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-Si no quieres hacerlo no pasa nada-propuso Gavi.

-Yo también prefiero eso.-dijo Eric.

-Y yo.-intervino Javi.

-Si lo haces, Ansu y Balde serán tus esclavos durante una
semana.-dijo Ferran.

Me acerqué a Gavi y pasé mi lengua por su cuello tímidamente.

Note como se tensaba.

Subí hasta su mandíbula.

Soltó un suspiro.

-Paras o me salgo de control.-me susurró.

Me sépare.

Mis hermanos mirando.

Sonreí inocentemente.

-Reto cumplido, ahora ansu y balde son mis esclavos.-levanté los brazos en forma de victoria.

-Por culpa de Ferran.-Ansu culpó a Ferran.

-O era eso o que pongo celoso a Gavi con uno de nosotros.-levantó los brazos.

-Pues lo segundo.-dijo Eric.

-Claro como no puede ponerse celoso de ti porque eres hermano de Sara, a nosotros nos parte la cara.-se quejó Ansu.

-Este se pone celoso hasta de un gato.-señalé a Gavi.

-Eso es mentira.-protestó.

-Ya claro.-dije con ironía.

Eran las cinco de la mañana y seguíamos todos hablando.

-Cada mochuelo a su olivo, a dormir todos.-dije con cara de sueño.

-Vale, pero,como nos llevamos a Pedri, está dormido como un tronco.-dijo Balde.

-Tranqui, esto lo soluciono yo.-cogí una almohada y le pegué en la cara.

-¿Sois gilipollas o qué?-se tapó la cara.

-Sabia que funcionaría.-sonreí victoriosa.

-Qué corra el aire venga, todos a su cuarto.-les eché.

-Te recomiendo no dormir con Gavi, se mueve mucho.-salio Pedri por la puerta y me giré hacia Gavi.

-Eso es mentira-se excusó.

-¿Tú crees que voy a creer a Pedri?-pregunté y negó.

-Pues ya está, todo solucionado.-me puse las manos en la cintura.

-A dormir-dije.

-Hombre, dormir a estas horas no creo, son casi las seis.-señaló la ventana.

-Dormimos un rato.-propuso.

Caímos rendidos en la cama.

Me sonó la alarma.

Eran las 12 de la mañana.

-Gavi levanta, son las 12.-le moví bruscamente.

Abrió los ojos y fue directo al baño para vestirse.

Me levanté de la cama y me vestí.

Bajamos corriendo.

Estaban todos mirando.

-¿Que miráis?-pregunté mientras me sentaba.

-A saber que estabais haciendo para bajar tan tarde.-dijo Javi.

-Nada, malpensados.-dirigí mi mirada al plato para desayunar.

Fueron todos a entrenar, menos mis hermanos y yo.

Subimos a las habitaciones para recoger nuestras cosas para irnos.

Bajamos abajo y estaban todos ahí.

Se me acercó Gavi.

-Te voy a echar de menos.-me susurró antes de juntar sus labios con los míos.

Escuchamos silbidos.

Nos separamos.

-Nos vemos en una semana.-le dí un beso en la mejilla.

-Os quiero chicos.-les grité.

-Y nosotros.-escuché cómo gritaban.

Llegamos al aeropuerto.

Facturamos las maletas y nos subimos al avión.

Nos sentamos en los asientos y mis hermanos calleron rendidos en las sillas.

Dormí durante todo el trayecto hasta que llegamos.

Abrí los ojos y vi a mis hermanos dormidos como troncos.

Les pegué con la mochila en la cabeza.

-Ya hemos llegado, dormilones.-me levanté de mi asiento para irnos directos a cojer nuestras maletas.

Esperamos un uber afuera del aeropuerto para que nos llevara a casa.

Javi abrió la puerta de casa.

-Casita!!-gritó Eric tirándose al sofá dejando las maletas en el suelo tiradas.

-Recoge todo esto, no somos tus esclavos.-le pegué en la espalda.

Se levantó del sofá y gruñó algo que no se entendió.

Angel-Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora