04┃Navidad y Año Nuevo.

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S2 EP12

NAVIDAD ES UNA FIESTA que Norah solía esperar con ilusión, pero ya no, aunque significara cirugías extra disponibles gracias a los índices inusualmente altos de accidentes que se producen durante las fiestas.

El hospital estaba decorado con pequeños árboles de Navidad aquí y allá, algunos verdes con adornos y otros creados con guantes quirúrgicos azules y blancos.

Los seis internos estaban en la habitación de un paciente con Bailey y Derek. Tim Epstein, el paciente, tenía a su mujer y a todos sus hijos en la habitación con él; había literalmente todo un caos dentro.

"Estaba ensartando luces Hannumas y se soltó una teja", explicó el Sr. Epstein; sus hijos se subieron encima de él, colocando lagartijas de goma por toda su bata de hospital.

Y eso era lo que más le disgustaba a Norah de la Navidad. Los niños.

"Cayó tres metros", informó la señora Epstein.

"La buena noticia es que la cabeza amortiguó la caída".

Derek asintió, y una de las hijas del señor Epstein lanzó hacia él un lagarto de goma, que chocó contra su cara. Norah tuvo que morderse el interior de los labios para contener una carcajada, que fue percibida por el adjunto. Vale, a lo mejor los niños no son tan malos.

"Uh, no hay deformidades visibles, pero definitivamente tiene cierta debilidad focal en el brazo izquierdo".

"Probablemente estará bien", intervino la señora Epstein, "Siempre ha sido un poco cabeza dura". El Sr. Epstein soltó una risita ante las palabras de su esposa, pero rápidamente hizo una mueca de dolor.

"¿Le duele la cabeza cuando se ríe?". preguntó Derek, acercándose a un lado de la cama.

"¿Es algo malo?"

"¿Sigue mi dedo con los ojos, por favor?".

El hijo del señor Epstein saltó a la cama frente a los internos y se sentó frente a Bailey. "Sé kárate", dijo orgulloso con una sonrisa pícara en la cara.

"La doctora Bailey tiene atractivos maternales", susurró Norah a George a su lado, que rió suavemente. Los dos recibieron una dura mirada de la residente embarazada, y sus sonrisas cayeron al instante. "Ahora me callo".

Bailey frunció el ceño ante la locura que reinaba en la habitación de la paciente. "¿Sabe qué? Puede que su marido necesite un poco de tranquilidad", sugirió, caminando hacia la señora Epstein, "hay una cafetería justo abajo..."

"No, no, que se queden", interrumpió el Sr. Epstein. "Les duela o no, no quiero perderme las vacaciones con mis hijos".

"Dr. Lawrence", llamó Derek, "¿Podría bajar al Sr. Epstein para hacerle un TAC?".

Norah asintió mientras se abría paso por la habitación, esquivando los juguetes de los niños que se lanzaban de un lado a otro. Uno de los lagartos de goma le dio en el ojo. "Ay, j..."

Sí, no. Los niños no son nada divertidos.

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NORAH SE SENTÓ EN LA SILLA DE LA SALA DE TAC, girando en círculos mientras esperaba a que salieran los escáneres. La puerta se abrió y George entró en la sala. "La... familia de mi paciente es ruidosa, y me refiero a que es muy ruidosa". Cerró la puerta tras de sí y se apoyó en la pared. "Siento que mis tímpanos están a punto de estallar".

Lo prometiste | Mark Sloan ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora