Me desperté y estaba embarazado

Capitulo 17

              

  La suave luz de la mañana se filtraba a través del hueco de la cortina y caía sobre el rostro de Fu Zhen. 
Levantó perezosamente la mano y se cubrió los ojos con ella.
Después de un rato, extendiendo los dedos, miró a través de los dedos.  Volvió a cerrar los ojos y los abrió.
Y el techo blanco irregular se convirtió en el lugar que miraba. 
Girando la cabeza, miró el pequeño reloj despertador en la mesita de noche.  Todavía no eran las ocho de la mañana.
Fu Zhen se levantó de la cama. 
Después de vestirse, tomó un cepillo de dientes y se fue cojeando al baño para lavarse. 
En su camino de regreso, pasó por la habitación de Jiang Hengshu. 
Ya se ha ido a trabajar.
La puerta de su habitación estaba bien cerrada.  Silencio adentro.
Fu Zhen bajó la cabeza y regresó a su habitación decepcionado. 
Los fideos instantáneos almacenados en el armario se comieron limpios.  Se puso una chaqueta y bajó las escaleras. 
Habiendo comprado algunas verduras y arroz en el rugido de la mañana, regresó a casa.

Después de que Fu Zhen terminó su desayuno, se sentó nuevamente frente a la computadora y comenzó a dibujar.
Luego recordó que se olvidó de comprar analgésicos al salir hoy.
Pero hoy sus piernas no le duelen demasiado y las pastillas no son realmente necesarias.
Después de pensarlo, Fu Zhen decidió continuar pintando y comprar analgésicos la próxima vez que saliera.
El clima es cada vez más frío. Incluso unas pocas capas de ropa abrigada no pudieron salvarle del frío escalofriante.
Fu Zhen tiene un nuevo trabajo y no necesita seguir sufriendo en el sitio de construcción, incluso si Jiang Hengshu continúa trabajando allí.
Realmente le gustaba Jiang Hengshu, pero no podía abusar de su cuerpo por Jiang Hengshu.
Después de un descanso de dos días del trabajo de construcción, el dibujo de Fu Zhen estaba casi completo.
En una mañana nevada, fue al sitio de construcción con Jiang Hengshu, encontró al Capataz y le dijo:
Últimamente me duelen un poco las piernas, así que no puedo trabajar aquí.
El Capataz frunció el ceño.  Si Fu Zhen le hubiera dicho esto hace unos días, habría estado de acuerdo sin dudarlo.
Pero ahora no, porque durante estos días varios trabajadores ya han abandonado la obra.
Encendió un cigarrillo y se volvió hacia Fu Zhen:
"Xiao Fu, el hermano Chen siempre ha sido muy amable contigo, ¿verdad?"
Fu Zhen asintió lentamente, sin decir nada más, dándose cuenta de que esta vez sería un poco más difícil para él abandonar el sitio de construcción.
El Capataz suspiró y lanzó una bocanada de humo hacia Fu Zhen.
El tipo escuchó al Capataz decirle:
Se ha acumulado mucho trabajo en la obra durante estos dos días.
Si te quedas aquí otra semana, te pagaré el resto.
Antes de eso, figuraba como deudor del Capataz, pidiéndole un préstamo de dos mil para uso urgente.  Después de algunas dudas, Fu Zhen estuvo de acuerdo.
"Bien".
El Capataz le dio unas palmaditas en el hombro a Fu Zhen y dijo con una sonrisa:
“Trabaja duro esta semana, y cuando te mejores, vuelve otra vez".
Fu Zhen murmuró su agradecimiento al hermano Chen, se hizo a un lado para buscar su carro habitual, que usaba para pasear por el sitio de construcción, y continuó arrastrando la arena.
Un viento frío levantó la arena del suelo y se la arrojó a la cara. 
Finos granos de arena duelen como muchas cuchillas en miniatura.
Fu Zhen bajó la cabeza, hundiendo la cara en su pecho, protegiéndose de las travesuras del viento.
Así que mejoró un poco.
Por la mañana, mientras transportaba arena, pasó varias veces por Jiang Hengshu. 
Olvidando cómo entrecerrar los ojos, desenfocado en el trabajo, Fu Zhen parecía un idiota, incontrolablemente acercándose a él, dándole a Jiang Hengshu más atención de lo habitual... incluso más.
La vida de Fu Zhen ahora siempre estará a la sombra de la familia Fu, y no hay forma de salir de ella y cambiar nada.
Y Jiang Hengshu es una muy buena persona.
Esperaba que Jiang Hengshu pudiera vivir una vida más feliz que él y pudiera obtener lo que quisiera. 
Su camino de vida será suave y rentable.
Le gustaría hacer algo por Jiang Hengshu, pero en este momento no puede hacer nada por él.
Fu Zhen siguió mirando y mirando a Jiang Hengshu.
No sabía mucho sobre Jiang Hengshu, pero ya se había enamorado incondicionalmente de él.
Esta es una historia triste.
A veces, Fu Zhen quería mirar a una persona, lo que le gusta a Jiang Hengshu.
De repente recordó el sueño que tuvo la noche anterior y se sonrojó.
Si tuviera una piel más gruesa, se habría acercado primero a Jiang Hengshu.
Sin embargo, cuando recordó su cuerpo mutilado, estos pensamientos desaparecieron sin dejar rastro.
Y en su corazón se arrepintió de no haber nacido niña.
Ahora solo puede sentarse en un rincón oscuro, observando en silencio a Jiang Hengshu.
Si Jiang Hengshu gira la cabeza y le sonríe en ese momento, Fu Zhen estará de muy buen humor durante mucho tiempo, de un humor encantador.
Es demasiado tímido, como un topo en invierno.
Su amor es como un bulbo de flor escondido bajo tierra. 
Sólo cuando no hay nadie decide sacarlo a la luz para mirarlo con cariño y detenimiento, esperando que llegue la primavera, que los brotes se abran paso en la tierra y florezcan, fragantes.
Uno de los trabajadores levantó y tocó a Jiang Hengshu, preguntándole:
¿Te diste cuenta de que el lisiado te estaba espiando?
Jiang Hengshu se rió entre dientes en respuesta, sin reaccionar más.
"¿Él es gay?"  "Hablando de esto, el trabajador fingió estar enfermo ante estas palabras".
Jiang Hengshu levantó la cabeza y miró hacia Fu Zhen.
Fu Zhen no tuvo tiempo de reaccionar rápidamente y apartar la mirada.
Ahora se sentó con la cabeza gacha, devorando rápidamente su almuerzo de la lonchera.
Cuando terminó de comer, dejó la caja a un lado, jugando sin pensar con su teléfono.
Al darse cuenta de que Jiang Hengshu no iba a desarrollar este tema, el vecino sentado a su lado habló sobre otro tema:
“Aprendí algo de tu pregunta ayer".
Jiang Hengshu lo miró y preguntó:
"¿Qué quieres decir?"
“La gente realmente murió en este sitio de construcción. En abril de ese año, se encontró un cuerpo en una zanja detrás de un sitio de construcción. Fue descubierto solo unos días después. Pero no sé quién lo hizo. La policía no realizó una investigación exhaustiva."
El trabajador hizo una pausa por un momento, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.
Mirando a su alrededor, tosiendo varias veces, agregó.
"Pero tal vez todo son rumores".
"Gracias", le respondió Jiang Hengshu.
“No vale la pena”, el trabajador ya había almorzado, tomando un cigarrillo en la boca y dando una calada, entrecerró los ojos de placer.
Mirando a Jiang Hengshu nuevamente, preguntó:
“No pareces alguien que haya trabajado en la construcción toda su vida.  ¿Por qué viniste aquí?"
"Dinero".
Al escuchar la respuesta de Jiang Hengshu, el trabajador suspiró profundamente y tomó otra bocanada.
"El dinero es algo bueno".
Jiang Hengshu volvió a guardar silencio mientras se concentraba en su lonchera.
Apoyado contra la pared, cerró los ojos.
Fu Zhen se sentó debajo de un árbol y miró a Jiang Hengshu con una sonrisa.
A pesar de su frialdad exterior, Jiang Hengshu aún puede hacerse amigo de otros en el sitio de construcción, pero no de él.
Fu Zhen sintió unos ligeros celos mientras trataba de ignorarlo.
El trabajo de la tarde era tan monótono como el de la mañana.
La repetición de los mismos movimientos mecánicos. 
A medida que el día llegaba a su fin, lentamente se dirigieron a casa.
Fu Zhen, quien terminó su trabajo un poco antes, se sentó en el borde de la estufa, esperando que Jiang Hengshu terminara su trabajo para poder regresar juntos a casa.

El sol se hundía hacia el oeste, tiñendo el cielo de un rojo rosado.
Las nubes, como escamas doradas de pescado, se oscurecieron gradualmente.
Fu Zhen y Jiang Hengshu estaban juntos en el autobús.
Jiang Hengshu, como la última vez, lo protegió con su cuerpo mientras otros pasajeros se amontonaban alrededor.
El calor irradiaba de su cuerpo.
Cuando el conductor frenó de golpe, sorprendido por el freno de emergencia, Fu Zhen cayó encima de Jiang Hengshu, quien lo rodeó con sus brazos.
Las quejas y los gritos de los pasajeros llenaron al instante el interior del autobús.
Fu Zhen se alejó rápidamente de Jiang Hengshu, apartando la cabeza de su pecho.
Estaba a punto de echar un vistazo a Jiang Hengshu, levantando rápidamente la cabeza para hacerlo, cuando de repente vio una mirada desde el otro lado.
En ese momento, Fu Zhen vio un destello de ternura en los ojos de Jiang Hengshu.
El corazón de Fu Zhen se aceleró por un momento cuando se dio cuenta de lo amable y gentil que era.
Frunciendo los labios, miró hacia otro lado como si nada hubiera pasado hace un momento.
El autobús los llevó rápidamente a casa.
Fu Zhen y Jiang Hengshu se bajaron del autobús y caminaron hacia el edificio.
Las sombras de dos personas superpuestas a la luz de las farolas.
De repente, Jiang Hengshu se detuvo abruptamente, giró la cabeza y miró hacia el callejón detrás de ellos.
Ya estaba oscuro, las luces no ardían, y desde el lugar donde estaba, no podía distinguir quién se escondía en este callejón oscuro.
Fu Zhen extendió la cabeza y miró en la misma dirección, preguntándole con curiosidad:
"¿Hay algo mal?"
Jiang Hengshu miró a Fu Zhen y respondió con calma:
"Nada, vamos".
Después de que Fu Zhen y Jiang Hengshu ingresaron al edificio, dos personas de aspecto desagradable que se habían estado escondiendo allí todo este tiempo emergieron de la oscuridad del callejón.
Fueron los hermanos Liu los que fueron atacados por la familia Fu y Qin Zhao después de causar problemas a Tang WanWan. 
En un período muy corto, su familia quebró, los acreedores persiguieron a dos hermanos, tuvieron que esconderse constantemente.
Fueron a la casa de Fu a confesarse, incluso se arrodillaron ante Fu Jianchen, y aún así no pudieron salvarse de la ruina.
Pero no iban a esconderse en esta ciudad para siempre.
Al acercarse al puesto de barbacoa, se sentaron junto a él.
El hermano menor le preguntó al hermano mayor en un susurro, especificando:
"¿Estás seguro de que fue él?"
El hermano mayor respondió afirmativamente:
“Por supuesto que estoy seguro de ello. Es el hijo menor que fue expulsado de la familia Fu, por Fu Jianchen hace dos años.
El más joven todavía no estaba completamente convencido:
“La familia Fu ya lo ha echado. ¿Cómo puede sernos útil?”
"No creo que Fu Jianchen y Fu Ting sean tan crueles como para ignorar la sangre de la familia Fu que fluye en este lisiado", agregó el hermano mayor después de una pausa.
“Vi a Fu Ting y Fu Jianchen venir a buscarlo hace dos días, todavía no pueden dejarlo ir en sus corazones”.
Al ver que el menor seguía frunciendo el ceño, vacilante, habló, convenciéndolo:
“Fu Jianchen y su familia nos obligan a hacer esto.  No podremos llegar a Tang WanWan, está demasiado custodiado, no tendremos ninguna posibilidad allí.  Pero podemos secuestrar fácilmente a Fu Zhen. No lo mataremos. Sólo pediremos un rescate y saldremos del país. No nos llevarán allí”.
Al darse cuenta de que había un punto en lo que había dicho el hermano mayor, el menor dudó un poco más y asintió, finalmente asintiendo con él:
”Bien bien”.
“Entonces debemos darnos prisa.  Necesitamos secuestrar a Fu Zhen antes de la boda de Tang WanWan.  Entonces no será demasiado tarde”.

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El autor tiene algo que decir: una advertencia, los próximos tres o cuatro capítulos son sobre violencia. Para las pequeñas bellezas que no pueden soportarlo, el autor aconseja hojear estos capítulos.