SEIS

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―Tengo hambre y sueño.

Kuroo suelta una pequeña risa, sosteniendo con fuerza las piernas del peso en su espalda.

Cumpliendo con las demandas de Nekomata, Yasuhiro hizo las vueltas necesarias, siendo vigilado en la quinta vuelta por Kuroo, quien ya había pedido que guardaran la cena de ambos y se quedó a observarlo correr de un lado a otro.

Ahora, recostando su rostro en el cuello de Kuroo, mientras sus piernas se balanceaban ante el movimiento del más alto, Yasuhiro podía sentir que su estómago se comía a si mismo ante el hambre tan voraz que sentía.

―Será mejor que te bañes primero.―Resopla ante lo dicho por Kuroo.―Después, podremos ir a cenar.

―Bien...

Aun estando en la espalda de Kuroo, el más alto los guía hasta los baños. Sin darse cuenta, Kuroo había agarrado un cambio de ropa de ambos y unas toallas, para poder bañarse una vez que Yasuhiro terminará el castigo.

Una vez bañados (Yasuhiro tuvo que alejar a Kuroo tres veces para que no le hiciera nada mientras se bañan en las duchas individuales) Los dos se dirigen a la cafetería, en donde un par de platos cubiertos de aluminio, los esperaba sobre una mesa.

Yasuhiro se sienta primero, destapando los platos, dejándose embriagar por el aroma a comida. Kuroo, aliviado de tener el cabello caído, se sienta frente suyo, apoyando una mejilla en la palma de su mano, observándolo comer con una risa burlesca y dulce.

―Tengo hambre, no me juzgues.―Murmura.

Kuroo levanta las manos despreocupado.―No he dicho nada.

Los dos empiezan a comer con tranquilidad, conversando amenamente, dejándose envolver en esa extraña atmósfera que los suele rodear cada vez que están juntos.

A finales de su segundo año, cuando comenzaron a salir, esa atmósfera era desconocida y extraña para Yasuhiro, quien no estaba acostumbrado a estar acompañado por alguien ajeno a su pequeña y minúscula familia. Al principio, no le creyó a Kuroo cuando este accidentalmente se confesó en una de sus tantas peleas, estaba incrédulo de poder gustarle a alguien como Kuroo, alguien tan guapo, amable y amistoso, le parecía una broma de muy mal gusto.

En Teikō ya le habían hecho esa clase de bromas, así que creyó que la confesión de Kuroo, era una de esas.

Al final, con mucha ayuda y dedicación, Yasuhiro llegó a la conclusión que también estaba enamorado de Kuroo, fue difícil, bastante difícil, acostumbrarse a estar en una relación, porque sin su abuelo, sin los milagros de Teikō, y sin su equipo de voleibol, Yasuhiro se había acostumbrado a estar totalmente solo.

―¿En qué piensas?

Parpadea, subiendo la mirada, al mismo tiempo que bebía el frío jugo de la cena.―En nuestros inicios como pareja.

Kuroo suspira.―Fue bastante difícil ¿Verdad?

Levanta los hombros, asintiendo.―Más que todo por mi culpa, fue algo difícil para mí, con todo lo que ocurrió en Teikō.

Sabe que fue complicado, sabe que Kuroo y él se esforzaron bastante para que la relación de ambos avanzara al punto actual. Yasuhiro tuvo que confiar ciegamente en alguien más que no sean su abuelo, los soldados y los milagros de Teikō (Y eso, que estos últimos lo terminaron hiriendo de una mala manera), tuvo que confiar en que Kuroo de verdad lo amaba, tuvo que confiar en que no le sería infiel ni lo usaría para burlarse como lo intentaron hacer en el pasado.

Lloró bastante al inicio, incrédulo de poder ser amado por alguien que no sea de su familia, no quiso creer que alguien tan roto como él podría ser amado por alguien sano. Pero Kuroo lo ayudó a sanar sus heridas, las trato con paciencia y cariño. Él, junto al equipo de Nekoma, lograron sanarlo y sacarlo de su cascarón.

𝙏𝙀𝙍𝙍𝘼𝘾𝙊𝙏𝙏𝘼 𝙀𝙈𝙋𝙀𝙍𝙊𝙍⚊     HAIKYUU/KNBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora