Jeongin's Baby² ☘ ChanIn

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Jeongin sabía que su pequeño trasto de cinco meses no molestaba mucho que digamos, al ser pequeñito y muy inactivo apenas y causaba molestias, pero, aun así, recibir la llamada de la guardería le alertó bastante y cuando llegó al recinto únicamente se encontró a Chan cargando a su niño, susurrándole cosas porque estaba llorando mucho.

En cuanto se acercó más, el pequeño pelinegro alzó su cabecita en busca de su papá, estirando sus bracitos en su dirección comenzó a sorber su naricita.

—Daa~... —dijo en un tono lastimero, siendo cargado por el Omega, se acurrucó en sus brazos en seguida, sintiendo las caricias de Jeongin en su cabeza y mejillas.

—Ho-Hola... —murmuró bajito el Omega, intentando evitar a Chan, que aparentemente muy molesto bufó cruzándose de brazos.

—¿Por qué has tardado tanto? —renegó viéndole con una mueca, el menor solo suspiró relamiendo sus labios.

—Estaba trabajando... —murmuró con el ceño fruncido—. ¿Qué han dicho? —cuestionó con la mirada preocupada al Alfa, el mismo que bufó comenzando al caminar, muy despistado y a pasitos cortos, el más bajo le siguió.

—Está enfermo y tendrás que cuidarlo en casa... —Jeongin frunció sus labios ante la idea, su niño alzó su carita para verle, sus ojitos rojos eran una seña conocida de cuando lloraba mucho y sus mejillas ahora de un color carmesí le daban a entender que su bebé estaba mal por lo calentito que se sentía.

—¿Haces... algo estos días? —preguntó tímido al no poder cubrir su puesto en el trabajo, escuchó un fuerte resoplo de parte de Chan, pero tendría que intentar dejar al bebé con él pues le era imposible faltar al trabajo por días indefinidos.

—Sí, Jeongin, yo también trabajo... —contestó tosco y el castañito sintió sus ganas de llorar presentes.

—También es tu hijo... —susurró bajito casi para él mismo, aunque el mayor llegó a escuchar con claridad.

No quería molestar más, así que sin despedirse comenzó su camino a casa con su cachorrito en brazos, no disponía de coche así que le tocaba caminar durante veinte minutos para llegar a casa, ahora veía que era muy mala idea dejar a su cachorro en esta guardería solo porque era más barata que la que tiene a unas calles de su departamento.

Meciendo un poco a su bebé se dispuso a caminar pues no tenía de otra, llamaría a Jisung y le comentaría su inconveniente, su bebé era más importante, pero a la vez su trabajo era esencial pues era la única fuente de dinero de la cual disponía.

Pero al parecer las cosas para él seguirán siendo malas y en su contra, sintió las gotitas de agua en sus hombros y al alzar la cabeza las pudo sentir en su rostro.

Más preocupado por su enfermo cachorro pensó seriamente en conseguir un taxi, aunque ello le costara algo de dinero, no quería seguir exponiendo a su bebé al mal clima.