constituía el problema
más grande aquí. Eran amigos, solo amigos, bastante era tener su amistad,
pero secretamente Earth siempre había sentido algo más por Kao.
Sentimiento que había enterrado en lo más profundo de su ser, ya que no
podía obtener nada al respecto. Kao no tenía novia, al menos que él
supiera, las chicas siempre andaban tras de él. Simplemente el aura
peligrosa de Kao era suficientemente tentadora para cualquiera. La frente
de Kao se arrugó con preocupación.
—No lo sé —Earth se frotó la frente, tratando de ignorar la palma de
la mano de Kao a lo largo de la base de su columna vertebral. Kao se movió
un espeluznante paso más.
—Entonces, ¿cuál es el problema? Supéralo, no vale la pena —<< ¿Por
qué esta tan cerca?>> Con un esfuerzo monumental, Earth había luchado
para meter su mayor preocupación en una caja de seguridad mental, pero...
cuando se encontró con la mirada de Kao.
—No es tan fácil —dijo Earth, tratando de ignorar el olor de Kao. De
todos modos, ¿qué era ese delicioso olor?
—bunny... —Los dedos de Kao comenzaron un masaje relajante,
enviando señales seductoras que Earth sabía que eran falsas, pero su
cerebro sufrió un cortocircuito de todos modos, su voz subiendo una octava.
—No es que este enamorado ni nada, pero realmente pensé que sería un
buen... .
—Detente —dijo Kao, dando un paso lo suficientemente cerca como
para besarlo. Kao puso la mano en la pared a un lado de la cabeza de
Earth y se inclinó para mirarlo a los ojos. Entonces Kao hizo lo que
Earth jamás pensó que sucedería en toda su vida. Se inclinó y lo besó.
Earth se había quedado completamente inmóvil. Durante unos pocos
latidos de su corazón, pensó que iba a enloquecer, por lo que puso su mano
libre sobre el pecho de su amigo para confirmar que no estaba soñando
<<De nuevo>> cuando finalmente le permitió a su cerebro procesar las
sensaciones lanzadas como dardos alrededor de su sistema nervioso, notó
cómo de flexibles eran los labios de Kao. Cuan suaves. Justo como los
había imaginado.
Sus labios se trabaron, y su pulso se disparó más alto, Earth agarró
los bordes de la chaqueta de Kao y levantó la barbilla para meterse de lleno
en el beso. Los labios de Earth se abrieron voluntariamente bajo los
suyos. Kao se movió más cerca, instintivamente, Earth inclinó su cabeza
para buscar una mejor posición. Primero a la izquierda. Y luego
explorando desde la derecha, tomando más de esa boca con la suya. Una
corriente de sensaciones zumbó a través de él. Las sensaciones incluían
calor, humedad y dulzura, pero también ardiente húmedo aliento y el débil
sabor del ponche.
Disfrutando del pecho duro bajo su mano, su cuerpo se sentía frustrado
por el limitado contacto, por lo que abrió la boca aún más, presionándola
profundamente. Con Thitiwat jamás habían pasado al siguiente nivel, el chico
le había pedido muchas veces que Earth le chupara la polla, pero Earth
quiso ir lento, así que simplemente eran caricias, besos, pero nada más,
ahora estaba feliz por ello. Ya que el maldito Thitiwat no merecía nada más.
Pero con Kao... él estaba dispuesto a llegar a todos los niveles a los
cuales su amigo quisiera arrastrarlo. Earth gimió bajo él, pidiendo más.
Mucho más.
—Levántate. Son más de las diez —Earth oyó las palabras y se tapó con
la cabeza con la almohada. Protestó en voz alta cuando Kao se la quitó.
Pero abrió los ojos para mirarlo. Parecía muy descansado y relajado, y muy
varonil. —Primero el desayuno —dijo Kao—Saldremos a Nueva York a
medio día —Earth restregó sus ojos, no quería volver a Nueva York,
hacerlo sería aceptar la maldita realidad de sus circunstancias, estos días,
habían sido sexo, playa, sexo, sol, más sexo, descanso y seguido de sexo,
había tenido más actividad sexual estos cuatro días que en los últimos cuatro
años. No quería reventar su burbuja, esa donde Earth no era un esposo
comprado y donde Kao no era un monstruo sin corazón.
—No quiero irme —susurró cansado.
—Yo tampoco —dijo Kao inclinándose para darle un beso en la frente
como si fuera lo más natural del mundo —Pero tengo un negocio que atender,
así que levántate perezoso.
—Si —Earth aparto las sabanas de una patada —Tienes que regresar a
ser el señor todo poderoso —su comentario era desdeñoso, pero no podía
evitarlo, estaba enojado, ya que estos días pudo deslumbrar algo de lo que
habría sido si Kao no le hubiera entregado su corazón al diablo. A
Kao tampoco le había parecido su comentario, pero lo dejo pasar. Su
ultimo día en las Bahamas pasó volando y al final la burbuja se reventó y
regresaron a su realidad.
Para el lunes estaba regresando su vida a la normalidad, bueno a la
normalidad que sería ahora que era esposo de Kao, que no tenía la menor
idea de que tendría que hacer durante dos años. Mientras doblaba el periódico
de la mañana y terminaba de tomar su té, Earth pensó que tenía que haber
una razón para cada día. No hacía mucho que había deseado disponer de
tiempo libre, no tener que correr de un trabajo al siguiente, ni que comer
deprisa.
Pero creía que ahora no se conformaría con simplemente levantarse cada
mañana, ducharse, dar instrucciones al ama de llaves, tal vez ir de compras y
esperar tranquilamente a que Kao regresara a casa para follarlo cada
noche después de a ver jugado a ser el amo del universo.
Establecer un diario social era algo que prefería posponer el mayor tiempo
posible. Hasta ahora solo podía contar con una amistad sincera. Eso lo animo
un poco, necesitaba poner todo en perspectiva y que mejor que hablarlo con
alguien en quien confiara, convencido, llamó a Samantha y quedaron para
almorzar, la hora que le otorgaba la empresa a su amiga no bastaría para que
Earth alcanzara a contarle todo el culebrón que estaba viviendo, pero era
mejor que nada.
Después de arreglarse, le pregunto a Elena si podría llamar para pedir un
taxi.
—Yo lo llevare a donde desee ir señor Noppakao —dijo Warren desde la
esquina de la barra del desayuno donde estaba terminando de tomar su café
—No hace falta, puedo ir en taxi —insistió, ignorando la forma en que
Warren lo había llamado "señor Noppakao "
—Son instrucciones de su esposo, lo llevare a donde desee ir —La idea
de tener a Warren a su entera disposición le parecía ridícula. Sabía conducir,
tenía el permiso... lo que necesitaba era un coche. Pero su carcelero no le
permitiría esa libertad, estaba claro que las pretensiones de Kao era que
no escapara.
Aunque Earth pudo hacer un esfuerzo por evitarlo, decidió que era
mejor compartir todo lo que sentía con su amiga. Termino contándole todo a
Samantha. desde su maravilloso noviazgo con Kao hasta como había
terminado y el trato que ahora estaba encadenándolo a ese hombre.
—¿Por qué crees que Kao ha decidido volver tras de ti?
—¿Por venganza? ¿Por qué más vale malo con conocido que bueno por
conocer? Me tiene en sus garras, puede hacer lo que quiera conmigo y no
puedo pelear.
—¿Te has preguntado por qué se casó contigo?
—Para tener la última palabra —Samantha lo miró pensativa, para haber
escuchado la historia de terror que era la vida de Earth, su amiga estaba
muy calmada.
—¿No será porque nunca has dejado de importarle?
—Ni por asomo —Earth rio sin ganas, antes nevaría en verano.
—Según por lo que me ha contado, su relación era algo muy especial.
—Tal vez. Lo fue—sintió que se le partía el corazón.
—Ya no soy él de antes, y tampoco él.
—Oye —Samantha le sujetó la mano —No conozco a ese tal Kao,
simplemente lo he visto en fotos —ella sonrió —Después de que me avisaste
que te casarías lo busque en internet, la historia de cómo paso de no tener
nada, a ser un hombre de éxito es realmente admirable....
—Vendió su alma al diablo —Earth se encogió de hombros. —Kao
quería riqueza, lo consiguió, pero no se detendrá ahí, seguirá queriendo cosas,
y después de que cumpla el siguiente nivel, habrá otro, es imparable.
—Le juzgas con dureza.
—¿Ahora estas de su lado? —Earth alejo la mano de su amiga molesto
—Me ha chantajeado para casarme con él, ha comprado mi culo.
—Dicho de esa forma suena muy feo —Samantha miró su reloj
—Me parece que lo que mueve a Kao no es la ambición.
—Tal vez te equivoques.
—No veo cómo puedo estar equivocada —al ver que no contestaba,
continuó —Te ha devuelto todo lo que tenías.
—Excepto el amor —las palabras escaparon de su boca antes de siquiera
pudiera contenerlas, pero era lo que más le dolía, la falta de amor del hombre
que un día llego a robar su corazón.
A última hora de la tarde le llego un mensaje de la secretaria de Kao
sobre una cena de negocios de último minuto. Estuvo tentado en llamarle a
Kao para enviarlo a la mierda, ya que ni siquiera se había tomado la
molestia en llamarlo él mismo. Llevaban cinco días de matrimonio y al
parecer la tercera rueda en su relación seria su secretaria... tal vez Warren
sería la tercera, la secretaria la cuarta y Elena era el pilón en la ecuación... ¿Y
Saint en que escala quedaría? Frunció el ceño al pensar en el abogado. Era
mejor no dejar ir a su cabeza por ese rumbo.
Al salir del vestidor, su marido se estaba aflojando la corbata con una
mano y desabrochándose la camisa con la otra. Verlo le hizo perder el
equilibrio. Su piel aceitunada... su magnífica musculatura... aquel hombre
desprendía energía por cada poro de su cuerpo.
—Hola —afloraron sus buenos modales—¿Qué tal tu imperio? Espero no
se haya desmoronado después de cuatro días de ausencia.
—Para eso tengo personal capacitado —dijo Kao con una sonrisa que
decía que no caería en su juego —¿Qué tal te ha ido tu día?
—Bien —¿le informaba Warren de todos sus movimientos? —He comido
con Samantha, quiere conocerte, ¿Agendo una cita con tu secretaria?
—Invítala a venir el fin de semana, prometo comportarme delante de tus
amigos —Kao se quitó el cinturón y se desabrochó los pantalones.
Camino tranquilamente hacia el baño ¿Por qué no se molestaba? Earth
estaba siendo sarcástico y Kao actuaba como si nada. Trató de mantener
la calma. Habían pasado años y seguía siendo tan sensible a su presencia
como la primera vez. Tenía algo, una magia intrínseca que no sabía definir,
pero que excitaba sus sentidos y los descontrolaba. Tenía la facultad de
poseerlo, en cuerpo, alma y mente, y él luchaba sin descanso en una batalla
perdida por conservar una apariencia de equilibrio.
Aquello era una locura. El amor no estaba previsto. Sin embargo, se sentía
atraído hacia él como la polilla a la llama. ¿Sobreviviría... o ardería y
moriría? Earth termino de prepararse y a los poco minutos Kao salió
del vestidor impecablemente vestido con esmoquin negro.
—¿Nos vamos? —preguntó con voz fría y una sonrisa ensayada, y
vislumbró que algo se alteraba en aquellos ojos oscuros cuando él se puso a su
lado.
El restaurante al que llegaron era un lugar italiano de cinco estrellas,
Earth dudo al entrar, este ya no era su mundo, nunca lo fue, ni siquiera
cuando su padre tenía las posibilidades económicas. Earth jamás le gusto
jugar al papel de millonario. Mean era el hijo preferido de su padre, para él
era toda la atención, Earth era feliz con quedarse en casa y dedicarse a lo
que le gustaba hacer.
—Tranquilo, todo saldrá bien —susurró Kao a su lado. Su voz era
infinitamente sensual, y una sensación familiar hizo que él se estremeciera.
¡Maldito fuera! Estaba jugando adrede, evocando emociones y recuerdos que
Earth había intentado olvidar con todas sus fuerzas.
Tal vez debería dejar de preocuparse tanto, llevaba su apellido, dormía en
su cama, y, por la noche, era incluso posible creer que el pasado no existía,
sólo el presente, y vislumbrar lo que el futuro les depararía. Las dudas y la
inseguridad venían con la luz del día, cuando él, sin darse cuenta, escudriñaba
su expresión, examinaba su estado de ánimo, todas sus palabras y trataba de
analizar todos los matices en busca de un significado oculto. Luego se
reprochaba en silencio esa búsqueda de lo imposible.
—No estoy nervioso —era mentira.
—¿En serio? vamos a adentrarnos en la jungla social —Kao le dedicó
una rápida sonrisa teñida de burla. Earth oculto su asombro, eran las
palabras que muchas veces él le dijo en su adolescencia, era la forma en que
Earth describía el circulo social donde sus padres se movían.
—Ahora es un terreno que conoces bien —Earth le contestó en tono
ligero.
—Aprendo cada día un truco nuevo.
—Supongo que si.
—Pórtate bien —le puso la mano la espalda, en un gesto gentil e íntimo.
—Siempre lo hago.
Llegaron a una mesa dispuesta para diez personas, Kao le presento a
todas las personas presentes, todas y todos a excepción de una persona, le
sonrieron y lo felicitaron por la boda.
—Kao —una voz exageradamente amable se lanzó contra su marido
—¡Qué alegría! —Earth observo al tipo, deliberadamente estaba ignorando
a Earth mientras colocaba descaradamente las manos en el pecho de
Kao —No te imaginas la alegría que me da que hayas podido venir.
—Nosotros sentimos la misma alegría —respondió Kao con falso
calor. Earth sintió algo de argullo al ver como Kao le dejaba claro al
pelirrojo que Earth estaba ahí. El pelirrojo le fue presentado como Bas. Y
por la mirada que el dirigió el hombre, a Earth le quedo bien claro que él
no era de su agrado. Transcurrieron unos quince minutos cuando un segundo
incidente dejo claro que la noche no sería sencilla para él.
—Up-¡Kao! —Un hombre rubio se abrió paso entre la gente hasta que
llego directamente a Kao ¿Otro? Este hombre a diferencia del pelirrojo
deslumbrante, era un hombre de mediana estatura, complexión fina y tenía que
admitir que bastante atractivo, tanto que te dejaba sin respiración. ¿Un
modelo? ¿un antiguo amante?
——Kao lo saludó con afecto. Definitivamente se trataba de
un amante. Había que esperar que fuera antiguo, pero Earth percibió que no
lo era tanto, dada la descarada expresión que sus ojos proyectaron brevemente
y ocultaron con rapidez.
Muy bien. Estaba claro que Kao no se mantuvo célibe todos estos años.
Pero era diferente pensarlo a tener la prueba en sus narices. ¡Auch!
—Earth, mi esposo —El sonido de la voz de Kao lo devolvió
bruscamente al presente. Se sentía indeciso. ¿Debía sonreír?, ¿darle la mano?,
¿Cuál era el protocolo para el esposo y el ex amante de un hombre?—Encantado de conocerte —Up se le adelantó extendiendo la mano.

C.U.E (KAOEARTH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora