¿Quieres jugar con explosivos? Bakugo x Todoroki

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No pasaron ni 2 minutos cuando Shoto comenzó a escuchar pasos apresurados hacia su dormitorio, lo cual hizo ponerse nervioso, pero se relajó cuando vio que quien abría con brusquedad era el mismo que lo había dejado ahí unos momentos antes.
-¿Por qué corriste?- preguntó el de cabello bicolor.
-Para no hacerte esperar- su voz fue tan tenue que no se logró percibir.
-¿Qué?-
-Nada idiota- cerró la puerta y prendió la luz.
-Agh- exclamó con un poco de molestia en su voz por el repentino alumbramiento el cual lo cegó por unos segundos, pero se sorprendió cuando vio al rubio arrodillado ante él -¿Qué haces?- preguntó con inocencia.
-Voy a revisar tus heridas, bastardo- no tardó ni 2 segundos en malinterpretar la pregunta del más alto -¡N-ni te creas que voy a hacer nada raro!- gritó con molestia mientras se lanzaba hacia atrás con sorpresa, pero en su rostro se mostraba un notable sonrojo.
-¿Raro?- ladeó la cabeza como señal de confusión. Todoroki siempre se caracterizó por ser inocente, pero a Katsuki le sorprendió a qué nivel.
-Olvídalo, eres tan tonto que no creo que lo comprendas- dijo tratando de deshacerse de esa idea -Ahora dame tu brazo- murmuró con algo de vergüenza por lo sucedido.
-¿Qué?- Shoto no lograba comprender lo que el rubio decía, tanto por el volumen de voz de su compañero como por su cansancio.
-¡Que me des tu brazo, mierda!- Se le agotaba la paciencia, así que jaló dicha extremidad, pero al ver la cara de susto y dolor de su compañero, se arrepintió, -p-perdón-.
-N-no hay problema, gracias- Todoroki comprendió, ya que su amigo se distinguía por su poca paciencia, así que se sintió un poco culpable.
"Tengo que proteger a este idiota a toda costa, podrían tomar ventaja de su ignorancia". Bakugo estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta que estaba hablando entre dientes, y como Todoroki pensó que le estaba hablando a él, se acercó para escuchar mejor.
-A ver mitad y mitad, date vuelta para cambiar tus vendas de tu to...- no terminó de ordenarlo, ya que cuando volteó para arriba, vio el rostro de Todoroki mucho más cerca de lo que esperaba.

-¡¿Pero qué mierda te pasa?!- Bakugo se levantó del suelo al instante y cubrió su rostro con su brazo derecho, pues el color rojo volvía a adornar sus mejillas, pero esta vez con mayor intensidad.
-No lograba comprender lo que decías, así que me acerqué- le restó importancia para luego darse vuelta obedeciendo la orden del rubio.
Sólo logró escuchar un "tch", para luego sentir cómo la venda en su pecho se aflojaba cada vez más.

-Por fin terminé- ambos dieron un suspiro de alivio, pero el de Katsuki fue más escandaloso, así que no se percibió el de Todoroki.
-Gracias- de nuevo comenzaron a salir lágrimas de parte del heterocromático, pero el mayor no lo notó debido a que Shoto le daba la espalda.
-Ya me voy- dijo para luego levantarse de la cama.
-Está bien- se limitó a decir para que el otro no notase su voz quebradiza. Escuchó que Bakugo estaba a punto de abrir la puerta, así que se relajó.
-Oi,- se volvió a tensar -antes de que se me olvide- buscó en las bolsas de su pantalón mientras se acercaba al de cabello bicolor -toma.- le extendió unas barras energéticas -Si no vas a bajar a cenar, mínimo come algo, imbécil-.
-¿Por?- las tomó, pero no volteó a verlo a la cara.
-¡Es algo básico, bastardo! ¡Sólo haz lo que te digo!- salió, cómo no, azotando la puerta.

"Es fin de semana y todos se va a sus casas, para el lunes habré sanado y nadie me habrá visto", Shoto planeaba bien sus movimientos para que nadie se enterara "pero tampoco quiero estar solo estos días... No importa, lo primordial es que nadie me haya visto". De la nada, las palabras del rubio resonaron en su cabeza

"¿Estás diciendo que yo soy nadie?"

Al recordar esto sintió cómo su corazón se aceleraba, pero al no saber nada sobre relaciones, pensó que era algún problema de salud.

Del otro lado de la puerta teníamos a Bakugo, quien estaba sonrojado a más no poder mientras con su mano derecha hacía presión en su pecho sintiendo su corazón que parecía latir a mil por hora. "Maldito bastardo, date cuenta que con nadie más actúo así, joder", ni en sus pensamientos aceptaba que sentía una atracción por Todoroki, pero lo tenía claro. Desde que lo vio el primer día de clases le llamó la atención, y esa no paró de crecer viendo su fuerza y su habilidad de planeación. Al principio lo confundió con admiración, pero se dio cuenta de que era algo más cuando sintió las famosas mariposas en el estómago.

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Bueno, segunda parte, jaja, y sí, sigo sin saber dibujar. Espero les guste, ciao. (⁠*⁠´⁠ω⁠｀⁠*⁠)