¿En qué minuto se había quedado dormido? Aunque este sueño era un tanto diferente a los anteriores. Todo en él se sentía tan real: el aroma a madera quemada en el ambiente, el sonido de la lluvia cayendo en el techo, su espalda desnuda apoyada contra el muro frío, el rítmico crujir de la madera bajo la manta en la cual estaba sentado, y sobre todo, el peso de Jeonghan sobre sus piernas, la suave piel de su cintura, y sus labios, dulces, tibios, y llenos de amor. Si era un sueño, entonces quería dormir para siempre, y si fuera un recuerdo de otro universo, odiaría al verdadero dueño de ese instante, y desearía que desapareciera para tomar su lugar en los brazos del chico que cayó del Cielo en una noche estrellada. Estando a su lado, se sentía extrañamente completo, como si hubiera recuperado un trozo de alma que le faltaba. Ni siquiera Jeongdae, a quién por mucho tiempo consideró el amor de su vida, lo había hecho sentir de esa forma.
Tras el primer beso, no hicieron falta más palabras. Incluso cuando Seungcheol jamás había estado con otra persona, sabía exactamente qué hacer y dónde tocar. Y aunque Jeonghan se resistió en un inicio, su necesidad de volver a estar junto a su amado pudo más, y terminó por rendirse. Al final, lo único que importaba, era cuánto se necesitaban, y cuán grande era su amor, que transgredió los límites de la física para volver a unirlos.
Cuando Seungcheol despertó a la mañana siguiente, Jeonghan ya se había levantado. Estaba parado en lo que quedaba de puerta, con los brazos cruzados y la mirada perdida en algún punto de la sala. Su delicada silueta había desaparecido bajo la enorme casaca que llevaba puesta, y que claramente no le pertenecía. Seungcheol lo observó un par de segundos antes de atraverse a hablar. En su cabeza había imágenes que se mezclaban con un recuerdo ajeno en una caverna llena de vapor, en donde amó al chico que tenía en frente con la misma intensidad y certeza que lo hacía ahora.
—Buenos días —dijo, suavemente.
Jeonghan desvió la mirada hacia él. Tenía una extraña expresión que Seungcheol no pudo dilucidar, pero que por alguna razón le causó angustia.
—Es hora de irnos — respondió el chico.
Su voz sonaba extrañamente fría.
—Sí...
Seungcheol se incorporó, se vistió y apagó con el pie las cenizas que quedaban en la chimenea. Entre los restos quemados había una pequeña caja de color negro, en la que aun se podían ver las palabras "Lifestyle" en una esquina.
—Jeonghan... —comenzó Seungcheol, con la intención de hablar sobre aquella noche, pero el chico lo interrumpió antes de que pudiera continuar.
—Estaré afuera —dijo, antes de salir.
Seungcheol suspiró. Jeonghan estaba actuando extraño y no lo culpaba. Probablemente estaba sufriendo la ansiedad previa a la misión que tenían por delante. Incluso él estaba aterrado. Después de todo, su fracaso significaba la destrucción de la Tierra-0808 y el fin de la humanidad.
Sí, eso debe ser.
Fuera había neblina, y el frío calaba los huesos. Recorrieron los cuatro kilómetros que los separaba del puente, y luego se apostaron bajo él hasta que pasó el tren, a las diez en punto. Abordarlo no fue difícil, y tras asegurarse de que no hubieran testigos, decidieron quedarse en uno de los bagones de carga. Seungcheol se sentó, apoyándose en una maleta, y Jeonghan ocupó un lugar al frente de él.
—El acceso a la base militar es difícil debido al resguardo —dijo este último, cuya mirada estaba fija en un tornillo en el suelo del tren —. Sin embargo, hay una tubería bajo el nivel del mar, hacia el noreste de la isla, por donde podemos entrar. Una vez adentro, tendremos que buscar a alguien que pueda guiarnos para encontrar a Fisk.
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Amazing Spiderman: La Invasión de los Ams
FanficLa Tierra-1004 ha sido invadida por una horda de arañas interdimesionales a las que los científicos han llamado "Ams", y la raza humana ha desaparecido casi por completo. Jeonghan es uno de los pocos supervivientes en un mundo sin esperanza. En un i...