One Shots

Me gustas ❤️

- Me gustas – dijo sincero, pareciendo a una pregunta y con un ceño bastante fruncido, incluso parecía molesto con solo decir esas dos palabras.

- ¿Me preguntas o me dices?, la verdad es bastante confuso – llevo su mano derecha a su nuca.

Llevaban cerca de 30 minutos después del entrenamiento donde Derek solo le había pedido quedarse para decirle algo, pero este solo se había quedado como maniático observándolo desde el pórtico de la mansión.

Se sentía estúpido, de hecho, se veía estúpido, ¿Qué clase de lobo alfa se paraba solo a mirarlo como si esperara que el hablara cuando el lo amenazo a quedarse?, ninguno, porque de hecho era estúpido.

- ¿Derek? – pregunto esta vez Cora saliendo de entre los arbustos.

La miro entre sorprendido, apenado y sobre todo molesto, porque rápido llego el olor de los demás imitándola.

Stiles se giro para mirarlos a todos

- Esperen, ¿esto es una broma? – los miro uno a uno – Porque si lo es no es divertido, ¿tienen una cámara escondida?

- Creo que debemos irnos – dijo Scott sujetando del brazo a Lydia para que se fuera con él, pero esta solo se soltó de su agarre.

- ¿Por qué no se lo dices ya? – pregunto la pelirroja.

Derek seguía del mismo modo, serio, solo observando.

- Dilo – dijo Cora esta vez.

- No lo hará, está molesto, solo mírenlo – dijo Peter recargado en un árbol no muy lejos de ellos.

- Se lo tiene que decir – se giró Cora para responderle.

- ¿Alguien me puede decir que está sucediendo? – pregunto Stiles, pero nadie le presto atención, nadie salvo el lobo que aun permanecía solo viéndolo.

- Me gustas – repitió el lobo causando el silencio de todos.

- Ah ... - el castaño lo miro confundido – Creí que tu ...

- Me gustas – repitió, como si fueran las únicas palabras que supiera.

- Si Derek, ya lo dijiste, me refiero a que, bueno, ¿estas bromeando verdad?, ¿te estas vengando de la vez que te llame sourwolf?, porque puedo disculparme si quieres, en realidad no es que allá dicho algo malo, solo disfrace la verdad con otras palabras ...

- ¡Stiles! – gritaron todos para silenciarlo.

- Me gustas – dijo una vez más.

Entonces solo pudo devolver su mirada, regalo una media sonrisa y respondió un simple ...

- A mí también – el resto fue historia, gritos, abrazos, alegría y un beso inesperado que termino acabando con la amargura de su corazón.