One Shorts {Kenjen}

Primera impresión.

-¿Cómo te encuentras cariño? -pregunto con voz preocupada.

-Estoy bien mamá, no es la primera vez que viajo solo -le recordé.

-Sabes muy bien que no me refiero a eso,... aunque me llenaría de felicidad ver un tercer título de Harvard con tu nombre -comento con dulzura del otro lado de la línea.

-Mamá, ya hablamos de esto, ya hay un doctorado de Harvard, un doctorado de Stanford, 2 especialidades de MIT -enumere con mi mano sin sonar presumido-. Ahora me toca regresar a casa con un doctorado de Oxford -dije mientras le daba un trago a mi bebida.

-¡Regresa con un hombre! -ordeno, no pude evitar ahogarme con mi bebida.

-¡Mamá! -exclame avergonzado, mientras me limpiaba mi ropa-, entiende lo primordial son mis estudios, ese tema puede esperar -me disponía a darle otro trago a mi bebida.

-¡Esperar un comino, llevas diciendo eso desde La... desde hace 3 años, cualquier otra madre podrá decir que estoy loca, pero el mayor orgullo que puedo recibir de tu parte es enterarme que ya perdiste tu virginidad! -mi rostro se volvió tan rojo como una fresa y está vez escupí mi bebida como un maldito aspersor.

-¡Mamá! -exclame en un tono más elevado.

-¡Mamá/Amor! -gritaron del otro lado de la línea.

-Pero que tarde es, hablamos mañana - dije a punto de colgar.

-No cuero un yerno si no es un Chayanne, Luis Miguel o Sebastián Rulli. En su defecto un Jungkook... -colgué antes de que pudiera terminar.

Solté un largo suspiro y me cubrí el rostro tan rojo como una maldita fresa, lo único bueno es que solo estoy en Francia esperando mi vuelo al Reino Unido, unos minutos después avisaron que podíamos comenzar a abordar el avión.

Pasaron unas horas, estábamos por aterrizar en nuestro destino, solté un suspiro, en este momento deben estar por terminar, no pude evitar sonreír.

Eran las 6 de la mañana cuando el avión aterrizó, fui por mi equipaje y camine hasta las casetas donde estaban los trabajadores que te dan la bienvenida al país.

-¿Cuál es el propósito de su visita al Reino Unido? -pregunto con desinterés viendo mis papeles.

-Vengo a vengarme a cada uno de los imbéciles que me subestimaron y humillaron, provocando su destrucción mental y espiritual -

-¿Qué cosa? -pregunto al darse cuenta que no reconoció el idioma.

-Vengo a visitar unos viejos conocidos y cursar mi primer año en la Universidad de Oxford -dije con la expresión más tierna que tengo.

-Suena divertido -comento con una sonrisa- Bienvenido al Reino Unido -dijo entregándome los papeles.

-Muchas gracias, Cassy -dije con una haciendo el diminutivo del nombre que viene en su placa ella solo suspiro en respuesta.

-Es un placer volverlos a ver a todos ustedes en su último año -comenzó a decir el rector de la universidad-, ha sido un camino largo, difícil y lleno de sacrificio, unos más que otros. Pero henos aquí, la recta final de esta fase de su vida -comencé a analizar a los directores de cada facultad-; Sin embargo creo que la mejor forma de motivarlos sería con un invitado especial que decidió honrarnos con su presencia y terminar con ustedes este año Benjamín Pincus -indico el rector.

Inmediatamente el auditorio quedó en un silencio total, yo permanecí tras las cortinas del lado opuesto unos segundos más hasta que decidí que era suficiente espera para mí público.

Salí con un paso bastante tranquilo y me acerque al rector para recibir el micrófono, tras compartir unos saludos con la autoridad de la universidad y permitir que siguieran observando los jeans que se ajustan a mi cintura y esterilizan mi figura.

-Muchas gracias, Señor Thomson por tan agradable y cálida presentación -dije con una sonrisa mirando a cada uno de los alumnos-. Es un gran orgullo el honor que me a dado el rector y el personal de esta escuela al permitir que me una a este; el último año de nuestra generación -mi sonrisa se ensanchó más al ver las miradas embelesadas de casi todo el auditorio-, pero sobre cualquier cosa, es una gran alegría para mi ver tantos rostros conocidos en esta; nuestra última oportunidad de aprender nuestros errores y transformarnos en la mejor versión de nosotros, liberándonos de los fantasmas que nos persiguen -en ese momento en particular pude distinguir un par de ojos rasgados entre la multitud, creo que me perdí en ellos por unos segundos, pero decidí ignorarlos- a partir de este momento es el inicio de la mejor versión de nosotros, les deseo la mejor de las suertes y que los desafíos de este año no nos sobrepasen -termine de dar mi intento de discurso, pese a todos mis títulos ser alguien extrovertido a sido y será la parte más difícil de este personaje.

Pese a eso todos aplaudieron en una gran ovación.

Cuando termino la reunión, todo el alumnado comenzó a dispersarse, yo pensaba seguir su ejemplo y marcharme al departamento que estaba a unos kilómetros de la universidad.

-¿No puedes dejar de ser una mierda por una sola vez en tu vida? -pregunto una chillona voz tras mi.

-Sra. L... Sra. Morgan, tanto tiempo sin verla,... no ha cambiado nada -salude forzando una sonrisa, típico de una rata; solo aparece cuando no hay nadie alrededor.

-¡Como te atreves a mostrar tu desagradable rostro en este respetable lugar! -exclamo molesta, con su monstruosa presencia como directora de una de las carreras este lugar ya tiene más que manchado su respetable nombre-. No puedo esperar mucho de un hijo de... -revise rápidamente que la sala estuviera vacía.

-Sra. Morgan -interrumpí su parloteo mirándola directamente a los ojos con la mirada más glacial que perfeccione-, las situaciones que se presenten entre usted y yo no debe ser motivo, causa o razón para que se atreva a realizar alguna falta de respeto hacia mi madre; ni será tolerada en mi presencia -apareció una sonrisa que fingía dulzura-. Porque a diferencia de lo que usted pueda imaginar o creer en su pequeña y estrecha mente; yo soy superior a usted -comente esperando su reacción.

-No me hagas reír -me miro con desprecio-, quien podría creer semejante blasfemia con la que te diriges a mi, tu superior. Así que te vas bajando de esa nube en la que flotas, pon los pies en la tierra y empiezas a rogar y suplicar clemencia-se burlo, no pude evitar poner una sonrisa de superioridad ante su amenaza.

-Quien debe bajar de las nubes es usted -una pequeña risa no se contuvo más en mis labios-, estoy seguro que en su juventud fue alguien talentosa y brillante, pero eso ya llegó a su fin. Las épocas y personas cambian con el tiempo, es hora de caminar hacia el futuro. Que tenga un excelente día -me despedí y aleje con velocidad de la señora que no dejaba de gritar palabras desagradables hacia mi persona.

El chico que se preocupaba por la opinión de los demás a madurado, no importa que suceda o lo que cueste me encargaré de hacerles pagar cada una de las cosas que me han hecho, sus ofofensas serán castidagas.
Me he preparado para este momento por tanto tiempo, sería injusto para ellos no mostrarlo cuando mi era acaba de comenzar.