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A Jeongin le fascinaba ver a Félix con su cachorrito, iban de un lado a otro mostrándole al pelinegro cosas que decoraban su hogar o que simplemente podían ser llamativas para el bebé de siete meses y medio, el mismo balbuceaba cosas en su idioma ...

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A Jeongin le fascinaba ver a Félix con su cachorrito, iban de un lado a otro mostrándole al pelinegro cosas que decoraban su hogar o que simplemente podían ser llamativas para el bebé de siete meses y medio, el mismo balbuceaba cosas en su idioma hablando alegremente con el Omega que le hablaba como si fuera a entenderle bien.

Conocía a Félix desde hacía unos tres años y fue en una sesión de fotos de primavera, donde el castaño se ofreció a ayudar al menor pues era de los nuevos en la empresa y Félix ofreció sus enseñanzas. Es verdad que en cuanto el trabajo Félix llevaba unos cuantos años y era más famoso que Jeongin, saliendo en portadas de grandes marcas, pero aun así el menor le cayó bien y siguieron en contacto.

La duda de Jeongin siempre ha sido la misma, si Jin se retiró hace unos meses del trabajo diario y ahora únicamente trabaja por temporadas cortas, no tiene cachorros.

El castaño no quiere meter prisa en algo que no le incumbe, pero el mayor se muestra demasiado contento, entusiasmado y muy cariñoso con el suyo.

Pero el mayor tiene sus crueles razones.

No es porque no quiera o no pueda.

Solo que Minho no quiere cachorros.

Es algo de lo que la pareja había hablado ya muchas veces, llegando incluso a discutir horas y pelearse por días, el Omega alguna vez se molestó tanto que se marchó unos días a la casa de su madre, donde la mayor habló con él y bueno él sigue queriendo solo que ha aceptado no tenerlos.

—¿En serio tienes que irte ya? Podrías quedarte a dormir, hay dos habitaciones disponibles —propuso el mayor negándose a entregar el bebé a Jeongin, que algo preocupado por la hora extendía sus manos para tomar a su hijo, este mismo siendo apresado por el pelinegro Omega—. Un ratito más, Innie...

—Hyung, debo irme ya, es muy tarde y mañana tengo que ir al trabajo... —murmuró buscando la mirada de su bebé para motivarlo a irse con él, pero el gordito bebé no se dignaba a buscar a su padre en esos momentos—. Jiseok, cariño, vamos...

El pelinegro giró su rostro, casi acordándose de que debía comer y ese castaño era el que le da de comer, así que empezó a removerse.

—Lix —se quejó el Omega menor y Félix alzó su labio inferior en un puchero, dando el bebé a su padre y cruzándose de brazos después— Si quieres un trasto de estos podrías decirle a Minho Hyung... —comentó colocándole la chaqueta azul a su pequeño, que ahora le veía fijamente.

Jiseok no molestaba, pero desde que Jeongin comenzó a aumentar su menú y añadiendo muchas cosas nuevas, el menor está más encantado que nunca. Puede asegurar que su fruta favorita es la sandía, el Omega se la da en grandes trozos quitando todas las semillas y dejándole a él solito comer, recordando a cuando estaba embarazado y podía pasar perfectamente horas frente a la tele con una sandía.

—Entonces... —Félix le vio frunciendo el ceño—, ¿me harás tío? —cuestionó divertido acomodando a Seok en sus brazos, ignorando su pucherito y sus ojitos de cachorro mimoso.

—Tal vez más adelante —dijo sonriendo, ocultando en esa sonrisa muchísimas ganas de llorar y contarle lo que le pasaba, tal vez comentarle que deseaba un bebé y que su Omega estaba más que preparado para uno pero que su Alfa se negaba a la idea.

El castañito asintió saliendo finalmente de la casa, recordando el camino por el cual había llegado y siguiendo por donde se le hacía conocido. Jiseok era de un sueño fácil, podía estar jugando o comiendo y el bebé se dormía en un segundo, así que Jeongin no se extrañó en nada cuando el azabache recargó su rostro en su hombro, cogiendo como siempre su chaqueta entre su pequeño puñito.

Eran alrededor de las once cuando llegó a su casa, algo cansado por caminar tanto con Seok en brazos, subió las escaleras con las pocas fuerzas que guardaba y abrió la puerta, dispuesto a acostar a su niño.

Le dejó en su habitación, quitando cuidadosamente su ropa y colocando un pijama azul enterizo, el menor ni se inmutó, quedó más cómodo y se relajó mucho más cuando fue arropado por las mantas de su cuna, acurrucándose entre ellas. Aunque Jeongin sabía que dentro de unas tres horas el azabache estaría gritándole por comida.

Cansado y siendo consciente de que mañana debía levantarse temprano, se dirigió a la cocina, metiendo al microondas un café de esa misma mañana mientras revisaba y cerraba las ventanas y cortinas, apagando también todas las luces del departamento.

Somnoliento se dirigió a su habitación, teniendo cuidado con su bello durmiente en la cuna.

Tomó su café sabiendo que eso no le haría perder el sueño, más bien le ayudaba a dormir.

Escuchó su teléfono vibrar en la mesita de noche, lo tomó sin interés alguno, estando muy cansado como para entusiasmarse por un mensaje de Chan en la barra de notificaciones.

¿Estás en casa? Quiero hablar contigo ahora...

El castaño solo analizó la frase llevando una vez más la taza a sus labios, suspirando escribió en respuesta.

Sí, pero Seok ya está dormido, ven otro día.

Podía perfectamente aceptar y dejar que Chan viniera a su casa a hablar de lo que sea que el mayor quisiera, pero no tenía ánimos de ilusionarse siquiera.

Los anteriores meses desde que Seok enfermó Chan estuvo viniendo muy seguido a su casa, trayendo ropa, comida y juguetes para el azabache, siendo con él muy amable sin segundas intenciones.

Eso no era malo, lo malo era que el menor se estaba haciendo ilusiones, pensando que el mayor volvería a pedirle ser su novio, que volverían a vivir juntos y a él le daba igual el pasado doloroso por el que Chan le obligó estar, podía hacerse el tonto porque seguía siendo un tonto enamorado.

Después de hablar con Félix, el menor pudo abrir un poco los ojos, caer de forma dolorosa en que eso no sucedería y si pasaba, terminaría peor. El embarazo de Seok fue un completo caos, fue una de las peores experiencias y pensó que eso era lo peor por lo que había pasado, siendo su separación algo más profundo.

"Es urgente."

"Mañana trabajo, Chan Hyung."

Suspiró rezando por que el mayor se cansara y le dejara en paz, dejando la taza en la mesita de noche y acurrucándose entre sus mantas como el bebé en su cuna.

"Está bien, descansa."

Bloqueó su teléfono sin ganas de vagar por internet como las anteriores noches, suspirando nuevamente.

"Te amo."

"

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Jeongin's Baby² ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora