Darius cayó al suelo, luego de recibir una estocada en la espalda. Se sobó la frente, donde se había golpeado con la caída, y se sentó, solo para encontrarse con una mano enguantada que le ofrecía ayuda. El joven la sujetó, y se volvió a incorporar, aún agarrándose la cabeza.
- Siempre debes proteger tu espalda. - Dijo el de mascara dorada. - es tu punto más débil.
- ¿Cómo diablos se supone que voy a proteger mi espalda si sigues apareciendo detrás de ella? - Contestó el muchacho, algo fastidiado.
- Todos tus sentidos tienen que estar alerta en todo momento, debes tener ojos en la nuca. Lo aprenderás con el tiempo, no te preocupes.
- Entreno contigo desde hace cinco años, y no he podido vencerte ni una sola vez...
Mathew rió suavemente.
- Ten paciencia, Darius. Todo va a llegar en su momento. Ahora ven, tomemos un descanso, ya fue suficiente por hoy.
La tarde estaba sombría. Las nubes grices tapaban el sol, y parecía estar por ponerse a llover en cualquier momento. Sin embargo, y aunque todos los demás ya se habían ido, una sola persona permanecía de pie en el cementerio.
El de piel oscura miraba la tumba de su amigo aún sin poder procesar lo que había pasado. No podía comprender cómo es que alguien tan fuerte, rápido y ágil como Mathew había acabado en aquella situación tan horrible.
La angustia, el enojo y la impotencia se apoderaron de él.
- Eres un idiota. Siempre me dijiste que proteja mi espalda, y muchas veces lo hiciste por mí. - Dijo, mientras un par de lágrimas comenzaban a rodar por su rostro. - ¿Cómo puede ser que hayas olvidado protejer la tuya?
El pedazo de piedra no respondió. Darius se arrodilló, y se agarró de la tumba, cerrando sus ojos con fuerza.
- No sé quién fue el desgraciado que te hizo esto, pero te juro que lo encontraré, y yo mismo voy a vengarte...
Luego de unos minutos, abrió los ojos y volvió a pararse. Luego de darle una última mirada al lugar donde su mentor estaba enterrado, se dió la vuelta, y se fue caminando lentamente.
Lo que no sabía, era que la persona a quien tanto quería encontrar estaba más cerca de lo que él pensaba...
Darius daría su vida por Hunter sin dudarlo ni un segundo. A veces le cuesta demostrar su afecto, pero se asegura de hacer saber a su pequeño que lo ama y que siempre estará a su lado. No importa cuánto crezca su hijo, para él siempre será su «𝑷𝒆𝒒𝒖𝒆𝒏̃𝒐 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒆.»
Al igual que su padre, le cuesta demostrar lo mucho que lo quiere. Sin embargo, en el fondo es solo un niño que necesita que su padre esté a su lado en cada momento. Si algo le pasara a Darius, Hunter sería capaz de destruir todas las Islas Hirvientes si hiciera falta. Incluso si no es la sangre lo que los une, para Hunter, Darius siempre será su «𝑯𝒆́𝒓𝒐𝒆 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓𝒊𝒕𝒐.»
