~Extra: Cumpleaños~

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NARRA MIA:

   Me desperté al sentir golpes insistentes en la puerta del cuarto del hotel, supuse que eran los chicos. Miré a mi lado y Mauro ya no estaba.

—¡¿QUIÉN CARAJO ES EL ROMPE PIJA QUE ME ESTÁ POR TIRAR LA PUERTA ABAJO?!— Grité al darme cuenta que los golpes no paraban, pero al instante no se escucharon más golpes.

   Me levanté, porque no me quedaba otra, y abrí la puerta. Atrás de ella estaban María, Rusher y el Demente, ese hijo de puta era el que casi le deja un agujero a la puerta.

—¡Feliz cumpleaños, mi amor!— Dijo María un poquito MUY alto mientras me abrazaba y me sacudía para todos lados.

—Gracias beba.— Dije con una sonrisa cuando se separó.

—¡Feliz cumple enanitaa!— Me saludó esta vez Rusher mientras se tiraba arriba mío, haciendo que caiga a la cama.

—Yo también te quiero, pero me estás haciendo pija la costilla.— Le dije, por lo que él rió y se separó.

   Aún tirada en la cama se me acercó Martín, #miedo. Se me quedó viendo con aire superior, segundos después sonrió de forma rara y agarró una almohada.

—¡FELIZ...— Almohadonazo.— CUMPLEAÑOS...— Amohadonazo.— HIJA DE PUTAA!— Terminó de gritar y seguía pegándome con la almohada de mierda.

—¡Para gato, la concha de tu madre!— Me quejé cubriéndome con los brazos.

   Terminó de pegarme y se acercó corriendo al balcón, la puta madre.

—¡DÍGANLE FELIZ CUMPLEAÑOS A MI AMIGA, MANGA DE GILES!— Gritó en el balcón. Yo fui corriendo hacia él y lo metí al cuarto tirándole del pelo.

—¡Enano de mierda!— Me quejé, aunque me reí.

—Bue, habló el obelisco.— Contraatacó él.

—Chupame la chota, gil.— Le dije yo, tirándole una remera en la cara y, cuando él iba a seguir la discusión, apareció María con una caja en la mano.

—Mira, te traje este regalito.— Me dijo ella mientras dejaba la caja en la cama.

—¿Qué es?— Preguntó el metido del Demente.

—¿Que te im-— No pude terminar de hablar ya que se escuchó como abrían la puerta.

—¡La re puta madre!— Se quejó Lit, el cual traía unas bolsas en sus manos.—¡¿Qué carajo hacen estos acá?!— Preguntó cuando dejó las bolsas en un costado.

—Vinimos a saludar al amor de mi vida capo, ¿quién sos vos para quejarte?— Dijo María abrazandome.

—Yo soy el amor de la vida del amor de tu vida, así que es así...— Dijo señalándome a él y a mi repetitivamente.— no así...— Y esta vez hizo lo mismo pero señalando a Mari y a mí. Yo me reí.

—Me siento dejado de lado.— Dijo Rusher con los brazos cruzados.

—Tranquilo mi amor, para vos estoy yo.— Dijo el Demente mientras lo abrazaba y amagaba besarlo, cosa que Rusher rechazó al toqué.

—Bueno, basta. Abrí el regalo y después nos vamos.— Dijo María feliz.

   Me senté en la cama y vi la caja: era de color negro con estrellas blancas dibujadas y con lunitas del mismo color. Más o menos del tamaño de una caja de zapatillas.
   La abrí y tenía un papel blanco cubriendo el contenido, lo saqué y había un conejito de peluche color blanco en una canastita y zanahorias chiquitas alrededor. El conejo tenía un sobre de algodón en las manos, de color violeta, que se podía abrir, así que lo hice y había una cartita. Por la letra supe que la había escrito María, decía: "Feliz cumpleaños corazón. Gracias por brindarme esta amistad hermosa que tenemos y regalarme los momentos hermosos que pasamos. Esto es sólo un recuerdo material de todo lo que te amo♡".
   La miré con una sonrisa y ella me hizo un corazoncito con la mano.

~Tú Me Curas Esta Soledad~ Mauro Monzón♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora