Introducción.

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Había pasado ya poco más de seis años desde que los primeros integrantes de la Patrulla Canina habían dejado la agencia para hacer cada uno su vida por sí mismos.

Everest y Jake se habían quedado a cargo de aquellos que en ese momento eran nuevos reclutas, hasta extenderse por ciudades cercanas a Bahía Aventura, dejando con el tiempo las responsabilidades en manos de la joven husky. A pesar de todo, Ryder seguía a cargo de la agencia, siempre dispuesto a ofrecer su ayuda a quien más lo necesitara.

Y por otro lado estaba Marshall, un canino ahora adulto que al seguir con su vida tras su egreso, dejó durante varios años su pasión por salvar a los demás y se enfocó un poco más en sí mismo. Había comenzado a vivir de una manera neutral, que positiva y negativamente, los sucesos que se presentaban en su existir afectaban a su personalidad y comportamiento. Un joven aventurero de ahora veintiséis años, quien alguna vez fue un gran héroe, estaba cubierto de experiencias y vivencias que lo volvieron en alguien simple y directo, aunque sin perder aquella chispa y espontaneidad que en algún momento hizo reír a sus compañeros de cuartel.

El ojiazul, que reposaba acobijado sobre su sofá cama, miraba la pantalla cambiante de su televisor, pasando constantemente de canales, pues no había algo realmente muy interesante qué ver en aquellas horas de la madrugada.

Suspiraba mientras seguía oprimiendo el mismo botón en su control remoto, sin embargo se vio interrumpido por una pantalla de colores que detuvo las transmisiones televisivas.

—Muchachos, Llamada de alerta

Y entonces sucedió.

La pantalla del Smart cambió de forma abrupta a la imagen de un Ryder un poco más mayor de lo que el dálmata recordaba, alrededor de 30 años. La placa en el cuello de Marshall, la cual nunca se quitó durante sus seis años de ausencia en Bahía Aventura, parpadeaba luminosamente en destellos rojizos, y en ese momento supo que algo importante estaba pasando, algo lo suficientemente serio como para reclutarlo a él, y muy evidentemente a sus antiguos compañeros también.

—Vaya, ha pasado tanto tiempo. No he estado tan presente en sus vidas durante los últimos años, y espero de todo corazón poder contar con su apoyo en esta misión. Sería de mucha ayuda para mí y para Bahía Aventura contar de nuevo con cada uno de ustedes.

Aquel hombre castaño, se mostraba un tanto nostálgico, ansioso de poder trabajar una vez más con su primer equipo de rescate. Suspiró y fue directo al grano en un pequeño e improvisado discurso en el que dirigiéndose al espectador, le pedía de una manera amable y al mismo tiempo un tanto preocupada que se reuniesen una vez más en la torre de control principal. Aquella que durante tantos años fue el hogar del pinto.

Y claramente había una emergencia suscitándose, por lo que tomando de inmediato su abrigo, el de orbes azulados salió apresurado y se subió a su motocicleta, en dirección a Bahía Aventura.

El sonido del arranque del vehículo no se hizo esperar. Finalmente el dálmata se adentró en aquellas extensas calles que llevaban hacía el lugar que formaba parte de casi toda su vida, sintiendo las gotas de la llovizna caer sobre su rostro y parte del casco.

"Siento como si todo pudiera pasar
Las estrellas se ven diferentes esta noche
Están brillando alrededor de mi
Están fluyendo a traves de mi cuerpo
Puedo sentirlo, puedo sentirlo

No sé si estoy despierto o soñando
Tiene que ser algo en el aire
El tiempo está desapareciendo
Estos momentos nunca se van
Puedo sentirlo, puedo sentirlo

Tu me tienes encendido
Y nada en esta tierra puede pararlo
Es algo loco, estoy cayendo
No se como pueda llamarlo
¿Tú crees en la magia?
¿Lo crees?, ¿Crees en la magia?

Bailando juntos
No hay nada que podria ser mejor mañana
No importa
Haremos que la noche dure para siempre Entonces, ¿Tú crees en magia?
¿Lo crees?, ¿Crees en la magia?."

𝓗𝓪𝓾𝓷𝓽𝓮𝓭 (Marshall & Chase)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora