CAPITULO 9

2 0 0
                                    


Caminé con pasos más rápidos y largos, con las lágrimas amenazando con caer como lluvia de mis ojos.

Cuando me acerqué aún más a él, sentí su mirada, con esos ojos azules los cuales intenté ignorar, pero a la vez no pude evitar mirarlo. Me alejé un poco más pero no pude evitar escuchar las palabras que rompieron mi corazón en pedacitos

-No, no lo conozco, creí haberlo conocido- dijo Oliver alejándose de la mano de esa preciosa mujer, mirándola con cierto ¿cariño? En sus ojos, con los que quería que me miraran a mí.

Sentí un vacío en el pecho, una presión y un mareo el cual creí que podía manejar

-Lo siento... señora, ¿me puedo apoyar en usted? No me siento muy...Bien- dije tomando su mano. Ella fue muy amable y decidió ayudarme

- ¿Qué sientes corazón? - dijo ayudándome a sentarme, mis ojos los sentía cansados, mi cabeza era un torbellino y sentía que me daba vueltas.
-Estoy mareado...- dije apretando fuerte las manos- Creo que voy a ir a mi casa...

-No puedes estar solo si estas así- mis manos comenzaron a temblar levemente, y sentí que poco a poco el aire me faltaba, sin saber el por qué, creo que me estaba angustiando, y cuándo los ataques de pánico venían no era bueno.

-Ya los controlé antes, puedo hacerlo...- dije levantándome del asiento público- Gracias por ayudarme- la señora sonrió y asintió

Dije retomando mi camino. Aún sentía ese temblor en las manos, que me obligaba a apretarlas de a ratos, esa falta de aire hacía que se me dificulte caminar.

Poco después pude llegar al departamento, todavía con algunas dificultades respiratorias, pero ya más tranquilo.

Cuando me fui acercando a la puerta de mi pequeño hogar vi a alguien esperando apoyado en la pared mirando su celular.

No tardé en reconocer a mi hermano, James- Hola- dije con una sonrisa fingida

-Hola, Logan- dijo guardando su celular en el bolsillo de su pantalón- Quería ver como estabas

-Pasa, no tengo nada que hacer- respondí poniendo la llave en la cerradura de la puerta de entrada

-No te noto muy bien Logan, ¿qué es lo que pasa? No sos de tener esas ojeras bajo tus ojos- dijo pasando a mi lado y sentándose en una de las sillas del comedor

-No dormí muy bien, estoy cansado- dije tratando de que no averigüe más sobre el tema

-Logan, sos mi hermano, y te conozco, sos muy estricto con tu horario, y nunca te vi con esas ojeras bajo tus ojos- continuó el tema

-No estaba durmiendo muy bien últimamente, solo eso, estoy bien James- respondí rápido sirviéndome un baso de agua para deshacer el nudo que se había formado ese nudo insoportable

-Mira Logan, sé que este chico ¿Oliver se llamaba? Tiene algo que ver con esto, vi como lo mirabas a los ojos, como te brillaban al nombrar su nombre- ese conjunto de letras me causaban cosas en el corazón, como un sentimiento agrio

-No es nadie, solo un conocido con el que hablé un par de veces, nada más James- era obvio que no era cierto, realmente era más que un conocido, pero quería acabar el tema


-Sé perfectamente que lo que decís es mentira, que algo más sentís por ese chico de ojos azules, pero si realmente no queres hablar de ello voy a entenderlo- dejé salir todo el aire que venía guardando dentro mío

-Realmente no quiero hablar sobre Oliver, James- respondí jugando con mis manos, arrancándome algunos pedazos de piel que me había estado comiendo por los nervios que estuve teniendo estos días

-Está bien, Logan- dijo levantándose de la silla y tomando otra vez sus cosas- Yo debo irme, solo quería ver si estabas estable

-Lo estoy...- mentí, al parecer él no lo creyó, pero no insistió y se fue por donde entró

Otra vez estaba ahí, parado sobre la pared, con esa soledad, con ese silencio que hacía ese ruido molesto, mordiéndome las uñas debido a mis pensamientos constantes.

Cuando uno está solo, sin nadie, y tiene problemas de inseguridad con cualquier persona, estar solo, sin hacer nada y pensar es lo peor que puede pasar.

Mi cabeza daba vueltas, pensaba cada mínima cosa, recordaba cada aroma, ese aroma a jazmines y rosas blancas, su tacto con mi piel, el roce de su suave piel con mis manos. Y una lagrima traicionera se deslizó por lo largo de mi mejilla, dejando un camino húmedo y cayendo con fuerza sobre mi remera, dejando una gota muerta, una marca mojada, que hasta que no se secara permanecería ahí.

Caminé por los pasillos de mi departamento hasta llegar a mi habitación y recostarme sobre el cómodo colchón, recargando mi cabeza sobre la almohada esponjosa y suave.

Me abracé a mí mismo, y una ola de recuerdos viajaron, quise alejarlos de mí, quise dejar de pensar un poco en Oliver, en que capaz mi vida nunca iba a ser lo suficientemente buena como para tener un final feliz. Que al ser "diferente" no iba a poder tener a nadie que lo ame, al menos no a quien yo quería.

No a quien el deseaba desde el fondo de su corazón, al quien pensaba al levantarse y acostarse, por el quien dejaría que cambiaran su rutina. Y así todo no podía lograrlo.

Yo creo que cuando uno se enamora, se enamora hasta de su nombre, es por eso que cuando lo nombro o lo murmuro como el secreto más inconfesable del mundo todo es magia

Pero ahora mi él, tenía a su ella...

LOS ANILLOS DE SATURNO 🪐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora